Nacho Corredor: "El fenómeno más parecido a Trump en España se llama Isabel Díaz Ayuso"
Entrevista con el politólogo y autor de ‘El activismo tranquilo’: "Yolanda Díaz es la única esperanza que tiene su espacio político".
La democracia está en riesgo. “Es una obviedad que, sin embargo, no está interiorizada”. Así lo ve el analista Nacho Corredor, en unos días convulsos con una Europa viviendo una nueva guerra en Ucrania y con una España revuelta por la subida de los precios y los paros en distintos sectores.
Corredor se ha lanzado a plasmar sus reflexiones en El activismo tranquilo. Un manifiesto subjetivo a favor de la convivencia. La política cambia cada minuto, cada segundo. Y el político disecciona al milímetro lo que está pasando: advirtiendo de que los partidos no se están tomando en serio la amenaza de Vox hasta la pregunta sin resolver de PP y del PSOE de qué hacer para no depender de los extremos.
¿Está en riesgo la democracia?
Es una obviedad que, sin embargo, no tenemos muy interiorizada. Estas semanas lo estamos viendo. El libro se presentó la misma noche que Rusia invadió Ucrania, y todo el debate público gira sobre cómo se mantiene un sistema de derechos y libertades como el europeo. En España sólo tenemos cuarenta años de democracia, lo cual es una excepción histórica, pero con lo que vemos en Rusia, comprobamos que también es una excepción geográfica. Lo normal, y lo dijo el propio Borrell a raíz de la invasión, es vivir en guerra.
¿Cómo definirías estos tiempos políticos en España? ¿Qué país tenemos?
El análisis es muy contradictorio porque pasan muchas cosas a la vez y es muy distinto darle hoy a lo que pasa un sentido de globalidad. El debate público se llena de espacio intentando dar respuesta a qué está pasando hoy, pero muy probablemente hasta mañana no se acabe de entender qué está pasando hoy. Venimos de dos años de pandemia, ahora iniciamos un escenario de riesgo de Tercera Guerra Mundial, hace ocho semanas Yolanda Díaz estuvo a punto de dimitir, Casado era el líder de su partido y todo el mundo preveía que el año acabara con una recuperación económica y, sin embargo, en pocas semanas tanto la política internacional como la nacional han cambiado mucho. También hace ocho semanas el principal aliado en el norte de África era Argelia y hoy es Marruecos. Cambian muchas cosas en muy poco tiempo. Lo que sí creo es que hay un elemento permanente: en los últimos años en España ha ascendido una visión reaccionaria de la historia, del presente y del futuro. Es uno de los principales riesgos que tiene España ahora.
Eres un politólogo millennial, especialista en temas de jóvenes. ¿La nueva política ha muerto?
La nueva política se ha hecho mayor. Hace once años con el 15-M los líderes que regeneraron las instituciones eran mucho más jóvenes de lo que son hoy. Y muchos de los líderes que llegaron a la política hoy ya no están. El propio Pablo Iglesias es un ejemplo. Albert Rivera es una derivada de todo aquel momento de cambio y hoy ya no está, pero es que Casado también es una derivada de todo aquel momento de reivindicación generacional y ya no está. La generación que lideró el 15-M tuvo la capacidad de acceder a las instituciones y acabar con un tapón generacional que venía desde la Transición pero en muy poco tiempo, en tan sólo una década, el principal riesgo generacional que hay ahora es en relación a la siguiente generación. El problema hoy en las instituciones no lo tienen tanto los millennials como los zeta. De hecho, si tú preguntas a la siguiente generación, sólo un 20% confía en sus instituciones. Y como las instituciones y los medios están formados por gente muy adulta y hablan para gente muy adulta, se olvidan que cada vez hay bolsas de población que tienen espacios de conversación al margen del ámbito convencional, en el mundo de Youtube y Tiktok. Sin embargo, nadie está dedicando esfuerzos a hablar de política y hacer pedagogía en sus espacios.
