Margarita Robles: "No me gusta que el rey emérito esté en Emiratos Árabes, no es el sitio más adecuado"
Entrevista con la ministra de Defensa: "Aquellos que hicieron aquella crítica tan despiadada e injusta al Gobierno tienen que ser muy conscientes de que no estuvo bien".
“Aquella crítica política despiadada contra el Gobierno era absolutamente inaceptable, lo vivimos con mucho dolor”. Margarita Robles echa la vista atrás, a esos debates en los que sufría el Ejecutivo para poder prorrogar el estado de alarma en el Congreso. Son para olvidar, reflexiona. Y dice: “Tengo la tranquilidad absoluta de saber que en cada momento hicimos lo que podíamos”.
En pleno Paseo de la Castellana, está el imponente departamento de Defensa. Un enorme globo terráqueo llama la atención en el despacho de la ministra, uno de los lugares donde se toman algunas de las decisiones más importantes del país. Ahora tiene entre manos la misión Baluarte, por la que el Gobierno ha puesto a disposición de las comunidades más de dos mil militares para hacer tareas de rastreo.
Son días extraños en la ciudad, azotada por esta segunda oleada. “La situación en Madrid es complicada y difícil”, reconoce, a la vez que anima a la Comunidad a adoptar ya decisiones de manera responsable y sin generar alarma. No quiere entrar directamente en el enfrentamiento, pero manifiesta: “Aquellos que hicieron aquella crítica tan despiadada e injusta al Gobierno tienen que ser muy conscientes de que lo que hicieron no estuvo bien y de que es el momento de poner en valor lo que nos une”.
“El Gobierno de la nación no va a ser como otros determinados políticos, tenemos el único objetivo de ayudar a las comunidades autónomas en la medida de la posible”, subraya Robles, cuyos ojos se humedecen cuando vuelve a recordar algunos momentos tan duros como la imagen de los cadáveres en el Palacio de Hielo y los militares en soledad, sin cámaras, llorando y acompañando hasta el final a los cuerpos, sabiendo el dolor de unas familias que no podían estar allí.
Están en plena ‘misión Baluarte’. ¿Cuántos militares están empleados ya de rastreadores? ¿Y en qué zonas de España?
En este momento tenemos formados más de dos mil rastreadores militares. Lo han pedido ya 13 comunidades autónomas, más las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. La labor de rastreo es esencial y fundamental para detectar y evitar los contagios, es una de las más importantes. Por eso, el aprovechar la experiencia que tienen los militares va a ayudar mucho. En esta lucha nadie sobra, todos hacen falta.
Hay unos datos preocupantes en esta segunda ola. ¿Se va a tener que ampliar ese número de militares en el rastreo?
En principio tenemos entre 2.000 y 2.200, pero evidentemente se formarán los que hagan falta. Aunque las Fuerzas Armadas son muy desconocidas también, la propia Ley de Defensa Nacional da unas competencias al Ejército en casos de calamidades, inundaciones e incendios, ahí está la UME por ejemplo. En la operación Balmis, durante todo el tiempo de la pandemia, fueron miles y miles de militares los que estuvieron en todos los ámbitos, desde la desinfección hasta la labor tan durísima de acompañar a los cadáveres en labores de transporte. Y tengo que decir que todos los hombres y mujeres se volcaron voluntariamente en ayudar. En el caso de los rastreadores, tengo que decir la ilusión con la que lo están haciendo, esa idea interiorizada de que estás prestando un servicio a la sociedad. El Ejército estará donde haga falta, cuando haga falta y como haga falta, siempre para ayudar a los ciudadanos y a los más vulnerables.
Hablando de Balmis, ¿descarta tener que desplegar una operación como esta a partir de ahora en la segunda oleada?
Espero que las cosas evolucionen más positivamente. En todo caso, cuando cerramos la operación Balmis el mismo día que se levantó el estado de alarma, también dijimos que siempre que fuera necesario en 24 horas, máximo 48 horas, podemos poner todo el mecanismo en marcha. Ha habido casos puntuales en alguna comunidad autónoma que nos ha llamado para hacer desinfecciones en residencias de la tercera edad. En 24 horas, ya digo, se podría poner en marcha porque los militares están muy sensibilizados. En Ifema ayudamos a construir el hospital en 24 horas y lo hicimos también para personas sin hogar. Con esa voluntad de servicio, estaremos donde haga falta.
