La dueña del restaurante boicoteado por dar de comer a Iglesias y Montero: "Ni siquiera llegaron a entrar"
"Es vergonzoso que no tengan derecho a la privacidad ni con tres niños pequeños", explica la dueña, María Fernández.
Boicoteados por dar de comer a Pablo Iglesias e Irene Montero. Los propietarios del restaurante ‘Casa María’ en Felgueras (Lena, Asturias), no salen de su asombro por las presiones que están sufriendo desde la visita del vicepresidente segundo y la ministra de Igualdad a su negocio y a la zona.
Las vacaciones de la pareja en Asturias se han visto interrumpidas ante los ataques recibidos desde su llegada. Iglesias y Montero han decidido abandonar la localidad de Lena donde se alojaban en la casa de Enrique Santiago, amigo de la familia y diputado por Unidas Podemos después de no haber podido, ni siquiera, comer en el restaurante que ahora se ha convertido en referencia por su respuesta a los críticos.
A María Fernández, dueña del local, le ha tocado leer y oír frases como “aquí no vuelvo más después de dar de comer a esas ratas”. Y se reconoce “indignada” y “alucinada”. Para la hostelera, “es lamentable que una familia con tres niños no tenga derecho a la privacidad aunque sean personajes públicos”.
Lo más llamativo y que muchos de los críticos no saben es que la pareja no pisó el restaurante. “Ellos aquí no vinieron, ni siquiera llegaron a entrar, vista la situación llena de fotógrafos, gente fuera...”. Fue el local quien les sirvió el menú a la casa. “Nosotros les llevamos el encargo, vino Enrique (Santiago, ‘casero’ de la pareja estos días) a tomar un café y pagar la comida”.
La dueña confiesa que tampoco han tenido contacto directo con los dos miembros del Gobierno. “Nosotros no hemos hablado con ellos nunca; no querían incomodar y viendo lo que tenían encima prefirieron irse”.
María trata de separar la parte ideológica del mero negocio. Ella se define como “apolítica” y recuerda que a su casa “han venido los de Vox, gente del PSOE... aquí no se pide el carnet. Cada persona que sea del partido que quiera, pero yo vivo de dar de comer y es un negocio. Somos autónomos y llevamos 18 años aquí”.
Pero no solo lamenta el impacto en su restaurante, sino para el entorno. “Tendríamos estar orgullosos de ver a un vicepresidente y una ministra en esta pequeña localidad. Yo soy apolítica, pero la imagen de ambos podía haber sido importante. Es vergonzoso que no tengan derecho a la privacidad ni con tres niños pequeños. En un Estado de Derecho, que haya que oír estas cosas... Venían a desconectar y no han tenido derecho. ”.
El teléfono de ‘Casa María’ suena cada pocos minutos. El impacto de su comunicado en Facebook tras el intento de boicot ha sorprendido a sus propios autores. Sin embargo, descartan que ese ataque a su mesón sea efectivo. “Yo no he notado ningún boicot ni nada entre los clientes, el 99% de los comentarios son de apoyo, pero los ataques son más llamativos. Son una minoría, llaman al boicot, que como le dimos de comer a esas ratas, que aquí no vuelve más; hay quien da la dirección del local para que no venga nadie... ”.
No obstante, “no queremos entrar a responder”, apunta sobre la opción de tomar medidas legales. “Ya es bastante desagradable tener que leer algunas cosas, así que no quiero problemas y no voy a denunciar, yo lo que quiero es seguir con mi trabajo, que me encanta”, remata, aún sorprendida por el impacto de todo lo ocurrido en las últimas horas.