Unidas Podemos baja en las encuestas y fue el principal referente del 15-M. ¿UP a qué está llamado a ser?
La principal aportación de UP a la política española ha sido regenerar al PSOE. No sabemos si se habría generado un debate tan importante como el de 2016 sobre la abstención ante Rajoy si no hubiera habido un partido a su izquierda que hubiera amenazado con sustituirle. Probablemente UP ha tenido también la misión de obligar al PSOE a tener escenarios más ambiciosos. Dicho eso, lo cierto es que para que haya un Gobierno de izquierdas en España hoy el problema no está en el PSOE, sino en UP. El PSOE no tiene un problema de base electoral en estos momentos y Podemos sí. En la medida que Podemos lo tenga en la capacidad de movilizar a toda esa gente que en rara ocasión votaría al PSOE, el Gobierno de izquierdas no va a poder seguir siendo posible.
Vox sigue subiendo en las encuestas, ¿ha tocado techo la extrema derecha en España?
Es verdad que en los últimos años hemos visto que tanto el PP como el PSOE en muchas encuestas se han visto superados por sus principales competidores electorales, pero eso no acabó de pasar. En relación a Vox, me parece que casi todo el mundo advierte de la amenaza que supone para la democracia, pero sin embargo no sé si han hecho o están haciendo lo suficiente para que esa amenaza no se cumpla. El político que se tomó más en serio la presencia de Vox en las instituciones fue Íñigo Errejón, cuando en 2019 en la Comunidad de Madrid dijo que estaba dispuesto a facilitar un Gobierno de Cs con tal de que las ideas reaccionarias no se normalicen. Aquello fue ignorado. Hoy el PP cuando habla de extrema derecha mira para otro lado mientras sus líderes autonómicos pactan con Vox. Y el PSOE, pese a la pregunta lanzada por el presidente, no creo que de verdad se lo esté tomando en serio. El problema es que si tú dices que Vox es un problema existencial para la democracia, acaba gobernando en Castilla y León y se demuestra que la democracia sigue existiendo, pues cuando pueda suponer una amenaza mayor no sé cuánta gente lo va a creer. Pocos de los que dicen que es una amenaza se lo creen. Pese a que se advierte mucho de los riesgos para la democracia que supone Vox, nadie de verdad se lo está tomando en serio.
¿Se ha cruzado una línea roja en Castilla y León?
Lo cierto es que en Murcia ya gobiernan personas que se presentaron en una lista electoral de Vox pero que luego fueron tránsfugas. Desde luego contribuye a su normalización. Las ideas reaccionarias primero se normalizan, luego adquieren poder y al final se ejecutan. Se intenta hacer una equiparación permanente entre la extrema izquierda y la extrema derecha que no comparto. Entre otras cosas, porque en la historia de nuestra democracia y en la UE la extrema izquierda y la extrema derecha no han tenido el mismo papel. La democracia española se explica gracias a la extrema izquierda, gracias al PCE y no gracias a Blas Piñar. Pero hay otra diferencia fundamental: la evidencia nos dice que los partidos de extrema izquierda cuando llegan al Gobierno sus programas dejan de ser maximalistas y, sin embargo, la extrema derecha no renuncia al maximalismo en sus programas electorales. Lo que digo es que lo que proponen, si pueden, lo harán.
Alberto Núñez Feijóo es el líder in pectore del PP, ahora lo ratificarán en el congreso de Sevilla. ¿Cómo es realmente?
