"No renunciamos a ganar, queremos ser la fuerza mayoritaria"
La nueva dirección de Podemos se confiesa en esta entrevista 'a seis': "En estos dos años de legislatura nos jugamos la próxima década de España".
Nunca se habían sentado juntas para conceder una entrevista ‘a seis’. El nuevo Podemos echó a andar en la Asamblea del pasado mes de junio tras la marcha de Pablo Iglesias con una dirección más coral, con más mujeres y menos madrileña. Bajo los mandos de la secretaria general, Ione Belarra. Llegan por separado a este encuentro, es una tarde de verano en la que el calor de Madrid se derrite por las calles de Lavapiés. En cuanto se ven, se palpa la complicidad.
Han despejado un rato sus agendas para hablar del pasado, del presente y del futuro del partido, del Gobierno de coalición y de España. Sobre todo, del futuro. Ese Podemos que tiene como principales rostros a Belarra, Irene Montero, Lilith Verstrynge, Isa Serra, Pilar Garrido y Ángela Rodríguez Pam se sienta en forma de (semi) círculo para confesarse y explicar lo que piensa. Han pasado diez años ya del 15-M, germen de la formación morada, y ahora dos de ellas incluso se sientan en el Consejo de Ministros en el primer Ejecutivo de coalición desde la II República. Con la sensación de que empieza una nueva fase de la legislatura tras este durísimo año y medio de pandemia. ¿Y Yolanda Díaz? No es miembro de Podemos, pero se referirán a ella también. Espóiler: la apoyan firmemente para que sea la candidata de UP en las próximas elecciones generales.
Es hora de que hablen y se preparan para soltar titular tras titular. Quieren que su voz se escuche fuerte y advierten de que nadie las va a callar. Primera pregunta al vuelo para Belarra. Directamente, cómo va a ser su liderazgo y que quiere que sea Podemos en sus manos. Le toca contestar a la mujer que nunca se esperó que Iglesias anunciara que dejaba el Gobierno en marzo y que en tres meses ascendió a ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos con 33 años.
Va al grano: “Creo que en este tiempo Podemos, como proyecto político, ha demostrado cosas que eran increíbles”. Reconoce que Iglesias le ha dejado el “listón muy alto” y a lo largo de la entrevista llegará a afirmar que es “la persona más brillante quizá que ha dado la izquierda española en ochenta o cien años”. Y defiende que consiguieron romper el bipartidismo, “echar a Mariano Rajoy” y construir el primer Gobierno de coalición. “No le debemos ni un solo euro a los bancos”, apostilla. Pero hay que mirar hacia adelante: “Ahora tenemos un reto que es inmenso, como proyecto político, seguir ilusionando a la gente”. El método que pretende aplicar: “Impulsando políticas feministas, que cambien la forma de hacer política y que hagan un país más democrático”. Señala además el otro gran objetivo, que es un problema del que ha adolecido Podemos casi desde su nacimiento. ¿Cuál? “Arraigarnos con más profundidad en todo el territorio de nuestro país. Tenemos un país diverso, plural, absolutamente maravilloso y creo que toca echar raíces para dar frutos”, indica. Esta metáfora botánica saldrá varias veces durante la charla.
A su lado la escucha la ministra de Igualdad, Irene Montero. Las dos se conocen desde la época universitaria y se sientan hoy juntas en el Gobierno. Es, además, la ‘número dos’ del partido. Una política que genera amores y odios y diana siempre de la oposición. Dirige un Ministerio al que tildan de “chiringuito” las derechas en España, pero que, en cambio, es una inspiración para el Ejecutivo francés, como ha reconocido en una reciente visita la ministra gala Élisabeth Moreno. ¿Por qué tiene que existir este departamento? Contesta rápidamente: “Es necesario, y también hacer políticas feministas desde el Gobierno”. Con una misión principal: “Consolidar una nueva generación de derechos feministas”. Cita en este momento la ley del ‘sí es sí’, la ley trans y de derechos LGTBI y la futura reforma de la ley del aborto, para remachar que hace falta hacer permanente el pacto de Estado y su financiación. Afirma al hilo: “Al final Vox y la extrema derecha de alguna manera son precisamente la pataleta del machismo, la pataleta de esos hombres reaccionarios que no quieren que nada cambie precisamente desde el avance del feminismo, desde la sociedad civil”.
