Illa: "Me siento el president que va a pasar página"
Entrevista con el candidato del PSC a la Generalitat: "Tengo la conciencia tranquila".
La sede del PSC, en plena ebullición de campaña. Con ese aire industrial del reconvertido Poble Nou. Salvador Ila no tiene ni un minuto libre. Acaba de protagonizar un acto con la vicepresidente primera, Carmen Calvo, para hablar de feminismo y remata después una reunión con Miquel Iceta en su despacho. Las carpetas se apilan a lo largo de toda la sala, la pared está dominada por un gran calendario con pósits de colores con el plan de cada día. En la estantería se asoma un muñeco que representa a un sanitario con mascarilla.
“Tengo la conciencia tranquila”, confiesa el exministro de Sanidad cuando se le pregunta por la marcha del Gobierno y su papel durante este año. Y aviso para navegantes: “Que nadie espere que yo haga política con la pandemia”. Se abre y dice que siente ya al alcance de la mano la Presidencia de la Generalitat durante este decisivo esprint de la campaña: “Estoy muy ilusionado. Todos van contra mí porque todos quieren continuar igual”.
El futuro que dibuja Illa para Cataluña es el de un Gobierno de “cambio y progresista” y opta por la fórmula de la coalición de La Moncloa: el PSC más los ‘comunes’. Pero rebate a Pablo Iglesias: “No soy el candidato de la élite”. Niega tajantemente que tenga un pacto con Esquerra: “Es falso”. A la vez hace la promesa de que se presentará a la investidura si es la fuerza más votada, no repetirá el “error” de Inés Arrimadas.
¿Cómo lleva el ‘todos contra Illa’?
Relativamente bien. Hay un deseo mayoritario de pasar página, de decir basta a lo que hemos vivido estos diez años, que ha sido división, decadencia y confrontación. Recibo inputs muy buenos y estoy contento. Todos van contra mí porque todos quieren continuar igual y el voto del cambio, para pasar página y para cambiar las cosas en Cataluña, es el de mi candidatura.
La encuesta flash del CIS le da como primera fuerza en porcentaje de votos. ¿Se ve ganador?
Yo me siento presidente de la Generalitat, siempre con el punto de prudencia de que la última palabra la tienen los ciudadanos de Cataluña. Pero siento que tengo el proyecto que le conviene a Cataluña en este momento. Me siento presidente de la Generalitat, dicho sea con el máximo respeto a mis adversarios políticos.
Estas elecciones se celebran en mitad de una tercera ola, con la curva doblegándose un poco. ¿Es seguro ir a votar?
Es seguro ir a votar. Si se siguen las recomendaciones de las autoridades sanitarias de Cataluña se puede ir a votar con toda seguridad. Ha habido un incremento de casos importantes, pero ya llevamos unos días con los casos descendiendo prácticamente en toda España, y en Cataluña en particular. Hay que ir con precaución, hay que seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y, si se siguen los protocolos, es seguro.
¿Cómo le explica a un votante que deja el Ministerio de Sanidad en la tercera ola y se presenta de candidato a la Generalitat?
Lo explico como me lo he explicado a mí mismo y como lo he vivido yo. Me siento un servidor público, me gusta estar donde me sienta útil. Me pidió el presidente que formara parte de su Gobierno, ha sido un honor. Me encomendó Sanidad, vino la pandemia mayor en cien años, le hicimos frente de la mejor manera que supimos y haciendo las cosas lo mejor que pudimos y supimos. En un momento determinado mi primer secretario y mis compañeros del partido me piden que me haga cargo de la candidatura porque el momento es propicio, cosa que no tenía prevista. Es verdad que en Cataluña hay un problema político muy grave, es verdad además que en diciembre empezamos la campaña de vacunación en Europa. No es el fin, pero es el principio del fin. Es verdad que hay unos equipos muy sólidos en el Ministerio de Sanidad y en las comunidades y, con esa vocación de servicio público que siempre he tenido, si mis compañeros me piden una cosa y me siento capaz de hacerla, pues la hago.
Estas elecciones son casi a doble vuelta. Primero se votará y luego se pactará. ¿Cuál es el Govern que quiere?
