Mónica Oltra: "Hay una derecha bárbara, otra corrupta y otra que no se entera de nada"
Entrevista con la vicepresidenta valenciana y 'número uno' de Compromís para las autonómicas del 28-A
Falta muy poco para que arranque la campaña electoral del 28-A. A Mónica Oltra (Compromís) le dolió que Ximo Puig (PSOE) no le mirara a los ojos y le dijera que también adelantaba los comicios valencianos a la misma jornada que las generales. Pero al día siguiente salió el sol, dice. Y cada vez que ve un rayo se para y mira hacia arriba.
Eso hace entre foto y foto para esta entrevista en el jardín de las Cortes Valencianas, junto al ficus centenario de 22 metros de altura que domina este oasis en mitad de la ciudad. Esa Cámara autonómica, que fue el Palacio de los Borgia, en la que se hizo famosa con sus camisetas clamando contra la corrupción del Partido Popular.
Y en 2015 llegó ese cambio a las tierras levantinas, con el pacto del Botánico (un Gobierno de socialistas y Compromís apoyado por Podemos parlamentariamente). Fue un ejemplo desde entonces para la izquierda. Ahora quiere reeditarlo, pero aspirar a ser la presidenta. Todo ello en un panorama con las tres derechas, advierte, en una deriva extrema y preocupante.
Es hora de hablar de urnas, del futuro y de lo que han supuesto estos cuatro años que no pueden arreglar “los desastres de veinte”. Y se toca el brazo y dice que se le ponen todavía los pelos de punta cuando recuerda la llegada del Aquarius a Valencia. Lo más doloroso para ella: los minutos de silencio por cada víctima de la violencia machista. Oltra se sincera. Aviso para los navegantes: no se plantea dar el salto a Madrid. “Soy de tierras chiquitas”, desliza.
Han pasado cuatro años desde que llegó al Consell. Fue uno de los rostros del cambio en España en 2015, aquella Oltra combativa con sus camisetas. ¿Cómo le ha sentado esta legislatura?
Pues la verdad que muy bien. En la oposición lo que consigues al final es visibilizar situaciones invisibles, denunciar injusticias, presionar para que salgan adelante propuestas, aunque con la entonces mayoría absoluta del PP era casi imposible. Pero en el Gobierno lo que puedes es solucionar. Aunque hemos trabajado muy duramente con jornadas inacabables, ha merecido la pena.
En estos cuatro años también se ha generado un sentimiento de desencanto con algunos gobiernos del cambio. En el caso valenciano, ¿cree que han decepcionado o que la gente está más predispuesta a un Botànic II?
La gente está predispuesta a que el cambio de 2015 continúe. Obviamente queda mucho por hacer. Somos muy conscientes, pero hemos cumplido con las expectativas de la gente porque hacemos lo que decíamos en la oposición. Somos absolutamente coherentes. Ahora tenemos, por ejemplo, cien millones en el presupuesto para renta valenciana de inclusión. La gente también es muy consciente de que para producir un cambio tan profundo como el que estamos llevando a cabo en la Comunidad Valenciana hace falta tiempo. Cuatro años no arreglan los desastres de veinte ni la corrupción ni el saqueo ni la infrafinanciación, que seguimos sufriendo con el PP y el PSOE. Vamos a trabajar por un Botànic liderado por Compromís.
¿Se le ha pasado el enfado con Ximo Puig por haber adelantado las elecciones?
No me enfadé, no soy mucho de eso. A mí me dolió, que no es lo mismo. Por las formas, había otra manera de gestionar esto, que es decirse las cosas a los ojos con la tranquilidad, la lealtad y la armonías que nos han caracterizado. De todas maneras, una decisión no empaña 5.746 decisiones tomadas unánimemente. Fue un día doloroso, pero al día siguiente salió el sol y vamos a ganar la confianza de la gente.
Coinciden las elecciones valencianas con las generales. ¿La gente puede comprender que el PSOE es el voto útil?
El voto útil es aquel del que no te arrepientes a los diez minutos de haberlo depositado en la urna, aquel que no te va a defraudar a la primera de cambio, el que te sale de la convicción. En definitiva, aquel que te hace sentir ilusión. Ha habido muchos votos útiles a lo largo de la historia que se han vuelto muy amargos a lo largo de tres meses. Es aquel con el que llegas a la urna con la cabeza alta y una sonrisa porque sabes que no va a defraudarte.