Cita Ifema, ¿va a ser necesario tener que reabrir ese hospital dada la situación en estos momentos en Madrid?
No me atrevo a decirlo. Hay que ser muy prudente y no generar alarma. La situación en Madrid es complicada y difícil. Nosotros tenemos un hospital que es el Gómez Ulla, que además atiende al barrio de Carabanchel, y sabemos que la situación es difícil y complicada. Quiero agradecer también el gran trabajo que están haciendo los sanitarios. Me parece que estamos viviendo un momento complicado y difícil en Madrid, no es bueno que haya noticias contradictorias como las que ha habido estos días y, por lo tanto, hay que tomar decisiones desde la responsabilidad sin generar alarma. Espero que la Comunidad de Madrid las tome. Igual que ayudamos en su momento, si es necesario, las Fuerzas Armadas ayudarán también.
Formaba parte de ese mando único del Gobierno durante el estado de alarma y recibieron muchas críticas por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sobre la manera de gestionar. Ahora las autonomías tienen plenas competencias. ¿Qué le parece el papel de Ayuso?
Mire, he aprendido una cosa en toda esta pandemia. Primero: el virus no hace diferencias entre ciudadanos de un color o de otro. Pero viví una cosa que me dolió profundamente. Durante la pandemia, el Gobierno se volcó, tratamos de hacerlo lo mejor posible y ayudar a todo el mundo. Teníamos un único objetivo: salvar vidas. Ahí estuvieron los militares, los sanitarios y el Gobierno todos los días. Cada vez que íbamos a la convalidación de la prórroga del estado de alarma, ver aquellas críticas y en ocasiones insultos, ver que se nos hacía responsables incluso de la muerte de las personas, fue una cosa dolorosísima. Con todos los errores, que sin duda los hubo, el objetivo que teníamos era hacerlo lo mejor posible y ayudar a salvar vidas. Ahí hubo muchos dirigentes políticos que utilizaron la pandemia con una clara finalidad que era ir contra el Gobierno.
Tengo que decir que aquella experiencia fue muy dura. Teníamos la satisfacción, por un lado, de hacer lo que creíamos y lo que se podía, pero, por otro lado, el dolor de ver esa incomprensión y de ver esa utilización política. Por eso ahora, cuando las competentes son las comunidades autónomas, veo a algunas que criticaron tanto al Gobierno y ahora se tienen que dar cuenta de que cuando tenemos un enemigo como el virus no hay que hacer política con ello. Es momento de arrimar el hombro, de estar todos trabajando juntos. No debemos echarnos los muertos a la cabeza, porque es tremendamente deshonesto hacia las familias. En este momento, aquellos que hicieron aquella crítica tan despiadada e injusta al Gobierno tienen que ser muy conscientes de que lo que hicieron no estuvo bien y de que ahora es el momento de poner en valor lo que nos une y tratar de seguir combatiendo contra el virus. El único enemigo que tenemos es el coronavirus. Y quien utilizó la pandemia, o quien puede utilizarla para hacer crítica política, no está a la altura.
¿Será necesario tener que aprobar un estado de alarma?
No me gusta hacer previsiones porque se ha visto que el virus evoluciona de la forma en la que evoluciona. Espero que no sea así, se ha aprendido mucho. La situación, hay que decirlo con claridad, no es la que vivimos en marzo y abril. Es difícil, pero no la de abril. Esperemos que esa situación no llegue, pero si fuera necesario, se haría. Quiero confiar en que no sea así. Pero remarcar algo: con el virus no se puede hacer política. Y desgraciadamente cómo se utilizó el coronavirus contra el Gobierno de España es una cosa francamente dolorosa, injusta y no muy aceptable.
¿Fue desleal el PP?