De cambio y de progreso. Aspiro a una mayoría amplia, que refleje la mayoría que hay en Cataluña que quiere esto, un Gobierno que pase página. La mayoría de la gente dice que se ha acabado y quiere un Gobierno que se centre en los problemas reales de los ciudadanos, como la protección de la salud, la reactivación de la economía, no dejar a nadie atrás. Va a ser un Gobierno de cambio y de progreso. Además de con los escaños con los que cuente, creo que se puede repetir o aplicar la fórmula que hemos estado poniendo práctica en Madrid. En este caso con los ‘comuns’, que tienen también una vocación progresista. Ahí podemos tener un núcleo de diputados en el Parlament que pueda llevar adelante la gobernabilidad.
Desde Cs le acusan de tener ya un pacto con ERC…
Es falso. Es una difusión de una falsedad. Quien me conoce sabe que no soy independentista. Respeto a todo el mundo, pero no lo comparto. Combato políticamente la independencia. Con ERC no puedo tener, en ese sentido, un punto de conexión para formar un Gobierno en Cataluña.
¿Y se vería en un Gobierno con Cs?
Quiero un Gobierno de cambio y, sobre todo, progresista. Y Cs en estos momentos, me sabe mal decirlo, no es un partido progresista. Tiene alianzas en España con la derecha e incluso con la ultraderecha. Lo considero un partido liberal, pero ese alma socialdemócrata que quizá en su momento pudo tener no la tiene en estos momentos. Eso es lo que me impediría formar un Gobierno con ellos.
Si intenta ese Gobierno de progreso tal vez necesite los votos de PP y de Cs en una investidura. ¿Cree que se los darían?
No lo sé, lo tienen que decidir ellos. Insisto: creo que hay una mayoría amplia que quiere pasar página de diez años de decadencia y división. Lo que le digo a esta mayoría de gente y me dirijo, si me lo permite, a la gente que está indecisa: el único voto que garantiza cambio, pasar página y centrarse en los problemas de la ciudadanía es el de a mi candidatura. Se trata de obtener el apoyo más amplio posible para, a partir de ahí, articular un Gobierno y tener los apoyos para la investidura.
Según los sondeos, por primera vez va a irrumpir la ultraderecha en el Parlament. Hasta ahora Cataluña había sido un oasis en ese sentido. ¿Qué le parece?
Muy mal. Es un discurso populista, que divide, que fragmenta, que está todo lo alejado que se puede estar de mis planteamientos. Muy mal.
¿Les pediría sus votos si fueran necesarios para una investidura?
No, ellos han dicho que me quieren meter en la cárcel. Con ellos no tengo nada que hablar.
¿Se va a presentar a la investidura si es la fuerza más votada, cosa que no sucedió hace tres años con Cs?
Sí. Creo que eso fue un error que se cometió. Si obtengo la mayoría, si soy la fuerza más votada y si gano las elecciones, voy a presentarme a la investidura.
Si le dan las cuentas y gana la investidura, ¿cuál será la primera medida que aprobará?
Lo primero es garantizar la protección de la salud de los ciudadanos. Lo primero que voy a hacer es cerciorarme de que todo el proceso de vacunación tiene todos los medios que tiene que tener y tomar medidas para proteger el sistema sanitario. Lo segundo: la reactivación de la economía y la supervisión de los proyectos que se van a presentar a los fondos Next Generation. Y lo tercero es asegurarme de que nadie queda atrás. Para esto he anunciado una medida que tiene un cierto simbolismo, me voy a rebajar el sueldo de presidente de la Generalitat aproximadamente un 30%. Ahora mismo se cobra el doble que el presidente de España, más que el primer ministro del Reino Unido. Me parece que en un momento de dificultad para muchas familias hay que dar un signo de ejemplaridad.
ERC les acusa de querer convertir el Palau de la Generalitat en un despacho más de La Moncloa. ¿Qué le parece?
Lo que no va a ser es un despacho de Waterloo. El Palau de la Generalitat va a ser el Palau de la Generalitat, donde se van a tomar las decisiones pensando en los ciudadanos de Cataluña en pleno ejercicio de nuestras competencias. Y no va a ser en ningún caso, y ellos lo saben, un despacho de nada más. Lo que no sé es si ellos pueden afirmar que no va a seguir siendo un despacho de Waterloo.
¿Se puede reencontrar la sociedad catalana después de todo lo que ha pasado? ¿Y con el resto de España?
