David Summers: "Ya no salimos nunca, no desparramamos porque no nos lo podemos permitir"
Hombres G despide el año con un concierto en la sala La Riviera (Madrid) para celebrar el final de la ruta Firestone.
En enero presentaron un libro: Hombres G. Nunca hemos sido los guapos del barrio. En octubre, el nuevo disco La esquina de Rowland. Además, han dado 36 conciertos y acaban de volver de México donde han dado otros diez. “Puedo hacer buen balance de este 2021 porque ha sido mejor que el anterior y esperamos que el año que viene aún sea mejor”, asegura David Summers, vocalista, bajista y compositor de Hombres G.
Para poner el broche final al año que despedimos, la banda madrileña será la encargada de cerrar, este 17 de diciembre, la ruta Firestone en sala La Riviera (Madrid), cuyas entradas ya llevan tiempo agotadas. En este concierto, tal y como afirma la organización, repasarán los mejores éxitos de su larga trayectoria, con casi cuatro décadas en los escenarios, además de tocar nuevos temas de su último disco, La Esquina de Rowland. ”Va a ser una locura. Va a estar petado y va a ser una fiesta buenísima”, pronostica Summers consciente de que, después de cuarenta años en la música, viven otro momento de gloria.
¿Vais a repetir el éxito del pasado 21 de octubre, cuando presentasteis el nuevo disco en el WiZink Center? Había ganas, ¿eh? Por vuestra parte y por la del público.
Fue una noche estupenda y el público de Madrid es espectacular. Fue una noche especial porque se juntaron varios factores: primero, la gente tiene muchas ganas de bailar, de divertirse y de salir; y luego la conjunción mágica que tenemos siempre con el público de Madrid. Todo esto hizo que fuera una noche inolvidable.
Y no todo eran cuarentañeras o cincuentañeras…
Nuestro público ahora es muy variado. Hay gente desde veintipocos hasta cincuenta y tantos años, como nosotros. También te digo que eso es lo que tiene que pasar si llevas cuarenta años en la música. No tendría sentido que todo el público fuera de cincuenta y tantos, y lo normal es que se vayan enganchando varias generaciones. Ahora vienen familias enteras a vernos, los padres con sus hijas y sus hijos, y a cual más fan. Ver a chavales de 15-16 años gritando como locos, cantando Sufre mamón, es algo increíble y muy bonito de ver.
Pero no a todos los grupos les pasa eso. Es decir, no todos los grupos son capaces de arrastrar a varias generaciones. ¿Tiene algo que ver con que habéis conectado con grupos más jóvenes, como El Canto del Loco hace unos años o Taburete?
Puede ser… Sí que hay una generación de grupos de chavales mucho más jóvenes que nosotros, que podrían ser nuestros hijos, que son fans nuestros totales y el hecho de que nosotros existamos les ha dado la motivación para montar un grupo e intentarlo en la música. Además, curiosamente, tenemos más relación con este tipo de artistas que con los de nuestra generación. A mi me encanta colaborar con la gente joven, con los chavales, y me siento muy honrado de que me quieran para colaborar conmigo. Yo creo que se trata de que las canciones de Hombres G han envejecido muy bien y somos eternamente jóvenes. Somos jóvenes con muchos años, pero jóvenes.