Políticas a aplicar desde el Gobierno, acompañado por el partido. Sí, partido, partido, partido. Esa es la principal misión que tiene en la nueva dirección Lilith Verstrynge como secretaria de Organización. Precisamente en un momento en el que Podemos no goza de los mejores datos demoscópicos y que sería hoy, según la mayoría de las encuestas, la cuarta fuerza política del país.
¿Se quieren quedar ahí los morados? ¿O todavía aspiran a ganar unas elecciones generales?
Toca el análisis de Verstrynge: “Lo que siempre ha generado cierto miedo entre los poderosos de nuestro país es que justamente Podemos nunca ha perdido esa ambición de ganar”. “Entendemos que puedes estar en las instituciones en minoría y en un gobierno de coalición, pero nunca hemos desechado o dejado de lado esa idea de entendernos desde la victoria y la posibilidad de gobernar nosotros como primera fuerza progresista”, radiografía.
Dibuja acto seguido el rumbo del partido: “Eso tiene mucho que ver con la tarea que ha mencionado Ione que tenemos por delante, con dos patas principales. Una primera que es más organizativa y tiene que ver con consolidar el trabajo que ya se ha hecho de implantación territorial, llegar a los sitios donde todavía no hemos podido llegar, también por la juventud de partido, que parece que siete años son una vida, pero en la cronología histórica es poco tiempo y hemos conseguido cosas impresionantes. Y hay una segunda pata, que tiene que ver con entender a la gente desde lo político, la desafección política que está sufriendo ahora mismo nuestro país, que tiene mucho que ver con la crisis y la pandemia. Debemos estar en los sitios, que se nos vea, escuchar a la gente”.
“Parece que hay un debate ahora encima de la mesa que dice que los partidos políticos no son necesarios. Los partidos políticos son proyectos colectivos. No queremos volver al sufragio censitario, lo que queremos es justamente que un proyecto colectivo lleve adelante las propuestas de la gente, ser altavoz de los votantes”, remata Verstrynge.
Cuando se habla del futuro de Podemos, se mira también a esas elecciones generales de 2023. Yolanda Díaz, que sólo tiene carné del PCE, no forma parte del partido, pero es la previsible candidata de la lista de Unidas Podemos. Ella todavía no ha confirmado si se presentará a esa cita y ya ha dejado ver que quiere una lista más transversal y menos ligada al partido.
¿Es su candidata?, lanzamos al círculo. Belarra coge las riendas y responde, coreada por las caras afirmativas de todas: “Yolanda es nuestra candidata y es una compañera queridísima por nosotras. Llevo trabajando con ella en el grupo desde que entramos en 2015. Es nuestra apuesta, todas compartimos que tiene una capacidad de construir un bloque mayoritario, tiene muchas opciones de disputar la mayoría al PSOE. Nosotras no renunciamos a ganar, queremos ser la fuerza mayoritaria. Somos conscientes de que hay muchas cosas que sólo se van a hacer cuando Podemos sea la primera fuerza”.
Sobre la mesa estos días está esa posibilidad de que las izquierdas vuelvan a encontrarse en una futura lista, que vaya más allá de Unidas Podemos. Surge la cuestión de si podrían intentar una candidatura junto a Más País también, algo a lo que se aspiró sin éxito en las últimas elecciones de la Comunidad de Madrid. Partido… le toca de nuevo a Verstrynge: “Creo que la tarea que tenemos ahora es gigantesca y tiene que ver con nuestro propio espacio político por la serie de cambios que llevamos viviendo estos meses, tiene que ver con la construcción dentro de nuestro espacio y de nuestro espacio, del partido que somos, Podemos”.