No me gusta hacer política en este tema, pero envío a la gente a las hemerotecas y a las bibliotecas. Ver en aquellos debates en el Congreso cuando queríamos convalidar el estado de alarma las cosas tan terribles que nos dijo también el Partido Popular cuando tenía que haber tenido una posición de Estado... ¿Por qué ofrecemos los rastreadores militares? Creemos, aunque no sea competencia nuestra, que es el momento de ayudar. Viví con muchísimo dolor esa crítica política que se hizo en un momento en el que el único objetivo era salvar vidas. Una de las cosas que tenemos que aprender es que en la política no debería valer todo. En los grandes temas de Estado, como salvar vidas, caer en lo fácil de criticar al Gobierno no es aceptable. Los ciudadanos nos piden que haya mucha unidad. Vamos a tratar de sacar lecciones: aquella crítica política despiadada era absolutamente inaceptable. Lo vivimos con mucho dolor. Aquellos debates en el Congreso son para olvidar.
En aquella época de la pandemia se escuchó a la portavoz del Gobierno de Cataluña decir que hubiera habido menos muertos si hubieran tenido ellos las competencias. Luego, el Govern ha rechazado ayuda del Ejército. ¿Qué le parece?
El Gobierno de la nación no va a ser como otros determinados políticos, tenemos el único objetivo de ayudar a las comunidades autónomas en la medida de la posible. Ahí está la gestión que se ha hecho en Cataluña, los ciudadanos son mucho más listos que todos y sabrán valorarlo. También tengo que decir que el Ejército intervino en Cataluña, quiero agradecer a Ada Colau, en la Fira de Barcelona ayudó el Ejército a montar un pabellón y se instaló un hospital de campaña en Sabadell. Con eso me quedo. Una parte muy importante de mi vida personal y profesional la he vivido en Barcelona, me siento profundamente vinculada con Cataluña y los ciudadanos vieron que el Ejército son hombres y mujeres que lo único que quieren es ayudar.
Ahora tendrá que ir al Congreso una ley de presupuestos. ¿La partida de Defensa va a subir o a bajar?
En este momento se está en el trámite de Hacienda, tengo confianza plena en ese Ministerio. Siempre digo, sobre la partida de Defensa, que hay muchísimo desconocimiento sobre lo que implica. La gente ha visto en la pandemia cómo los militares han estado en primera línea a veces en lo que no quería nadie. Hubo un momento aquí en Madrid en el que había casi mil cadáveres y solamente fueron los militares los que se hacían cargo. Están luchando en este momento por la paz, la libertad y la seguridad en el mundo siguiendo los mandatos de Naciones Unidas. Tenemos gente en Líbano. A partir de hoy, van a ir también a Beirut a ayudar a sacar los escombros después de la explosión. Están en Afganistán, en Irak y en Mali.
¿Sabe lo importante que es? Por ejemplo, para ayudar a la incorporación del papel de la mujer. Estuve visitando a nuestro contingente en Afganistán y el presidente Ghani tuvo el detalle de recibirme, además con cuatro mujeres que eran equivalentes a secretarias de Estado, y me decía que el papel de ejércitos como el español y su actuación era importante para la fuerza que estaban tomando las mujeres en el país. Estamos ayudando también a las mujeres en las Fuerzas Armadas de Mali. No hay que olvidar que a pocos miles de kilómetros de España la agresión sexual a mujeres y niños es utilizada como un arma de guerra poderosísima.
Además, es que la industria de Defensa crea muchísimos puestos de trabajo. El lunes estuve en Asturias, donde se va construir un vehículo (8x8) que es esencial para el Ejército de Tierra, pero que supone oxígeno porque se van a crear 900 puestos de trabajo directos y 4.000 indirectos. Es un motor muy potente de innovación, de ciencia, de tecnología y de talento. Es bueno que los ciudadanos conozcan a los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas que, aunque lleven uniforme, son trabajadores que viven, sienten y lloran.
¿Esa negociación en los Presupuestos de su partida le puede llevar a algún enfrentamiento con los socios de Unidas Podemos?
Estoy segura de que no. Quiero decirlo con toda claridad. Hay cosas con las que no estoy de acuerdo con el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y es normal, pero en el ámbito de política de Defensa nunca ha habido algún problema, sino todo lo contrario.
¿Sabe algo sobre si al final Estados Unidos va a trasladar el Mando África a Rota?