Estas elecciones tienen un componente totalmente diferente: la irrupción de Vox. En las encuestas en Valencia salen bien. ¿Qué le parece? ¿Qué ha sucedido en la sociedad para que una fuerza de ultra derecha tenga esta fuerza ahora?
La ultraderecha siempre es una amenaza para la democracia. Son partidos políticos que aprovechan un sistema de libertades para cargarse ese sistema de libertades. La amenaza más grande es que en este momento tenemos tres derechas que han tardado cinco minutos en ponerse de acuerdo en Andalucía. Las fuerzas democráticas de derechas en el conjunto de la UE no pactan con los destructores de la democracia. Eso en los países democráticamente avanzados está muy claro. Cada vez que una derecha ha pactado con la ultraderecha la cosa ha salido muy mal, ha acabado habiendo regímenes totalitarios y la democracia destruida. Por lo tanto, la amenaza más grande es que las derechas, supuestamente democráticas de este país, estén pactando con una fuerza de ultra derecha y no tengan pudor en ponerse en la misma foto. Sus propuestas, en definitiva, son la defensa de cuatro privilegiados y la gente sencilla y normal tiene muchas dificultades cuando gobiernan estas fuerzas. Lo hemos visto en Andalucía: lo primero que hacen es eliminar el impuesto a las grandes fortunas y a los señoritos. Hay una amenaza de las tres derechas: la bárbara, la corrupta y la que no se entera de nada y no se ha ubicado en la política.
¿Es España de izquierdas o de derechas? ¿Y la Comunidad Valenciana?
Los territorios no son de izquierdas o de derechas, lo son las personas. Mayoritariamente, tanto en España como en la Comunidad Valenciana, así lo muestran las encuestas, a la gente le gusta avanzar, es progresista, tiene ideas de defensa de las libertades, de entender que los poderes públicos tienen que proteger a las personas. La política tiene que ser una herramienta útil para que la vida sea más fácil. La mayoría de ciudadanos se encuandra en este esquema mental, esta cosmovisión progresista de que una sociedad tiene que avanzar y no retroceder en la historia.
¿Por qué deciden ir por separado con Podemos en las generales?
Todos los estudios mostraban que sacamos mejor resultado por separado que juntos. Para nosotros era muy importante mantener la alianza política, que no siempre tiene que ser electoral. Nos parecía mucho más inteligente y práctico. Fue una razón muy política y pragmática.
¿Qué le parece este Podemos del que se separan Íñigo Errejón y Manuela Carmena con su plataforma y a la baja en las encuestas? ¿Qué le parece el partido morado en 2019?
Bueno, en la Comunidad Valenciana no ha habido esos problemas. Con Podemos hemos tenido muy buena relación política, no entraron en el Gobierno autonómico pero lo apoyaron desde el Parlamento. Llegamos al pacto del Botánico, que es uno de los mejores a los que se ha llegado jamás. La contribución de Podemos ha sido importante, leal y fructífera. He aprendido de sus diputados y al revés también. Tengo muy buena opinión de la relación con Podemos.
La campaña del 28-A está muy marcada también por Cataluña, son comunidades limítrofes. ¿Está a favor o en contra de un referéndum?
Estoy a favor de la política, y de que sea una solución y no un problema. En este momento, lamentablemente, y llevamos así siete años, no ha sido la solución. Eso no puede ser. Podemos hacer como el avestruz e ignorar que hay una parte significativa de los catalanes que se está planteado un proyecto de Estado separado de España. No se puede ignorar, por no hablar del origen del crecimiento exponencial del independentismo: el PP recurrió un Estatut votado por el Parlament y las Cortes y aprobado en referéndum en Cataluña. Hay artículos en los estatutos andaluz y valenciano que no les han dejado tener a los catalanes, es muy difícil de explicar y esto constituye un agravio que tenía que haber solucionado la política. Tarde o temprano, como se ha hecho en otros países avanzados, habrá que abordar esta cuestión. ¿Cómo? Con las urnas. ¿Con qué condiciones, con qué mayorías, con qué consecuencias? Eso es lo que sentarse hablar. Ha faltado diálogo, sensatez y empatía de un lado y de otro. Ha sobrado mucha testosterona.