“Es lo principal en la agenda, eso significa crecer y ampliar el espacio político, llegar a todas las partes de la sociedad que hasta ahora no han confiado en nuestra fuerza política, que en su momento pensaron que si gobernábamos iba a llegar el socialcomunismo, que íbamos a embargarle la casa de la playa, una serie de cuestiones que con el tiempo se han ido desmontando”, confiesa, para fijarse el reto de que se les tiene que ver más en el día a día.
¿Y esa lista con Más País? “En lo concreto, siempre hemos estado abiertos a colaboraciones con otras fuerzas, siempre y cuando beneficiasen a ese proyecto común y a esas políticas. Es la posición que hemos mantenido siempre y en las mismas estamos. Pero es a dos años vista, es un poco pronto para nosotros”, lanza.
Vuelta a lo más presente, esa segunda parte de la legislatura que arranca ahora, con un Gobierno remodelado en la parte socialista. Toca saber cómo está esa entente y qué papel quiere jugar UP. Belarra se lanza: “Aunque suene un poco épico decirlo, en los próximos dos años de legislatura nos vamos a jugar la próxima década de nuestro país. Es así porque tenemos la oportunidad de invertir una gran cantidad de recursos que provienen de los fondos europeos para lo que se ha llamado recuperación y que yo prefiero llamar reconstrucción”.
“Hay mucha gente que va teniendo la sensación de que los fondos europeos podrían ser algo así como pasar del pelotazo urbanístico de los ochenta a un pelotazo verde en los 2020. Nos tenemos que resistir a esto, que el Gobierno trabaje para que no pase y la mejor manera de que esa situación no se dé es apostar por una reforma fiscal con cuestiones como el impuesto mínimo del 15%” para las grandes empresas, resume, recordando al hilo que ahora también lo defienden la Administración Biden o el G-20.
Aquí hay que plantearse si la parte socialista accederá sobre lo que comenta la nueva líder morada: “Creo que el PSOE se ha resistido muchísimas veces a cambios que hemos propuesto y que al final hemos mostrado a la ciudadanía que sí eran posibles. Ocurrió con la coalición, con la subida del SMI, con la ley trans… Confío en que este otoño va a ser el de la ley de vivienda, el de la derogación de la reforma laboral y el de unos presupuestos progresistas que nos coloquen en el camino correcto, precisamente para que en esos dos años en los que nos jugamos la década seamos capaces de construir un país mejor en el que quepa todo el mundo”.
Isa Serra la sigue con atención. En el nuevo núcleo duro de Podemos es la portavoz y secretaria de Discurso y Formación, dejó su escaño en la Asamblea de Madrid poco antes de que el Tribunal Supremo ratificara su condena de un año y siete meses de prisión por unos incidentes durante un desahucio en 2014. El tema de los jueces saldrá un poco más adelante.
Serra ha sido uno de los rostros desde el primer Podemos, ella estudiaba de Erasmus en Italia cuando el 15-M y se volvió a España para estar en la Puerta del Sol. Desde entonces cree que se vive en “un país distinto”. “Podemos surge del 15-M y ha sido un motor fundamental en las transformaciones sociales. Fuimos un motor, lo somos y lo seremos. Dejar atrás el bipartidismo es una evidencia, pero no solamente eso, sino formar un Gobierno de coalición con una fuerza transformadora como Unidas Podemos dentro es un éxito también del legado del 15-M”, comenta. También ha habido “retrocesos”, reconoce, como la irrupción de Vox y la extrema derecha en las instituciones.
Precisamente si hoy hubiera elecciones, según la mayoría de sondeos, sumaría el PP con la extrema derecha mayoría absoluta. Serra señala: “Vamos a trabajar para que esto no sea así”. La crisis política sigue abierta todavía hoy, indica. Hace esta radiografía al minuto: “Así como hemos dado pasos hacia delante también hay enormes resistencias por parte de poderes del Estado. Lo estamos viendo con la Justicia permanentemente, hay decisiones por parte del Poder Judicial que no son solamente contra el Gobierno de coalición, contra una parte especialmente de la coalición, sino que tienen la intención de bloquear esos avances sociales y políticos. Los jueces están haciendo de oposición en este momento al Gobierno de coalición, estamos viendo cómo la extrema derecha es apoyada por grandes poderes, no sólo la Justicia, sino también los grandes medios de comunicación. Evidentemente hay una amenaza seria para este país para que retroceda”.