En realidad lo conocemos poco y quien vive en Galicia y conoce el ecosistema político y mediático de allí dice que en Madrid hay una imagen distinta de lo que realmente es. Hizo una declaración de intenciones cuando dijo que no venía a la política nacional a insultar, sino a ganar. Era claramente un mensaje a su antecesor, que había dedicado más energía a insultar al Gobierno. Es verdad que la musicalidad de las cosas que venía diciendo en los últimos meses era distinta a Casado. Dicho esto, es verdad que todavía existe la duda de si lo que ha hecho durante las semanas de elección como presidente responden a una lógica exclusivamente interna o forman parte del proyecto que va a proponer. Feijóo tiene un problema. Nos hemos centrado mucho en las cuestiones orgánicas del PP, pero el principal problema del PP tiene que ver con su proyecto político. Es verdad que un partido que se ha pasado cuatro años diciendo que el Gobierno es ilegítimo, pues es muy difícil de la noche a la mañana decirle a su electorado que era mentira y que va a empezar a pactar con el Gobierno. Es muy difícil, con lo cual la lógica de incentivos de Feijóo es muy perversa. Si toma decisiones dirigidas a cambiar el rumbo de su proyecto, que es lo que le conviene a este país, va a perder votos por el camino. Es el drama y la contradicción en la que va a tener que vivir Feijóo.
Rivera, Iglesias, Casado… auténtico manual de resistencia de Pedro Sánchez. ¿Cuánto aguante tiene todavía como presidente del Gobierno? ¿Seguirá en la próxima legislatura?
Si tuviera que analizar esta semana del Gobierno, no habría motivos para ser optimista porque se da la tormenta perfecta. Pero lo cierto es que después de la Transición no hay presidente del Gobierno que en tan poco tiempo haya tenido que gestionar situaciones tan complejas: una crisis sanitaria y económica sin antecedentes en el último siglo y ahora un escenario de Tercera Guerra Mundial. Se ha construido una imagen de Sánchez en el debate público, no sólo se ha dicho que es ilegítimo, sino que su Gobierno es inestable. En realidad, no hay un hecho que lo demuestre. De todos los gobiernos autonómicos de derechas que surgieron en 2019, salvo el de Andalucía, ninguno acabó la legislatura ni aprobaron presupuestos. Ni Madrid ni Murcia ni Castilla y León. Sin embargo, el Gobierno de España en esta última legislatura ha aprobado, con una pandemia y una situación crítica, sus presupuestos de forma consecutiva. Y ha tenido la capacidad de pactar más de una decena de veces medidas económicas con agentes sociales.
Pese a la construcción mediática que se ha hecho por parte de sus detractores, lo cierto es que el Gobierno ha consolidado una mayoría en torno a los 180 diputados y ha tenido la capacidad de pactar, a pesar de lo que se dice, con gente que no piensa como él. Sánchez tiene una visión distinta del mundo de los democristianos del PNV, de los liberales de Cs, de la izquierda de ERC. Ha tenido la capacidad, en una coyuntura muy complicada, de aunar distintos intereses. A lo mejor esa es su principal virtud, pese a que se insiste en que es sectario. Lo cierto es que para ser sectario no sé cuánta gente más en la política española hoy tiene la capacidad de pactar con gente tan distinta. De hecho, el principal problema del PP es que sólo puede pactar con los que piensan casi parecido a él. Y el problema de Vox es que prácticamente sólo pueden pactar con el PP. Sánchez está en una esquina del tablero político que le permite mirar la realidad de España con una perspectiva distinta de la de cualquiera de sus competidores.
¿Te atreves a vaticinar si después de las elecciones de 2023 saldrá un Gobierno PSOE-UP o PP-Vox?
O un tercer escenario que hoy no visualizamos. Hay un debate que es inoportuno hoy que en algún momento tendrán que abordar de verdad el PSOE y el PP sobre si están dispuestos a que los espacios políticos que están más al borde condicionen de verdad la política española. Esto implica a la CUP, Vox o Junts. Si la respuesta es que no, la única posibilidad es que creen otro tipo de alianzas distintas. Lo que sabemos por las encuestas es que el PSOE gana las elecciones con comodidad, pero que el PP y Vox tienen más mayoría que la coalición de gobierno. La duda es si, aunque el PP y Vox no tengan mayoría para gobernar, a quién va a tener que incorporar en la ecuación de la investidura el PSOE. Si es a los mismos socios que le invistieron en el año 2020, puede haber Gobierno progresista sin problemas. Si esos márgenes se reducen y hace falta incorporar a actores que hoy no condicionan la gobernabilidad de España como la CUP o Junts, ahí va a haber preguntas que responder y que entiendo que hoy nadie quiere responder.