¿Qué es La esquina de Rowland? ¿Un paseo por los estados anímicos del confinamiento? Hay melancolía de tiempos pasados, hay buen rollo, hay reflexión filosófica…
Cuando escribo lo que hago es abrir las ventanas de mi corazón y contar lo que siento. Cuando era chaval hacía canciones muy divertidas, de fiesta y bares, de novias y amores, porque era lo que vivía en ese momento. Ahora hago lo mismo e inevitablemente hay algún trazo que menciona lo vivido. Hay canciones como Se me sale el corazón, que recuerda ese momento en el que pudimos vernos y abrazarnos; Lo mejor está por llegar es un mensaje de esperanza; y Aquí dentro, que habla del confinamiento de manera muy romántica. Pero tampoco he querido hablar explícitamente de la pandemia, del covid y de toda esta mierda, porque no quiero escuchar el disco dentro de unos años y que me recuerde al marrón este. Este disco no estaba previsto para nada y surgió por el confinamiento. Cuando tuvimos que aplazar las giras y los proyectos que teníamos —como todo el mundo— me dije ‘voy a aprovechar este momento, tengo todo el tiempo del mundo, no me espera nadie ni nadie va a venir a casa’. Me arremangué y me planteé hacer algo especial y bonito. Me puse a trabajar sin presiones de nada, sin fechas, ni problemas de presupuesto, simplemente con la intención de hacer un disco muy especial que marcara un antes y un después. Nunca he tenido tanto tiempo para preparar un disco, porque siempre lo haces entre gira y gira, y las circunstancias de este han sido muy favorables para la creación y para cuidarlo al máximo.
A partir de las críticas recibidas por algunas letras de vuestras canciones anteriores, ¿os habéis cortado con las de este nuevo disco?
No, no… Nunca en mi vida he escrito nada con intención de ofender a nadie; nunca en la vida. Y sí es verdad que si ahora escribo una línea que pienso que pueda hacer daño a alguien, no lo hago porque no quiero herir a nadie. Pero no me corto un pelo cuando escribo, soy muy sincero y no me pongo limitaciones. Escribo lo que quiero y hago lo que me da la gana, y si albergo una pequeña duda no lo hago. No quiero hacer daño a nadie, todo lo contrario, lo que quiero es hacer feliz a la gente.
No hay nada que te haga más feliz que hacer feliz a los que tienes alrededor… En nuestro trabajo, cuando expones un disco o estás en un concierto y ves a la gente sonriendo, cantando y feliz, eso es un chute de energía que te convierte en el doble de lo que eres.
He leído una crítica que habla de que este disco es “la última versión de unos Hombres G más acogedores y necesarios que nunca”. ¿A qué crees que se refiere con acogedores?
Yo creo que el disco transmite eso. Está hecho en casa porque lo grabamos en casa, en mi estudio, y como ha sido todo muy casero sí que creo que transmite eso, mucho calor, mucha intimidad mucha cercanía.
Son canciones con un mensaje muy natural, canciones de amor romántico, con un lenguaje sencillo, canciones sencillas con melodías bonitas y letras bonitas. Eso es lo más difícil de hacer: una canción sencilla que te llegue a la primera escucha. Hemos buscado que todo sea muy sencillo muy natural y muy digerible.
¿Y buen rollo?
Sí, sí, eso siempre. Tiene que haber buen rollo. Nosotros estamos aquí para transmitirle buen rollo a la gente, no para preocuparles más.
En una entrevista de hace unos meses decías que no le tienes miedo a que no guste el nuevo disco… ¿Ya no necesitáis el éxito seguro? Es decir, el éxito ahora es poder hacer música por música, música por pasión.
Siempre quiero que el público lo aprecie y si funciona y es un éxito, mejor que mejor, pero no es algo buscado. Pienso que, si hacemos canciones bonitas, va a tener éxito, pero no me acoplo a modas ni tendencias. Intento hacer siempre lo que creo que tengo que hacer. Nuestra intención ahora mismo, a estas alturas de nuestra vida, es hacer discos bonitos y actuaciones bonitas que no decepcionen a nuestro público y nos hagan sentir orgullosos. Tenemos mucha experiencia y llevamos mucho tiempo haciendo esto, así que no nos podemos permitir el lujo de hacer un disco que sea una mierda.
Aún hay Hombres G para rato…
Es la salud lo que nos puede frenar. Si la salud nos respeta, vamos adelante, pero Rafa, por ejemplo, tiene 61 años y yo voy a cumplir 58. Nos dosificamos un poquito, aunque no mucho, pero intentamos hacerlo de la mejor manera posible. Ya no salimos nunca, no desparramamos nunca porque no nos lo podemos permitir. Antes tocábamos todos los días y todos los días salíamos. Ahora, después del concierto, nos tomamos una cervecita en el hotel para que baje la adrenalina y a la cama.