Pero vaticina que la partida la ganará “la salida justa, feminista y ecologista”: “Lo vamos a demostrar durante estos dos años y podemos hablar de continuidad del Gobierno de coalición, donde queremos que Unidas Podemos sea una fuerza mayoritaria. No renunciamos a ser fuerza mayoritaria del Gobierno. Si lo somos, muchas de las políticas que tendrían que haber sido aprobadas, como la regulación de los precios de alquiler o una empresa pública de energía, ya estarían vigentes”.
¿Están politizados los jueces?, es otra de las preguntas que sale durante esta entrevista ‘a seis’. Le pone voz Irene Montero, que señala que el PP utilizaba el “Estado profundo” para “conseguir algunos de sus objetivos”.
“Pero es que cada vez más el proyecto político del Partido Popular, y se puede ver en las propuestas políticas que han hecho en los últimos meses que se reducen a cero, es volver al bipartidismo y utilizar las estructuras del Estado profundo”, señala, para recalcar: “El único objetivo que tienen es volver al bipartidismo y que Unidas Podemos deje de estar en la escena política y hacer más fácil todo lo que hacían hasta este momento con más impunidad y sin que nadie les señalase”.
“Por tanto, es una situación delicada la que vivimos en el Estado profundo. No hay más que ver a la señora Ayuso, que lo dice a portada: ‘Los jueces, yo misma y el rey somos la oposición a este Gobierno’. Claro que existe una parte muy importante del Estado profundo enormemente movilizada en un sentido reaccionario y cada vez con menos caretas. Y parte de lo que eso significa pues es un sector importante del Poder Judicial que quizá añora la función que en momentos pasados han jugado determinados poderes del Estado de una forma reaccionaria, oponiéndose a todos los avances. En la lucha de las mujeres se ve, oponiéndose al divorcio, al matrimonio igualitario, al aborto. Creo que sí hay una parte importante de ese Estado profundo que añora poder jugar ese rol reaccionario teniendo éxito en sus objetivos. Por eso antes decía la pataleta. Aunque el avance de la democracia y el feminismo no es lineal, puede tener retrocesos como en Polonia o Turquía, pero es imparable y está capitaneado por las mujeres, llevamos demasiados siglos queriendo ganar. Va a ser difícil que nos ganen”, advierte al hilo la ministra de Igualdad.
Podemos se ha enfrentado a varias causas judiciales que luego han acabado archivadas. Montero también quiere contestar a esto: “Cada vez más gente entiende que es acoso judicial. En el caso de Isa tiene que ver con que es mujer, que es de Podemos, que se ha atrevido a hacer política de una forma feminista y que estaba en ese momento defendiendo el derecho a la vivienda, que es algo que las mujeres siempre han hecho en primera línea de fuego”.
La ministra también mira directamente a los medios: “Nuestra situación tampoco se entiende sin el poder mediático, lo hemos visto con las cloacas del Estado. Darían igual tantos procedimientos que terminan archivados y que no tienen ninguna consecuencia al final porque no hay nada, son artificios, si no ocupasen horas y horas de tertulias para desprestigiar, llevarlos siempre a portada, a primera línea. Cuando se archiva, nadie se entera”.
“No se podría entender esa operación, que tiene una pata judicial, sin la pata mediática, que es la fundamental, la de desprestigiar, la de escrutar nuestras vidas, y la de al final avisar a todas las que pueden venir detrás y decirles ’cuidado, como quieras hacer política de esa manera, sin querer terminar en una eléctrica, sin pedirle un euro a los bancos, si quieres hacer política feminista”, ilustra la dirigente.