¿Cómo explicas el fenómeno Ayuso? ¿Es algo sólo madrileño o tendría tirón nacional para ganar?
Ayuso es un personaje del siglo XXI, cosa que Feijóo no sé si lo es. Y eso no es ni bueno ni malo necesariamente. Simplemente que es producto de una época distinta. El fenómeno más parecido a Trump que tenemos en nuestro país se llama Isabel Díaz Ayuso. No sé si ella tiene tirón más allá de Madrid, lo que sí intuyo es que si ella cree que lo tiene y en su partido no lo ven, su ambición política estará fuera del PP. Esto también es muy propio del siglo XXI, pensar en Ayuso dentro sólo del PP es una forma del siglo XX. En realidad, la respuesta al futuro de Ayuso y su ambición sólo la va a tener ella.
El otro hype de la política es Yolanda Díaz. Hace unos meses reventaba en los medios, pero ahora está tardando en organizar esa especie de plataforma. ¿Hasta dónde puede llegar? ¿Se está pinchando la burbuja?
Yolanda Díaz es la única esperanza que tiene su espacio político. De hecho, veíamos hace unos días unos datos que nos enseñaban como otros dirigentes de Podemos como Ione Belarra estaban prácticamente al mismo nivel de valoración dentro de sus votantes de Podemos que Feijóo. No hay alternativa para el liderazgo de Podemos que no sea Yolanda Díaz. A no ser que Pablo Iglesias esté pensando en volver.
¿Crees que volverá Iglesias o está muy feliz con sus podcast y artículos?
No lo sé. Pero lo que sí que sé es que sigue haciendo política fuera de la instituciones. Cuando Iglesias habla, en su espacio político se le tiene muy en cuenta y sigue generando semanalmente noticias. Sigue comentando lo que hace el Gobierno y las decisiones incluso que toma su partido dentro del Ejecutivo. Puede ser que sea una vocación pública que le viene de mucho antes y también que es un político muy del siglo XXI que entienda que los ciclos en política no tienen por qué ser continuados. Lo que sé es que la contribución de Yolanda Díaz a la política española va más allá del éxito que le pueda dar a su espacio político. Entre otras cosas, porque rompe con una dinámica polarizante en la dialéctica del debate público y con una forma de hacer política instalada en los últimos cinco años que tiene que ver con decir cosas para que los tuyos te den la razón para pasar a decir cosas para que juntos podamos construir algo. Una de las obsesiones de Díaz, que es militante del PCE, ha sido pactar con la CEOE su medida estrella, incluso a riesgo de morir por el camino. Y lo ha hecho. Reconecta de verdad con la lógica de la Transición.
¿Hasta dónde puede llegar la España Vaciada como fenómeno político?
El 15-M dio respuesta a una brecha generacional, igual que el procés a una brecha territorial. La España Vaciada da respuesta a otra de las grandes brechas de las sociedades occidentales: mundo rural vs. mundo urbano. Haría muy mal el mundo urbano de mirar con desprecio al mundo rural o de construir un país donde el mundo rural no tuviera un papel protagonista. Hoy no tienen los mismos derechos las personas que viven en un pueblo de cien habitantes que los que viven en una gran capital, porque no tienen el mismo acceso a los servicios públicos. Y eso es lo que vertebra a un país y lo que justifica que paguemos impuestos.
¿Reinará la princesa Leonor?