Creo que sí. Se puede, se debe y se va a reencontrar porque hemos visto que es una sociedad plural. Hay un número importante de personas que tienen la convicción, al menos hasta ahora, de que la independencia es la solución para Cataluña, pero somos muchos más los que pensamos que no es así. Hay un ansia y un anhelo de respetarnos, de reconocernos. Mi propuesta es olvidarnos de revanchismos y de reproches mutuos. Respetarnos, reconocernos, sentarnos para hablar, hacerlo dentro del marco de convivencia que tenemos señalado por nuestro Estado de Derecho, nuestro Estatut y nuestra Constitución, incluso se puede hablar de cambiarlo si llegamos a un acuerdo. Y además reencontrarnos con el resto de españoles y de europeos.
No va a ser una cosa inmediata, no va a suceder por arte de magia, pero observo un cansancio y un anhelo por parte de la sociedad catalana por respetarse. Siempre ha sido un país abierto, tolerante, acogedor, que le ha gustado estar a la vanguardia, que le ha gustado innovar y ha sido punta de lanza de muchas cosas. Esto no lo hemos perdido, lo tenemos. Hemos estado en una especie de paréntesis de más de diez años de decadencia y de confrontación, avivada por determinados planteamientos políticos. Recuperemos la Cataluña que siempre hemos sido.
Si es el presidente de la Generalitat, le va a tocar estar en el otro lado de la cogobernanza que defendió estando en el Ministerio. ¿Cuál sería el modelo Illa? ¿Uno más parecido a Ayuso, a Castilla y León, a la Generalitat, a Asturias?
Mi modelo sería el de cooperar y coordinarme con el resto de comunidades y el de actuar siempre con lealtad institucional defendiendo los intereses de Cataluña. Es el modelo que hay que tener. Que nadie espere que yo haga política con la pandemia. Quien lo hace se equivoca enormemente y lo va a pagar caro. Lo que quieren los ciudadanos en la pandemia es trabajo conjunto. Lo que corresponde es defender las competencias que te tocan, ejercerlas, defender los intereses de tu comunidad y actuar con lealtad institucional.
Una pregunta más personal, ¿cómo ha sido este año?
Muy duro, muy intenso. La enorme dificultad ha sido tener que tomar decisiones con mucha repercusión en la vida cotidiana de las personas, en la propia salud de las personas, en la economía, con un cuadro de información incierto y con un entorno muy dinámico. La parte positiva es que me siento muy orgulloso del equipo con el que he contado en el Ministerio de Sanidad, con la colaboración que he podido tener con colegas del Gobierno y contaba con el apoyo del presidente del Gobierno. Un año muy complejo, y muy inesperado. Pero ahí hemos estado para hacerle frente de la mejor manera que hemos podido y sabido.
El día que se marchó dijo que no se arrepentía de nada de lo que había hecho. Esos días otros dirigentes como Boris Johnson pidieron perdón. ¿Se arrepiente de algo?
Tengo la conciencia, en ese sentido, tranquila. Actuamos en todo momento siguiendo las pautas científicas, aquí no hubo ningún planteamiento anticiencia como el de otras personas que usted ha citado. Siempre tuvimos claro que había que seguir el criterio médico y científico de los expertos y siempre de acuerdo con la información que teníamos y con las recomendaciones de la comunidad científica internacional. En ese sentido, tengo la conciencia tranquila.
Si se refiere a que se han cometido errores, se han cometido. Uno pide perdón cuando tiene conciencia de haber obrado con maldad o de forma inconsciente. En ese sentido, no tengo esa conciencia. ¿Que se han cometido errores? En todas partes, es obvio. Yo sí que dije que habíamos cometido errores. Lo reconocí muy al principio. Los cometimos nosotros, creo que todos los países. Pero he de decirle, con toda humildad, que tengo la conciencia de haber actuado en todo momento con rectitud y con conciencia de lo que estábamos haciendo y por qué lo hacíamos.
Representa un modelo de política más sosegada, más tranquila, que huye de la confrontación, pero se encontró a una oposición durísima por parte del PP y Vox. ¿Cómo lo vivió?
Puedo entender una reacción incluso airada o desproporcionada de la ciudadanía o de cierta parte de la ciudadanía. De la política profesional, como la que se ejerce en el Congreso, me cuesta más. Creo que en un contexto político como el de un país de una democracia asentada, se exige estar a la altura de las circunstancias. Lo que hemos vivido en una pandemia no es una discusión más de una ley, es hacer frente a una emergencia sanitaria sin precedentes en cien años. Esto sólo se puede sacar adelante desde una actitud de responsabilidad de todos. Claro que el que tiene más responsabilidades es el que se encuentra en una posición de Gobierno, pero también la tienen los partidos de la oposición. Cada uno escoge el tono, el contenido, el fondo y la forma de la oposición y el discurso que quiere hacer.