Porque la política también tiene mucho de lo personal. Angela Rodríguez Pam incluso dice que ya se ríe de los insultos que reciben en redes y apuesta por hacer “feminismo con humor”. Ella es la secretaria de LGTBI del partido. Defiende que Podemos es protagonista de que no sólo haya hombres con traje en el Congreso: “Cada vez hay mujeres más jóvenes, además hay mujeres jóvenes feministas. Se está empezando a ensanchar la política. Eso pasa por que haya bolleras, maricones, gitanos, negros, gente que no tiene dinero para pagar la factura de la luz que hace política”.
“Eso es extraordinario, tiene muchísima potencia transformadora para nuestro país, y habla también del país que somos. En España no solamente hay hombres con corbata que hacen leyes, también hay mujeres, gente pobre, gente con otras orientaciones sexuales, de otras razas, que vive en otros lugares. Todas esas personas también tenemos que estar en la política”, reivindica Pam, que trabaja en el Ministerio de Igualdad.
Lo plasma además así: “Probablemente si no viniera de una familia humilde, he estudiado gracias a becas y he tenido que enfrentarme a cosas duras para terminar una carrera y hacer una vida con normalidad, probablemente no haría política. Si no fuera bisexual, no sé si haría política de la misma manera. Si mi cuerpo fuera más heteronormativo, no sé si haría política de otra manera. Si no hubiera sufrido violencia sexual, no sé si haría política de otra manera. Estas cosas, que dichas así parecen un pastiche de a esta pobre le ha pasado de todo, creo que son la vida normal”, explica la dirigente.
Lanza Pam varias reflexiones también sobre el feminismo y el papel de las mujeres y los hombres en la España de hoy: “De la misma manera que sufrimos machismo, estamos empezando a sufrir una crisis tremenda de masculinidad en España. Hay un montón de hombres, particularmente en posiciones de poder, que cada vez tienen más difícil sostener lo que ellos son como hombres, todas las cosas en las que apoyaban su masculinidad están siendo puestas en cuestión, pero no por una loca con flequillo violeta que era concejala en un pueblo, sino de manera masiva, incluso desde el Consejo de Ministras. La manera que tienes de relacionarte con mujeres, la manera que tienes de relacionarte sexualmente, la manera que tienes de organizarte con tu mujer en tu casa, la manera que tienes de trabajar, la manera que tienes de comer, de vestir, de llorar en público… todo está siendo puesto en cuestión por el feminismo. Hay hombres que ya no saben cómo ser hombres”.
“El mensaje tiene que ser claro: el feminismo es también para los hombres, no existe una batalla entre hombres y mujeres, la batalla es entre la democracia y el machismo. El feminismo es democracia, ahí los hombres tienen que estar también. Yo diría que este es un gran mensaje de Podemos: queremos hacer un feminismo del que los hombres formen parte y repensar cómo ser hombres y mujeres en una sociedad que sea más feminista y, por lo tanto, más democrática”, comenta.
Liderazgo femenino… la heredera al trono es la princesa Leonor, será la primera reina desde Isabel II. ¿Llegará a coronarse? ¿No se alcanzará el verdadero feminismo hasta que no haya una república? Pide contestar Verstrynge: “Yo, que este tema me gusta. Espero que la princesa Leonor no reine, lo decimos abiertamente. El proyecto monárquico en sí es machista y la cuestión no es que una mujer ocupe un lugar de poder puntual, también tiene que ver con qué haces con ese poder y por qué has llegado. Al final, la estructura de la monarquía tiene que ver con la velocidad del espermatozoide a la hora de entrar en el óvulo y por la gracia divina de convertirte en rey o reina”.