Es una de las grandes preguntas. En España, lo cierto, es que no hay un gran debate en estos momentos alrededor de la república. Pero en la medida en la que haya que reformar la Constitución para que la hija del rey pueda ser reina ese debate seguro que llega. Si fuera monárquico, que no lo soy, lo que recomendaría a los monárquicos es que llegaran a ese momento con los deberes hechos. En teoría, la principal ventaja que tiene una monarquía frente a una república es que aporta estabilidad. La monarquía en España en los últimos años no ha aportado ni estabilidad ni credibilidad al sistema. Por eso me sorprende tanto que no se haya generado un debate, especialmente entre los defensores, sobre cómo hacer reformas que eviten que en el futuro pase lo mismo. Hoy muchos nos dicen que el rey actual es honesto, no tengo por qué dudarlo, pero el sistema de fiscalización y control que tiene el actual jefe del Estado es el mismo que el que tenía su padre. Como el sistema es el mismo, no hay ningún elemento para pensar que él vaya a ser distinto que su padre. Para llegar a ese momento en el que se produzca el debate sobre monarquía y república, lo que tienen que hacer los monárquicos es lo que no han planteado en los últimos meses y años. Sánchez dijo que quería reformas y una ley de la corona, con el pretexto de la institucionalidad se da la oportunidad a que sea la corona la que lo proponga. Creo que es un caramelo envenenado. Si de verdad Sánchez quisiera proteger a la monarquía, lo haría ya. Haría ya esa ley de la corona que le daría credibilidad y estabilidad. Sin embargo, no lo está haciendo.
¿Quién ha sido el mejor presidente de España? ¿Y el peor?
El expresidente peor valorado es José María Aznar, la valoración hace justicia al personaje. En cuanto al mejor presidente, el impacto que tuvo Felipe González en la construcción de la democracia española fue el mayor. No se explica la democracia española sin los años de Felipe González. Pero soy de una generación que socializó políticamente en la guerra de Irak y tras los atentados del 11-M, que al primer presidente con quien socializó fue Rodríguez Zapatero. Representó lo mejor y la mayor de las frustraciones de la política. Lo mejor porque tuvo una primera legislatura en la que tuvo la capacidad de introducir unos temas en la agenda que hoy todavía configuran el país en el que vivimos. Fue auténticamente revolucionaria toda la agenda de derechos civiles que introdujo, pero tuvo una parte frustrante que tuvo que ver con asumir todas las limitaciones de un Gobierno como el suyo en la crisis.
Eres un freak de los discursos políticos y del relato. ¿Cuáles son los políticos en España que más te gusta escuchar?
Un político de izquierdas, por ejemplo, Íñigo Errejón. No sólo es una persona intelectualmente sólida, sino que tiene una vocación pedagógica que le conviene a la política. Creo también que Aitor Esteban en el ámbito del Congreso de los Diputados, es un político que es claramente identificable su ideología, no tiene una vocación de destrucción en la dialéctica pública y además tiene capacidad de combinarlo con sentido del humor. Y por intentar añadir algún tercero de otro ámbito político, creo que en general la política autonómica a la que no le dedicamos mucho espacio en el ámbito nacional…
Bueno, menos a la catalana.
A excepción de la catalana. Creo que en la política autonómica la lógica del debate público es distinta. Por eso Feijóo se va a encontrar con muchos problemas cuando llegue a Madrid. Por poner ejemplos de partidos distintos, Ximo Puig y Juanma Moreno. Escucho a políticos con vocación de representación del conjunto.
Eres experto también en la cultura pop política, ¿cuál es la serie que más has disfrutado?
La primera que quiero reivindicar es una que creo que es la más fidedigna de cómo es la política por dentro y que se llama The thick of it, de la BBC. Es el gabinete de un ministro, donde se ve que la política, lejos de lo que nos presentan otro tipo de series con cabezas muy bien amuebladas y estrategias desarrolladas, pues en la realidad es la gestión del día a día. Tiene su versión norteamericana, que es Veep. Y también su versión española: Vota Juan. Hay un elemento común de las tres, muestran el lado más humano de los políticos, pero no desde la lógica de la empatía, sino de que son personas con los conocimientos limitados que hacen lo que pueden y gestionan el día a día de la mejor manera que pueden.