Alberto Garzón: "El PP está en una dinámica de desestabilización del Gobierno"
Entrevista al ministro de Consumo. Sobre si el Gobierno coarta la libertad de expresión: "No, en absoluto".
Son los días más difíciles para España en décadas. Una pandemia sin precedentes, un virus desconocido. El Gobierno de coalición se enfrenta a ello cuando apenas ha cumplido los cien días. Y al frente del Ministerio de Consumo está Alberto Garzón, que reconoce que es “natural” cometer errores, pero que sostiene que el Ejecutivo está actuando “muy bien en su conjunto”.
Una de las mayores preocupaciones del ministro durante estos días es que no suban los precios de manera abusiva. Por eso se ha puesto coto a los de mascarillas, guantes y geles, sin descartar que se pueda hacer con más productos en los próximos días.
Al otro lado del teléfono, tras finalizar el Consejo de Ministros y antes de que estalle la polémica por los paseos de los niños, el ministro defiende que “en absoluto” se está coartando la libertad de expresión en España tras las polémicas sobre los bulos y la Guardia Civil. Y advierte de que la “dinámica” del PP y de la derecha es desestabilizar al Gobierno. Pero él añade que el Ejecutivo de coalición está “muy fuerte y reforzándose”. Si pudiera volver atrás, confiesa, cambiaría algunas cosas, incluido su tuit en plena Semana Santa. “Se malinterpretó”, apostilla.
¿Cómo está?
Bien, afortunadamente no he padecido el virus. Me hicieron la prueba cuando se supo que había llegado el virus al Consejo de Ministros, y negativo. Desde ese momento he estado trabajando con las medidas de seguridad oportunas, desde casa en la medida de lo posible y desde el Ministerio para lo imprescindible.
¿Está coartando la libertad de expresión el Gobierno?
No, en absoluto. Estamos trabajando en mitigar los efectos que tiene esta crisis sanitaria sobre la vida en el conjunto de la población, tanto en aspectos sanitarios como económicos y sociales. Siempre dentro de la salvaguarda de los derechos fundamentales, entre ellos lógicamente la libertad de expresión. Quizá la manifestación más clara de ello es que tenemos, a diferencia de otros países como Portugal, una oposición muy beligerante que está manifestando continuamente su crítica en todos los foros posibles como no podía ser de otra forma en democracia.
Se ha fijado el precio de las mascarillas. ¿Estamos en un mercado descontrolado y salvaje en productos tan prioritarios como los sanitarios? ¿Cómo se controla el mercado?
Lo cierto es que esta pandemia nos ha puesto de relieve una realidad que es muy hermosa que es la solidaridad y la responsabilidad de la inmensa mayoría de la población española, con esa expresión de los aplausos a las 8 de la tarde. Pero también ha habido experiencias que nos han puesto delante ante comportamientos muy nefastos para la vida colectiva y algunos de esos tienen que ver con la especulación con productos y servicios que son muy demandados desgraciadamente.
Vimos que una de estas experiencias era la de las funerarias y atajamos el problema poniendo un control de precios y llevándolos a los que estaba vigentes antes del estado de alarma. Algunas empresas habían aprovechado la situación de indefensión y de crecimiento de la demanda para subir los precios de manera absolutamente irracional. En el caso de funerarias, hasta 2.000 euros adicionales. Con el tema de las mascarillas, siendo un sector distinto, se ha comprobado que pasaba algo parecido. Hay determinados sectores a lo largo de la cadena productiva que han aprovechado la situación del miedo que tiene la ciudadanía para enriquecerse y subir los márgenes. Entendemos que no es adecuado, con los geles ocurre lo mismo. Una familia de cuatro personas que tenga miedo y que quiera hacerse con estos productos puede estar haciendo un desembolso muy enorme para poder protegerse. No ha lugar, por eso hemos establecido el control de precios. El sector de las mascarillas tiene más complejidad al haber producción internacional y nacional y la cadena es distinta.
¿Sobre qué productos se va a limitar el precio?
La norma establece que se van a controlar los precios de mascarillas, geles y guantes, dejándose abierto para otra serie de productos semisanitarios o sanitarios que seguiremos monitoreando hasta que se complete el estado de alarma o se considere oportuno porque podríamos encontrarnos con que esos brotes especulativos pudieran emerger en la comercialización de otros productos.