Tuve claro desde el principio que desde el Gobierno teníamos que tener un enfoque claro, sosegado, constructivo y de buscar puntos de acuerdo, sin dejar de tomar las decisiones que había que tomar por duras o difíciles que fueran. La segunda cosa que tuvimos clara es que por complicado que fuese había que trasladar a la ciudadanía directamente cuál era la situación. Si se piden sacrificios tan importantes, la gente tiene derecho a saber por qué tomas esas decisiones y cuál es el horizonte temporal. Es lo que hemos intentado hacer. Y un tercer eje, el de la humildad. Se puso en varias ocasiones como ejemplo de éxito algún caso de gestión, pero luego el tiempo lo relativizaba.
Ha sido miembro del primer Gobierno de coalición desde la II República. No sé si ha escuchado al que fue su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, diciendo que usted es el candidato de los poderes mediáticos. ¿Lo es?
Es una expresión propia del fragor de la campaña electoral. He colaborado bien con él en la pandemia. Es obvio que no soy el candidato de la élite. Soy el candidato del Partido Socialista, que cree en lo público y que se esfuerza para que efectivamente se cree riqueza en la sociedad y en una economía de mercado, pero sobre todo para que se distribuya y nadie quede atrás. También he formado parte de un Gobierno que ha hecho el gasto social más importante en toda la democracia.
Su socios de UP en el Gobierno central dicen que se ha paralizado la ley de vivienda por su culpa para no perjudicarle en las elecciones.
A mí se me atribuyen muchas cuestiones y se me hace responsable de muchas cosas con las que no tengo nada que ver.
Ha tenido durante la campaña un diálogo sobre feminismo con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. ¿Cuál es su posición sobre la futura ley de trans?
Es una ley que está todavía en estudio. Yo escucho mucho al movimiento feminista respecto a estos temas. En esto estoy. Vamos a tener un punto de prudencia y ver cómo evoluciona. El PSOE es un partido feminista, hay compañeras y compañeros que han trabajado mucho estos temas y me rijo por el criterio que ellos me dan sobre estos temas.
¿A qué se compromete con el movimiento feminista?
A hacer un Gobierno feminista, con todas las palabras. Han sido diez años perdidos en Cataluña en esta materia, han disminuido las cuantías presupuestarias. Ha habido en cuatro años 60.000 denuncias y 7.000 sentencias por maltrato y sólo 91 personas han recibido la ayuda económica estipulada. Me comprometo a un pacto contra la violencia machista dotado de 50 millones de euros. Me comprometo a impulsar las políticas feministas en materia de igualdad salarial y de oportunidades laborales y luchar en materia de coeducación. Mi compromiso es un Gobierno feminista.
¿Está a favor de los indultos a los políticos del procés?
Estoy a favor de que estas personas no tengan ningún privilegio, pero tampoco ningún perjuicio. A veces hay gente que les quiere arrogar privilegios por ser quienes son, pero también otras personas les quieren perjudicar. Ni lo uno ni lo otro. Nuestro Estado de Derecho, que hay que respetar en cualquier caso, establece que si se solicita el indulto para una persona, hay una obligación de tramitarlo. Eso es lo que está haciendo el Gobierno. He dicho reiteradamente que no voy a pronunciarme hasta que no acabe esa tramitación porque quiero ver los distintos informes. Lo máximo que me digo, y es clarificador, es que estoy siempre a favor de la Justicia y nunca a favor de la venganza.
¿Estaría dispuesto a dar sus votos para que haya un Gobierno de ERC y los ‘comunes’ y que no fuera totalmente independentista?
No. Si es un Gobierno que persigue la independencia de Cataluña, no. Esto ha sido muy divisivo en la sociedad catalana. En Cataluña hay que pasar página y mi candidatura es la que lo garantiza. Me siento el president que va a pasar página y que va a abrir un nuevo tiempo en Cataluña. Por tanto, es lo que voy a perseguir y lo que estoy persiguiendo, creo que lo tengo al alcance de la mano.
¿Se ve presidiendo también la Mesa de Diálogo después del 14-F?
Es una mesa que en todo caso si es con el Gobierno de España sería copresidida. Sí me veo en esta mesa dialogando, y presidiendo también la Taula de Diàleg aquí en Cataluña. El diálogo tiene que ser con el Gobierno de España, pero también con los distintos actores políticos en Cataluña.
¿Cree que con un Gobierno de ERC y Junts habría otra vez riesgo de una declaración unilateral de independencia?