No tenemos formalmente ni informalmente ninguna propuesta en ese sentido. Lo que puedo decir y quiero decirlo es que España es un país serio y un aliado responsable porque el Ejército español tiene la cualidad de que cuando va a las misiones de paz va a trabajar por eso y nunca va a imponer ningún tipo de ideología ni de fuerza. La gente nos quiere y somos muy respetuosos. Los escenarios mundiales están ahí, tenemos una guerra terrible en Siria, la situación en Libia es preocupante, vemos lo que está pasando en los campos de refugiados. Saber que nuestras Fuerzas van siempre en misiones de paz es algo que hace que nos sintamos orgullosos. En donde sea necesario y esencial que las Fuerzas estén y colaboren con cualquier país para misiones de paz vamos a estar.
Cerrando el capítulo de presupuestos, ¿con quién le gusta más el baile? ¿Con Cs o ERC?
En este momento todos somos necesarios. España tiene dos grandes asignaturas pendientes: vencer al virus (ojalá lleguen pronto las vacunas, parece que vamos en buen camino) y la recuperación económica. Nadie sobra. Tienen que ser unos presupuestos de recuperación, de dar un paso adelante y pensar, sobre todo, en los más vulnerables. Hay mucha gente en este país que lo está pasando mal. Desde el Gobierno estamos haciendo todos los impulsos con todas las medidas económicas y no puedo entender que alguien quiera hacer política con esto. Habría que dejar de lado todas las cosas que separan y poner en valor todo lo que une, tienen que ser los presupuestos de España y de la recuperación.
Este martes se aprobaba la Ley de Memoria Democrática. ¿Cuántos símbolos franquistas quedan en los cuarteles? ¿Se van a retirar?
No soy consciente de símbolos franquistas en los cuarteles. En las Fuerzas Armadas españolas, que son 120.000 hombres y mujeres, son todos de la democracia, con una preparación y unos valores democráticos muy interiorizados, han viajado mucho y han conocido otras situaciones difíciles. Por lo tanto, son unas Fuerzas Armadas absolutamente constitucionales y que defienden y representan lo mejor de los valores democráticos. Por eso cuando hay sectores de la extrema derecha que quieren capitalizar el himno, la bandera y las Fuerzas Armadas, les digo rotundamente no. Son de todos, de una democracia de la que nos tenemos que sentir muy orgullosos.
De usted depende el Centro Nacional de Inteligencia. Esta semana ha habido unas declaraciones del exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo en relación a la Operación Kitchen durante la época de Rajoy en las que dice “¿El CNI y la Vicepresidencia? El tiempo lo aclarará todo”. ¿Cómo las interpreta?
Habrá que preguntar al señor Margallo. Lo único que puedo decir es que el CNI está formado por tres mil hombres y mujeres con una enorme voluntad de servicio y que trabajan para el Estado. Lo que puedo decir en este momento, no me atrevo a hablar de otros momentos, es que tienen un compromiso con el Estado. Y, desde luego, el CNI nunca puede ser utilizado, no sé si alguna vez lo ha sido, con una finalidad partidista. Los que trabajan en el CNI lo hacen solo para el Estado y las amenazas que tenemos. Si alguien en un momento determinado ha utilizado el CNI con otra finalidad, no me corresponde a mí decirlo. Pero si así hubiera sido, que no lo sé y no tengo ni idea, sería absolutamente rechazable. También le digo, si así hubiera sido, que no lo sé, sería al margen de lo que es la inmensa mayoría de hombres y mujeres del Centro.
¿Qué le parece lo que estamos conociendo de la operación Kitchen y que supuestamente en una democracia desde el Ministerio del Interior se usara a la Policía para obstruir a la Justicia?
Voy a ser muy respetuosa con los procedimientos judiciales. Vengo del mundo de la Justicia y creo en la independencia de los jueces en España. Pienso que es bueno que quienes tenemos responsabilidades políticas en un determinado momento no opinemos sobre asuntos judiciales y dejemos que sean los jueces. No voy a hablar del tema Kitchen ni de ninguno que esté en este momento pendiente de resolución. Lo que sí puedo decir con carácter general es que todo el mundo tiene que tener muy claro que las Fuerzas Armadas y las de seguridad del Estado y el CNI son instrumentos del Estado democrático de derecho que trabajan para los españoles y que nadie puede tener tentaciones de utilizarlos para algo que no sea la defensa de la paz y de los valores democráticos.