“Perdón -prosigue- por ser tan gráfica, pero en realidad eres rey por la gracia de Dios. Y además tiene un poso en el fondo terrible de lo que significa un país, tiene que ver con el tutelaje, no consideras que tu país es soberano y puede autogobernarse, necesita estar tutelado por un rey o por una reina. Además, la república tiene que ver con unos valores que se escenifican incluso en la estructura del Estado, en el tipo de país que quieres, en el país plurinacional que esperas, en la educación, en la familia. Es un proyecto más profundo, es algo que no tenemos que dejar de empujar y reivindicar. No va a ser fácil traerlo y se va a tener que combinar el respeto y la memoria de lo que es la historia republicana del país y empujar hacia una república que se adapte a los nuevos tiempos, con nuevos símbolos, que represente a gente de todas las ideologías. La república tiene que ser un paraguas que englobe una serie de valores y pilares inamovibles que son derechos y que tienen que ver con la estructura del Estado”.
Ángela Rodríguez Pam quiere aportar algo unos minutos más tarde sobre este tema: “Para la gente joven de este país, ¿quién te representa más? ¿El emérito haciendo chanchullos y llevándose dinero o cualquiera de las ministras que tiene ahora el Gobierno?”
“Uno no puede hablar de lo que supone la monarquía en este país sin reflexionar sobre la óptica que se ha ofrecido sobre ella durante mucho tiempo. ¿Cuál era la imagen que se daba de la monarquía? Las princesas eligiendo colegio, qué suerte han tenido porque han conocido a sus amigos antes, van a ir a un colegio privado, van a aprender inglés, que está estupendo, cosa que la mayor parte de este país no ha podido hacer porque nuestros padres no tenían pasta para mandarnos los veranos a Irlanda a aprender inglés, y somos más bien de inglés flojito. Esa es la realidad. Hay una crisis que va mucho más allá de la cuestión de representación del jefe del Estado y de cuál es el modelo de nuestro país, que tiene que ver también con una crisis cultural y generacional. Para mucha gente joven la monarquía no representa lo que es España”, tiene claro Pam.
Y siempre mirando al modelo que se busca para el país, un asunto espinoso durante años. Pilar Garrido es la secretaria de Plurinacional de Podemos y líder en el País Vasco. ¿Qué es España para su partido? Contesta: “Nuestro proyecto lo que hace es reconocer la España que existe. Ione hablaba de la España diversa y de la España plural, nosotros no vamos a inventar nada. No queremos esa España que no existe, que es caduca en blanco y negro. Nuestro proyecto es reconocer esa España plural, existe diversidad en la manera de sentir el territorio y esas identidades nacionales. Por lo tanto, somos un proyecto que tiene como horizonte construir ese proyecto común de convivencia que también tiene una mirada feminista, porque hablamos de fortalecer vínculos. No hablamos nunca de construir muros ni de hacer más fronteras, sino de fortalecer esos vínculos, buscando una acomodación, sobre todo, de aquellos territorios donde quizá ese sentimiento de pertenencia común es más débil”. Cree, además, que los indultos no les costarán votos y mira con optimismo la mesa de diálogo con la Generalitat.
Garrido responderá a la vez que sus compañeras con un sí cuando la pregunta es si se creen que se han traspasado líneas rojas con ellas por ser de Podemos. “Y por ser mujeres”, añaden. Vuelve a los mandos Belarra: “Sí, sin ninguna duda. Lo que se ha hecho con nosotros en este país no se ha hecho con nadie y creo que especialmente con las compañeras que están en Igualdad, que son de Podemos y que son mujeres que están haciendo políticas feministas. Los ataques virulentos que reciben cada vez que promueven un avance, que por otra parte es mayoritario, han sido salvajes, en medios de comunicación, en redes sociales. Ese es el precio que estamos pagando por hacer política sin deberle nada a nadie. El otro día se filtró uno de los diarios de Villarejo y una de las anotaciones era que había estado haciendo averiguaciones y ponía ‘Verstrynge y Podemos no responden a nadie’. ¿Qué significa? Que cuando el bipartidismo y quienes habían estado ejerciendo el poder durante tanto tiempo empezaron a tocar tecla en 2015 para saber a quién respondíamos era que a nadie. Nosotros a la gente. Somos un proyecto que nace desde abajo”.