Creo que sería más de lo mismo, no ofrecería ningún horizonte a Cataluña. Sería persistir en perder el tiempo en unos momentos en los que urge no perder más el tiempo y estar centrados en los fondos europeos, reactivar la economía, no dejar a nadie atrás y proteger la salud. Un Gobierno de esas características sería perpetuar unos años de pérdida de tiempo.
El otro día estuvo por aquí haciendo campaña Isabel Díaz Ayuso. Vaya momentos que se han vivido estos meses con la presidenta de Madrid, ¿no?
Espero que se haya dado cuenta de que Madrid es España pero que Cataluña también es España. Si hemos conseguido esto, habremos ganado mucho.
¿Cómo será la relación entre Cataluña y la Comunidad de Madrid? Se han dado la espalda durante muchos años…
Yo siento admiración por los madrileños. Me he sentido muy a gusto en Madrid durante este año, a pesar de que he podido disfrutar poco, por circunstancias obvias, de Madrid, de su vida, de sus atractivos culturales y artísticos, de sus posibilidades gastronómicas... Me he sentido muy a gusto. Quiero tener una relación de colaboración, de coordinación, de fraternidad con todo el mundo, en especial con Madrid. Tendré que defender los intereses de los catalanes, pero esto es compatible con coordinarse, cooperar y trabajar juntos. Que haya lealtad institucional.
Cataluña ha dejado durante estos años de ser el gran motor económico de España y Madrid le ha superado en aportación al PIB nacional. Cataluña había sido siempre el gran referente empresarial en el resto de España. ¿Cuáles son las grandes líneas económicas que quiere hacer? ¿Y Cataluña está a tiempo de recuperarse para ser ejemplo en el resto?
Es una consecuencia clara de esta década perdida en Cataluña. Mi objetivo es que Cataluña vuelva a ser el líder económico de España. Eso se consigue con un Gobierno de servidores públicos que esté centrado en crear un marco de estabilidad y previsibilidad donde las empresas puedan desarrollar su actividad, aprovechando bien los fondos Next Generation y a medio y largo plazo haciendo las reformas estructurales que ayuden a transformar el sector turístico, automovilístico y agroalimentario. Ya anticipé al que pondría en frente de este área, que es, ni más ni menos, que Maurici Lucena.
¿Ha dado el visto bueno el señor Ábalos?
Se lo pregunté a él mismo, y aceptó el reto. Se lo agradezco, es un profesional de primer nivel y estoy muy ilusionado con su colaboración. Es una garantía de que estos asuntos van a ser tratados con el mayor rigor y con la solvencia que requieren.
Una de sus principales rivales es Laura Borràs (Junts). ¿Qué le parece que esté compitiendo por la Generalitat una persona imputada por el Supremo?
Pues no me parece bien. Siempre respetando la presunción de inocencia, a ella le corresponde dar las explicaciones pertinentes, pero no me parece la mejor tarjeta de presentación.
¿Quién ha sido el peor presidente de la Generalitat? ¿Y el mejor?
Los peores han sido Puigdemont y Torra, en estrecha competición con Mas, que fue el que inició todo el procés. Los mejores, le voy a dar otros tres: Maragall, Montilla, y tengo un especial afecto y recuerdo para un presidente que tuvo un desempeño muy breve en el tiempo que fue Tarradellas.
¿Sigue mandando todavía Puigdemont desde Waterloo o es una entelequia?
Por lo que se ve y se lee, sí. Parece que incluso la fecha de las elecciones se condicionó por él. No se puede entender que hace un año Quim Torra dijera que se sentía desautorizado y que la legislatura estaba agotada y tardó meses en convocar elecciones. Parece que fue por indicación de Puigdemont, es una anomalía con la que voy a acabar. Por eso le decía que las decisiones se van a tomar en el despacho de la Generalitat y acabaremos con estos diez años perdidos.
Citaba a Maurci Lucena, el despacho de la Generalitat... ¿se va a traer a Fernando Simón si gana?
Fernando Simón es un servidor público por el que siento muchísimo afecto y muchísima gratitud, por haber podido trabajar con él, por haberlo tenido como uno de los principales colaboradores en el Ministerio de Sanidad, me parece que su sitio está dirigiendo el CCAES, lo hace magníficamente bien. Tengo una relación con él de mucha gratitud y especial, de amistad.
Tal vez la próxima entrevista la hagamos en el Palau en la plaza de Sant Jaume.
Vamos a ver.