¿Están detectando también subida de precios en productos de alimentación?
Estamos monitoreando eso junto con el Ministerio de Agricultura. Lo que tenemos son muchas denuncias de asociaciones de consumidores y de personas sobre la percepción que existe. Pero, de momento, está dentro de unos límites que entendíamos que eran previsibles en situaciones como esta y seguimos evaluándolo para tomar medidas en caso de que fuera necesario. Ahora mismo la información que llega desde Agricultura son resultados normales y positivos. Hay que poner en valor el enorme esfuerzo que se está haciendo por parte del sector agroalimentario para mantener las despensas colectivas llenas y abastecidas.
Una de las competencias principales de su Ministerio es la regulación del juego online. Ya dijo que había habido un repunte de juego, no de apuestas deportivas, durante el confinamiento. ¿Sigue al alza? ¿Hay un mayor riesgo de ludopatía teniendo a la población encerrada en casa y con Internet como única ventana al mundo?
Estamos satisfechos con las medidas que hemos tomado porque los indicadores dicen que hemos acertado. Desde el inicio del confinamiento se multiplicó de forma importante la actividad en sectores de juego como el poker o el casino, los no vinculados a competiciones deportivas. Las apuestas en consecuencias han bajado pero la parte del juego se ha trasladado y ha cambiado de producto con la gente en su vivienda y en condiciones que son asimétricas. En los barrios populares las viviendas son más pequeñas, el confinamiento hace más daño en todos los casos, se produce un incentivo a la participación del juego. Los indicadores señalan que desde el estado de alarma y hasta que tomamos la decisión de prohibir la publicidad en televisión se ha empezado a notar un descenso notable en la participación de juego online. Era una medida de prevención necesaria. La participación en el juego conlleva un riesgo para determinados sectores sociales: uno de cada cuatro jugadores de apuestas desarrolla una patología. Hemos atajado el problema.
¿Van a poder viajar los españoles este verano e ir de vacaciones?
Lo prudente ahora es no contestar a esta pregunta. Desconocemos la evolución que pueda tener el virus, estamos haciendo enormes esfuerzos como sociedad para contenerlo. Está teniendo una merma económica muy notable para el conjunto de la población y trastoca los planes. No estamos en condiciones de dar una respuesta. Estamos tratando de iniciar la desescalada de la manera más organizada y más razonable posible para combatir el virus. Pero es imposible dar respuesta a cómo estaremos en un mes o dos. Seguimos las recomendaciones de los científicos.
¿Y cuándo abrirá el pequeño comercio?
Es imposible dar una respuesta en este momento. Estamos a expensas de lo que diga el comité científico que va valorando las medidas necesarios. En todos los países ocurre esto: una pandemia con un virus nuevo, que poco a poco vamos conociendo más, pero no sabemos a ciencia cierta cómo se comportará o reaccionará. Todos los países estamos abordando un fenómeno nuevo y adaptándonos. Lo que hemos hecho es muy adecuado, dejarnos orientar por lo que digan los científicos. Si todos navegamos por la incertidumbre, los que mejor lo hacen son aquellos que más saben. Ellos son los que tendrán que tomar la decisión en última instancia de cuándo es posible abrir determinadas actividades económicas. Como hacemos ya para el próximo 26 de abril facilitando la salida de los niños a la calle. Todas estas medidas tienen que estar siempre supeditadas a la preservación de la salud pública.
El Gobierno como consumidor ha tenido errores como los test que no eran de buena calidad o el material sanitario erróneo utilizado por profesionales en los últimos días. ¿Asumen autocrítica o errores?
Sí, tenemos que ser conscientes de que ahora con la información que tenemos si pudiéramos volver al pasado y tomar otro tipo de decisiones, probablemente algunas de ellas no las haríamos así. Es natural haber cometido errores, y más en escenarios como estos que tienes que reaccionar de manera muy rápida. Creo que en conjunto hemos actuado muy bien, siguiendo el consejo de los científicos, pero evidentemente no somos ajenos a errores que se han cometidos como los tests. Sin embargo, son fáciles de explicar porque son globales. Todos los países hemos cometido esos errores porque básicamente una vez se ha expandido la pandemia por los países se ha desbordado el número de demanda de productos sanitarios. Y aquellos países que no teníamos producción nacional hemos tenido que acudir a mercados internacionales y esos mercados estaban llenos de actores que han utilizado la ocasión para enriquecerse y que han mentido y comercializado productos que no funcionaban o eran falsos.