Relata la experiencia: “Somos personas que teníamos una vida absolutamente normal y que nunca se hubieran imaginado ser ministras y diputadas. Lo hemos hecho porque pensábamos que este proyecto merecía la pena, tanto que nuestro secretario general, seguramente la persona más brillante quizá que ha dado la izquierda española no sólo en cuarenta, sino en ochenta o cien años, ha dejado la política institucional después de siete años. Eso revela el coste de ser de Podemos, que esto es duro”.
“Pero quiero mandar un mensaje de absoluta firmeza y esperanza: si creen que porque Pablo se ha ido o porque nos lo están poniendo difícil vamos a dejar de hacer esto, es que no nos conocen. Estamos aquí, vamos a seguir aquí, quizá tengamos que hacer las cosas de manera diferente, nos armaremos, haremos más equipo, estaremos más personas delante para que no tenga que solo una persona darlo todo. Si creen que nos van a barrer, esto es lo que hay”, traslada para todos.
Mujer y poder, ¿pero palpan el machismo en esas capas altas de las administraciones? Serra lo materializa: “Creo que en todos los ámbitos en los que vivimos, por desgracia, hay machismo. Negar eso es negar una evidencia. Todas las que estamos aquí en la política y en nuestro día a día hemos sufrido todo tipo de actitudes machistas, de insultos, de desplazamientos”.
“El espacio público ha sido copado por los hombres y, por lo tanto, sufrimos ese tipo de agresiones constantemente. Tiene que ver con esa violencia política. Antes preguntabas si lo tenemos difícil por ser de Podemos y mujeres, sí, y por ser feministas. Eso tiene que ver con esa violencia política que sufren muchas mujeres, por estar en política, pero también por estar en política y ejercer el poder de una forma diferente y feminista. Por ejemplo, en este país hemos vivido un Me too, tuvo que ver también con contar nuestras experiencias de agresiones sexuales. Eso que contamos sólo fue la punta del iceberg. Quienes estamos en política tenemos muchísimo más que contar. Necesitamos transformar los espacios en los que estamos. No creemos que esto consista en que unas pocas accedamos a unos puestos de poder, sino que accedamos y cambiemos todas, una sociedad para todas”, resume la portavoz de Podemos.
Antes había salido el nombre de Ayuso, una de las políticas al alza y que sumó más escaños que toda la izquierda junta el 4-M. Serra, que compitió en aquella carrera, hace el balance: “La derecha y la extrema derecha están sostenidas por esos grandes poderes. En el caso de Ayuso es absolutamente evidente, tiene a los oligarcas de la Comunidad de Madrid, que tienen mucho poder, esos empresarios como Florentino Pérez o Villar Mir, siempre de acuerdo para su proyecto, porque trabaja para sus intereses”.
Su análisis continúa: “Eso supone un enorme poder frente a una izquierda que tiene que dejar atrás 28 años de gobierno del PP, eso ha supuesto degradar los servicios públicos. Y la estrategia del PP de Ayuso, que ha continuado al aguirrismo, es un proyecto que degrada lo público, lo privatiza y se lo da a empresas amigas. Con eso construye una sociedad diferente y peor de la que defendemos nosotras, en la que los servicios públicos son un elemento central. Ayuso, si ha hecho algo en los dos últimos años de gobierno y por desgracia va a seguir haciendo, es parecer más de Vox que la señora Monasterio y liderar esa agenda reaccionaria de Vox contra los derechos de las mujeres”.
“Tenemos que hacer una gran fuerza frente a las políticas de Ayuso y el proyecto feminista se opone a ese retroceso y recorte de derechos que aplica. Ahora estamos hablando de la natalidad, que supuestamente le preocupa mucho a la extrema derecha y a Ayuso. Siempre lo plantean como un recorte de derechos para las mujeres, nosotras lo planteamos de forma diferente”, insiste la exdiputada.