¿Tiene asegurados Pedro Sánchez los votos de los diputados de Compromís para su investidura después del 28-A? ¿Teme que el PSOE tenga la tentación de pactar con Ciudadanos?
El nuevo Gobierno de España, esté presidido por quien esté presidido, como si es Pedro Sánchez o al final otra persona del ámbito del cambio político, tendrá asegurados los votos de Compromís siempre y cuando los valencianos tengamos un trato justo. No podemos seguir con una financiación que nos está desangrando y que es injusta. Somos la única comunidad pobre que paga. Entre un ciudadano que vive en Cantabria y uno en la Comunidad Valenciana hay 800 euros per cápita de diferencia. También la defensa de nuestros sectores económicos, la agricultura, los cítricos. A nosotros nadie nos da consignas ni desde Madrid ni desde Barcelona como en otros partidos.
Hablaba antes de pasar de la oposición y la gestión. ¿Le gustaría que Compromís tuviera un Ministerio en el próximo Gobierno?
Bueno, podría ser una opción. Creo que los gobiernos plurales siempre son una buena idea, diferentes miradas, diferentes maneras de entender los problemas y las soluciones. Inteligencia colectiva al servicio del proyecto común, Sí creo que sería una posibilidad que podríamos ver con buenos ojos, pero lo primero es tener claro qué se va a hacer y luego quién.
En Madrid en los corrillos políticos también es recurrente la pregunta de cuándo dará el salto, como ha hecho Inés Arrimadas, Oltra de Valencia a la capital. ¿Lo habrá? ¿Si le ofrecieran un Ministerio?
Me encanta ir a Madrid y más en los últimos tiempos que se está convirtiendo en una ciudad más amable con Carmena. Pero soy de tierras chiquitas, pequeñitas. No me veo fuera de lo que es el ámbito de la Comunitat. Aunque obviamente también desde el Congreso y el Senado se defiende el interés de las personas que viven en la Comunidad Valenciana, así lo han demostrado los parlamentarios de Compromís. Pero yo soy de tierras chiquitas.
¿Y cree que es posible el sorpasso al PSOE en la comunidad el 28-A?
Estamos trabajando para hacer el sorpasso al PP. Queremos ser la fuerza más votada por los valencianos, porque eso será la muestra de que nos hemos ganado la confianza de la gente y se apoya lo que hemos hecho en las instituciones.
¿Cómo ve ese PP de Pablo Casado y de Isabel Bonig?
El de Casado y Bonig, pero también el de Rajoy… Ojo, en este país están pasando cosas muy graves y con una amenaza democrática importante. Todo lo que estamos sabiendo ahora de Villarejo, de haber espiado…
¿Usted tiene constancia o cree que ha sido espiada?
¿Yo? No lo sé. Pero no me importa que me lo hayan hecho a mí o no, esto es una cuestión democrática. Que a un partido se le esté espiando, que se haya robado un móvil para publicar determinadas conversaciones, que se haya espiado en su propia casa a líderes es un ataque a la democracia muy preocupante. La policía está para garantizar la seguridad a los ciudadanos no para convertirlos en delincuentes. Esto es delincuencia de Estado y es la más peligrosa que hay. Eso no pasa en los estados democráticos, sino en los totalitarios y dictatoriales. Nos debe unir a todas las fuerzas política democráticas, poner el grito en el cielo y que se depuren las responsabilidades tanto penales como políticas.
Y el PP de Casado y de Bonig está enmarcado en esta dinámica. No ha habido una ruptura con la corrupción. La campaña pasada de Bonig está dentro de uno de los sumarios de financiación ilegal. ¿Qué corte ha habido con la corrupción y con los tics totalitarios del pasado? Por no hablar de la deriva de Casado. Si solo lees el titular, no sabes si lo ha dicho Vox o el PP. Las tres derechas en este país están entrando en una deriva extrema muy preocupante.
¿Teme que se produzca como en Andalucía el fenómeno de la abstención entre los votantes de izquierdas?