Es una de las pocas personas que tiene hilo directísimo con la casa real. ¿Qué sabemos del rey Juan Carlos I? ¿Sabemos si va a volver a España?
No tengo ni idea. Respecto del rey Juan Carlos, he dicho lo mismo que con todo el mundo, tiene derecho a la presunción de inocencia. Lo digo muchas veces, empecé hace muchos años en la carrera judicial y para nosotros, los jueces progresistas, defender la presunción de inocencia era algo esencial y fundamental. Defiendo la presunción de inocencia de todo el mundo hasta que no haya una sentencia firme. Tengo que decir que a mí no me gusta que el rey emérito esté en Emiratos Árabes, no es el sitio más adecuado para estar. Pero también, no gustándome eso y defendiendo totalmente la presunción de inocencia, lo que todo el mundo tiene que tener muy claro es que por encima de la ley no hay nadie y que si hubiera algún tipo de responsabilidades, tendría que acudir el rey Juan Carlos a los tribunales como cualquier ciudadano.
El Tribunal Supremo ha tumbado los recursos del PP y Vox contra la presencia de Iglesias en la comisión del CNI, ¿qué le parece?
Soy muy respetuosa con las resoluciones judiciales, y mucho más del Tribunal Supremo que es mi antigua casa. Cuando los tribunales deciden una cosa es porque lo han estudiado y tienen razón.
Habla de su antigua casa, pero no sé si ha visto que se ha publicado que podría tener una futura casa en el Tribunal Constitucional…
A la gente le gusta especular, es un deporte que tenemos todos. En este momento soy ministra de Defensa, mi compromiso es con Defensa. Empecé muy joven en el mundo judicial, con 23 años, tengo un compromiso con los ciudadanos en la carrera judicial y en este momento lo único que me ocupa y me preocupa en positivo es continuar aquí, porque me siento muy orgullosa de ser ministra de Defensa. Siempre digo que doy gracias a la vida y al presidente del Gobierno de que me haya puesto en este Ministerio, tan desconocido para tanta gente pero que tiene este capital humano. Es un lujo poder aprender cada día de esos hombres y mujeres.
Hablábamos de críticas, pero también recibió su papel muchas loas por parte de cierta derecha política y mediática durante el estado de alarma. ¿A qué se debió aquel movimiento?
Siempre digo lo mismo, soy una juez muy exigente conmigo misma. Sé cuando las cosas están bien y cuando las cosas están mal, pero también tengo que decir una cosa muy claramente: todo el mérito, el trabajo y lo que se ha hecho en favor de los ciudadanos desde Defensa tiene como protagonistas a nuestras Fuerzas Armadas. El mérito y el esfuerzo es exclusivamente suyo. Aquí soy una más, esto es un equipo.
Una pregunta más personal. ¿Cuál ha sido el momento más duro en el Ministerio? ¿Y el de mayor satisfacción?
Un momento que no salió en los medios y fue una visita al Palacio de Hielo, ver aquellos féretros y saber la angustia que había detrás de las familias que no podían estar con ellos. Eso fue muy duro, pero al mismo tiempo ver a gente joven de las Fuerzas Armadas con las lágrimas cayendo diciendo que no los iban a dejar solos. Eso fue un momento muy duro, y al mismo tiempo ver la generosidad de las Fuerzas Armadas, que es la de toda España. La parte positiva que he sacado de todo esto es que tenemos un gran país. El ser humano es siempre capaz de grandes cosas y este país ha sido capaz de grandes cosas. El poder poner ese granito de arena, cuando veías a la gente aplaudir a los militares cuando habían hecho una desinfección o cuando llamabas a alguien y te decía que su familiar había salido de la UCI… pues eso son cosas personales que uno se las guarda y son muy gratificantes. Tenemos un gran país y quizá los que estamos en la vida política tendríamos que hacer un esfuerzo para ponerlo en valor y no estas discusiones, debates y confrontaciones.
¿Y por qué no se llega a un gran acuerdo en España entre los dos principales partidos?