Ha sido un año y medio agotador con la pandemia y el polarizado clima político. Uno se plantea cómo será vivirlo desde un puesto de responsabilidad… y si hemos salido tocados todos mentalmente. Belarra se lanza de lleno: “Sin duda, ha sido un año especialmente difícil. He sido madre por primera vez en pleno confinamiento. Mis padres no conocieron al bebé hasta un mes después, todas hemos vivido situaciones muy difíciles. Somos conscientes de que la gente de nuestro país lo ha pasado muy mal, algunos porque han perdido familiares. Me imagino a la gente joven, tener 17 y 18 años y estar un año casi sin salir, y no me imagino una película de terror peor que esa”.
“Tenemos un problema con la salud mental, ya lo teníamos, nunca ha sido considerado un tema de primera línea de la agenda pública. Tenemos que trabajar para que esa ley de salud mental que ha presentado el grupo parlamentario de Unidas Podemos sea una realidad cuanto antes, para que haya más psiquiatras y más psicólogos. Para que tengamos una atención primaria como la que tenemos para la salud física y que haya una atención continuada, que te vea la misma persona cada semana”, argumenta la ministra de Derechos Sociales.
Coge el guante y reflexiona Irene Montero sobre los problemas de salud mental y los cuidados, dos temas que hay que resolver: “Las mujeres están haciendo malabares para encajar una extraescolar, con a ver si mi madre esta vez puede acogerlo un poquito, con unas estructuras muy precarias e informales, lo común no aporta nada cómo criar durante muchos años. Los cuidados y la salud mental son seguramente dos grandes problemas que tenía ya la sociedad antes de la emergencia, nadie les prestaba atención. La pandemia ha roto esos muros de silencio, sin abuelos y sin colegios, de repente, no hay estructuras de conciliación, no hay políticas públicas, nadie se ha preocupado, ni tenían titulares, se asumía que las madres se tenían que apañar. Si eres madre sola, ‘déjalo con la vecina, no haberlo tenido’. Si tienes una depresión, ‘no seas tonta, arréglate un poquito y sal que no cuesta tanto’, como si fuesen antojos o caprichos. Pueden marcar la diferencia que vivas bien o en la absoluta mierda. La pandemia ha evidenciado que son temas de los que lo público se tiene que ocupar, tenemos que conseguir hacerlo de forma urgente”.
Con la mente también puesta en una cifra dramática: 28 mujeres han sido asesinadas por sus parejas en lo que va de este año. Y desde Igualdad se lleva tiempo advirtiendo de una ola de violencia sexuales durante los próximos meses. Por eso, señala que, además de las medidas legislativas, se están poniendo en marcha “medidas urgentes” para mejorar la coordinación entre administraciones y que las mujeres se sientan seguras. Se ha iniciado una campaña de puntos violetas, para que la sociedad esté donde están las víctimas: “Que el entorno más cercano, amigos, familiares y compañeros de trabajo sepan qué hacer si saben que hay una mujer en esa situación de violencia, que todo el mundo sepa qué hacer”. Proclama que la sociedad debe estar unida y el pacto de Estado debe ser social también para que todo el mundo tienda la mano las mujeres que lo necesiten.
La tarde va cayendo. Pasado, presente y futuro de un partido y de un país en esta charla a seis, en la que las mujeres que dirigen Podemos se han reído, se ha indignado, se han dado la palabra ordenadamente, se han confesado y han proclamado lo que quieren hacer con la formación morada. Quedan apenas unos minutos. ¿El principal reto y el error a subsanar de manera más rápida? Belarra cierra: “Tiene que ser el mismo. El principal objetivo que nos fijamos es construir un proyecto que eche unas raíces más profundas”. “Tenemos un país diverso, plurinacional, con comunidades con sus perspectivas, respaldar más a los compañeros que llevan tiempo haciendo política autonómica, que nos vean ahí, estar mejor coordinados”, resalta, para volver a su metáfora: “Vamos a hacer crecer fuerte el árbol”. Con una declaración de intenciones: “Un país más feminista, más verde y más justo”. Todas asienten.