No, no. Y probablemente las elecciones andaluzas han sido terapéuticas para el resto, la gente se ha dado cuenta de que si no vas a votar, alguien vota por ti. Y luego lo que pasa es que les quitan los impuestos a los señoritos para subir el precio de la educación infantil o privatizar determinados servicios públicos.
¿Los postulados del PP y Vox suponen una amenaza para la mujer?
Claro que sí. Al final lo que se está proponiendo es que las mujeres volvamos a la cocina y a la crianza. Cuando Bonig acaba de proponer una ayuda para las amas de casa, lo que está diciendo es que abandonemos el espacio público y nos quedemos recluidas. Esto va en contra de los vientos actuales, el movimiento feminista ha mostrado muy claramente que queremos compartir con los hombre el espacio público y privado.
Hay críticas a su gestión en la Cosellería por usar en exceso el trámite administrativo que se conoce como expediente de enriquecimiento injusto, que no es el más transparente ni la fórmula más adecuada para gobernar.
Transparente es porque está todo intervenido por los órganos de control de la Generalitat. Es un pago que se hace cuando te quedas sin cobertura contractual. Ha habido dos razones fundamentales. La primera: el PP montó todo un modelo residencial para personas mayores que se llamó Blasco-Cotino. Se favoreció a unas determinadas empresas, que tenían una adjudicación directa de las plazas. Medio año después de entrar a gobernar, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana declara nulo dos tercios del modelo. Me encuentro en ese momento con 2.148 personas mayores que se quedan fuera de cobertura. Dos opciones: o los sacaba de la residencia o empezar un nuevo contrato para cubrir y ampliar plazas, y mientras pagar a las residencias. Obviamente tomé la segunda decisión para no cometer una crueldad. Tardó año y medio ese contrato para resolverse. Cuando el PP critica estos pagos, es de una poca vergüenza y hay que tener la cara muy dura. La otra razón: todos los contratos estaban vencidos o a punto de vencer. Y hay un problema añadido, la falta de personal.
¿Hoy está libre de corrupción la Comunidad Valenciana?
Los gobiernos están limpios de corruptos, la corrupción hoy se sigue investigando. Todavía conoceremos más casos. Hace apenas unos días detuvieron al cuñado y sobrinas de Rita Barberá. Eso va a seguir estando. Además, cuando empiezas a investigar es como las cerezas, empiezan a salir, unas se enganchan en otras. Pero lo más importante que hemos hecho es articular un sistema de prevención. Nosotros no pararemos hasta recuperar el último céntimo que nos han robado a los valencianos. Nadie puede garantizar que no vas a tener un caso de corrupción, pero sí tener normativas y mecanismos, como el Satan (el sistema informático de alertas tempranas anticorrupción). Para que no vuelva a pasar nunca más lo que sucedió con el PP. Por eso la derecha quiere acabar con la Conselleria de Transparencia y la Oficina Antifraude, porque solo los ladrones quieren acabar con la policía.
¿Recuperaría a Carmen Montón para el próximo Gobierno valenciano?
No me tocaría a mí porque es del PSOE. Estaría inlcuso feo que se lo planteara yo, pero me encantaría compartir otra vez Gobierno con la señora Montón. Tengo que decir respecto al breve tiempo que estuvo al frente del Ministerio, en lo que atañe a las políticas sociales, palabras de agradecimiento y de reconocimiento. Sí que la he echado de menos.
Si vuelve al Consell después del 28-A, díganos la primera medida que pondrá en marcha. ¿Qué le promete a los valencianos?
No prometo a los valencianos, me comprometo. Va a ser un elemento troncal e irrenunciable, y si llego a la Presidencia va a impregnar todo el Gobierno, la lucha contra el cambio climático y la transformación ecológica de nuestra economía. Nos lo están diciendo los adolescentes todos los viernes en la calle. El desafío más grande al que se enfrenta la humanidad en los próximos años es la lucha contra el cambio climático. Y esto está ausente en el discurso público, es dramático porque ya estamos inmersos. Desde 1980 hasta ahora no ha habido año en el que el verano no se haya hecho más largo. La cuenca mediterránea es uno de los territorios más afectados y ahí todos los gobiernos están interpelados a actuar hoy.