Tiene que ser un acuerdo entre todos. Claro que hay muchas cosas que nos separan, pero en momentos tan difíciles como los que estamos viviendo todos deberíamos hacer un esfuerzo. Por eso, tratar de hacer política con el dolor de la gente no lo entiendo mucho.
Se presentaron unas veinte querellas contra la gestión del Gobierno en el Supremo y la Fiscalía ha pedido que no se admitan. ¿Qué le parece?
Vamos a esperar a lo que diga el tribunal.
La oposición ya está que rabia…
Vamos a esperar a lo que diga el Supremo. Pero vuelvo a lo que he dicho: respeto a todo el mundo que quiera ir a los tribunales, pero si alguien supiera todo el dolor, el esfuerzo, el trabajo y lo que hemos hecho como Gobierno para luchar contra el virus, creo que a nadie se le ocurriría poner una querella. La preocupación, el sufrimiento, la empatía que hemos tenido en el Gobierno… y no me quiero emocionar tampoco con eso. A veces es muy fácil decir desde un despacho pongo una querella. Aquí muchos nos hemos volcado, claro que habremos cometido errores, pero con el único objetivo de salvar vidas. Tengo la tranquilidad absoluta de saber que en cada momento hicimos lo que podíamos y lo que creíamos mejor. Cada cual sabrá bajo su ética y responsabilidad si poner querella así es suficiente.
Esa imagen suya fue muy mediática en un momento tan duro, es casi imposible que se escapen las lágrimas.
Es que es imposible porque sabía el esfuerzo de los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas y lo que habían sufrido las familias, que no se pudieron despedir de sus familiares. Tenían a los suyos cincuenta días en la UCI sin poder darles las manos y luego se morían. Realmente, con lo que ha sufrido este país, ¿alguien cree, y los respeto mucho, que una querella da respuesta a algo? Se contesta por sí solo.
Desde su Ministerio no le compete, ¿pero por qué tenemos esas cifras tan altas?
No voy a hacer de menos las cifras. Han sido unos momentos muy duros, vamos a intentar seguir luchando contra el virus. Se ha hecho lo que se ha podido. Es un país en el que todos hablamos de todo, todos seríamos los mejores médicos, los mejores jueces, el mejor entrenador… Cada uno desde nuestra casa opinamos mucho de lo que dicen los demás, vamos a tratar todos de ser un poco más respetuosos con el trabajo que hace la gente.
Y, mientras tanto, sigue bloqueado el Poder Judicial desde hace casi dos años.
Me parece gravísimo. Yo que soy una persona que cree firmemente en el diálogo y que he dicho ‘vamos a poner en común todo lo que nos une en estos momentos’ no puedo entender la posición del PP. Con una finalidad política que no quiero calificar, está tomando como rehén al Consejo General del Poder Judicial, al órgano de gobierno de un poder independiente. Un partido de Gobierno y que tiene vocación de serlo, al que se le llena la boca de hablar del Estado, ¿cómo es capaz de estar utilizando como rehén al CGPJ? ¿Cómo casi dos años después estamos con una finalidad política de utilizar la paralización de la renovación contra el Gobierno? No lo entiendo como jurista ni como persona que ha sido miembro del Poder Judicial ni como demócrata.
El CIS ha hecho público este jueves su barómetro y situá al PSOE como ganador en unas elecciones con un 31,5% con una diferencia de más de trece puntos respecto al PP. ¿Cree que los ciudadanos están premiando la gestión del Gobierno?
En política uno no tiene una varita mágica para arreglar las cosas, pero los ciudadanos saben los que arriman el hombro y los que únicamente quieren criticar y destruir. Saben los que queremos ser positivos y construir y aquellos que simplemente se dedican a decir a ver qué haces tú que me voy a oponer. Es un momento difícil y de las personas que trabajan, actúan y quieren dar soluciones. Se nos podrá criticar pero hicimos lo que creíamos que era lo mejor poniendo todo nuestro esfuerzo y toda nuestra energía.
¿Tendremos tres años más de coalición?
Espero que sí. Falta mucho por hacer, hay que levantar este país y, sobre todo, hay que levantar a los más vulnerables.
Es el primer Gobierno de coalición desde la II República. ¿Cómo está siendo la experiencia?
Sabe qué pasa…
Sólo tuvieron un mes hasta que llegó la pandemia…
En realidad, normalidad hemos tenido un mes solo y luego fueron todos los acontecimientos. Es importante que haya un Gobierno de coalición, pero ahora es importante que tengamos unos presupuestos en los que todos participemos. Este es el momento de España con mayúsculas. Y España no es de la ultraderecha, como creen algunos. España es de todos y cada uno de los españoles.
Pero siempre la ultraderecha se intenta apropiar…
Pero ya no engañan a nadie. España es de todos y cada uno de los españoles.
Escuchábamos en el Parlamento críticas al Gobierno por lo que había dicho el presidente del pésame por el suicidio de un etarra. ¿Qué le parece?
Aquí el Gobierno está con las víctimas del terrorismo. Fui secretaria de Estado de Interior, he ido a muchos funerales. A uno de mis íntimos amigos, Juan Mari Jáuregui, lo mató ETA. ¿Alguien piensa que nosotros no sentimos? Para mí, las víctimas son fundamentales y estamos con el dolor de todos ellos. No vale todo en política.
Hablando del Parlamento, ¿echa de menos aquella época suya de portavoz en el Congreso?
Fue una época en la que aprendí mucho. Tengo que agradecerle al presidente del Gobierno que me diera aquella responsabilidad. No pertenezco como militante al PSOE pero me siento muy identificada con los valores de un partido que lleva más de 140 años luchando por la democracia, la paz, los derechos fundamentales, la Constitución y la libertad en España. En un momento como aquel de poder poner voz a lo que representaba el PSOE, que quería una España nueva y contra la corrupción, fue un honor infinito.
Escuchamos muy duros a los miembros de Cs contra usted en el Congreso por la salida de los militares temporales a los 45 años.
Eso está establecido en la ley. No es correcto cuando la gente habla de despidos a los 45 porque la gente cuando entra lo sabe. Luego se están dando muchas opciones a gente que se quiere quedar. Y estamos tratando que todos salgan con un título de Formación Profesional, no todo el mundo quiere quedarse en las Fuerzas Armadas. Pero qué fácil es hablar, Cs decía que el Gobierno no hace nada. Yo les decía que hay ayuntamientos y comunidades que están creando y ofertando para que esas personas puedan trabajar como policías locales o en servicios de emergencias. Le decía al representante de Cs: ¿Y los gobiernos autonómicos donde está Cs? ¿Y los ayuntamientos? Porque entonces, según su teoría, Cs se estaría poniendo de perfil. Estamos trabajando al máximo para que esas personas puedan salir con un título de FP y estamos firmando muchos convenios.
Un tema esencial para este Gobierno es la igualdad. Este Ministerio siempre se ha asociado a lo masculino. ¿Cómo están los datos ahora mismo? ¿Qué está intentando hacer desde el Ministerio?
Una cosa muy gráfica: la ministra de Defensa es mujer; la secretaria de Estado, mujer; la subsecretaria, mujer, y la directora del CNI, mujer. Y en este momento, en lo que hace referencia a las Fuerzas Armadas, en España el porcentaje de mujeres es del 13% cuando en otros países de nuestro entorno es del 5%. En el tiempo que llevamos, tenemos una mujer general y tenemos un compromiso clarísimo.
Ante las críticas que siempre hay dentro de sectores de la izquierda, ¿para qué sirve el Ministerio de Defensa?
Desgraciadamente en el mundo hay muchísimas amenazas. La paz es una paz que la tenemos cogida con alfileres porque tenemos desde los ataques por tierra hasta el ciberespacio. Y, sobre todo, porque hay enemigos nuevos. En el siglo XXI tenemos pandemias, virus, guerras químicas, guerras bacteriológicas y hemos tenido guerras nucleares. Estamos muy desprotegidos lamentablemente. Lo hemos visto con un virus, pero mañana será un ataque bacteriológico, un ataque nuclear o de otro tipo. 71 millones de refugiados como consecuencia de las guerras, 25 guerras activas en este momento en el mundo. Cuando tenemos unas Fuerzas Armadas como las españolas que están defendiendo la paz y en primera línea cuando hay una pandemia, creo que se responde por sí solo.