¿Por qué no dan el nombre del proveedor de los tests de baja calidad?
Personalmente no lo conozco. Es una comercialización que se hace entre el Ministerio de Sanidad y diferentes empresas y tendrá sus razones.
¿Por qué España e Italia ese número de fallecidos y contagiados y no pasa en vecinos como Portugal y Grecia?
Son los científicos los que tendrán que dar una explicación y probablemente necesiten más tiempo para poder aventurar hipótesis que lleven a resultados concluyentes. Pero entre varios factores que pueden explicar eso está el tiempo de entrada del virus, las medidas de reacción, aunque España ha sido de los países que más rápido ha reaccionado, y los factores como focos de residencias de ancianos. Y hay un elemento no menor que tiene que ver con la información proporcionada, no es comparable en términos internacionales por defecto. Básicamente porque no se usa la misma metodología. España contabiliza fallecidos fuera de hospitales y además a todas las personas que padecen una patología previa como enfermedades graves. Eso no lo hacen otros países, que solo contabilizan como fallecidos a los que mueren en hospitales y sin patología previa. Esas metodologías tan asimétricas hacen absolutamente incomparable las estadísticas. Hemos pedido una homologación de datos porque somos conscientes de que está usando políticamente, para atacar al Gobierno y los diferentes gobiernos de las diferentes naciones, cuando carece de sentido.
Aquí el PP les ha acusado de maquillar los datos y de engañar.
El PP y la derecha española está en una dinámica conocida por parte de nosotros. Es una dinámica de acoso y hostilidad hacia un Gobierno legítimo, pero esto era así antes de la pandemia. Ahora lo que ha cambiado es el instrumento. Se hace con actitudes hiperventiladas, exageraciones y trazos de brocha gorda, se nos acusa de barbaridades. Pero también desde la irracionalidad porque los datos nos los proporcionan las comunidades, algunas son gobernadas por el PP como Madrid. El PP está sencillamente en una dinámica de desestabilización del Gobierno y de aprovechar esta crisis sanitaria para conseguir fines que ya estaban antes predeterminados. ¿Esto es legítimo? En democracia es legítimo criticar al Gobierno, pero me parece inoportuno. Me parece mucho más razonable lo que hace la oposición en Portugal, que sabe que hay que tener un tacto diferente sin que perjudique la crítica legítima que debe existir por errores que se cometen.
Desde la oposición le han criticado el tuit que puso en Semana Santa sobre películas. ¿Se arrepiente?
A tenor de las consecuencias, fue desafortunado y si pudiera volver, no lo escribiría. Tenía un objetivo, como en otras ocasiones, tratar de recomendar productos culturales como he hecho con libros para facilitar llevar un confinamiento más amable dentro de la enorme dificultad que tenemos. El mundo de las redes está infectado de bots, de trolls y de gente que parece que sólo tiene el objetivo de poder extender el odio. Lo hice de una manera desafortunada que se malinterpretó y fui objeto de un ataque, lógico pero malinterpretado porque incluso había quienes me acusaban de estar atacando a los católicos. Esto con una otra persona hubiera sido más creíble, pero en mi caso, que es conocido que he sido hasta hermano cofrade y la Semana Santa me encanta como malagueño, tenía menos cabida. Me dí cuenta que en contextos como estos hay que tener un especial cuidado porque hay una oposiciòn que no va a perdonar nada, ni siquiera los actos de buena fe que estaban mal planteados.
En el Gobierno se han vivido momentos de tensión interna durante estas semanas con temas como la renta mínima y otras medidas económicas. ¿Qué salud tiene el Gobierno de coalición? ¿Se podría romper?
Veo al Gobierno de coalición muy fuerte y reforzándose con la gestión de esta pandemia. Estamos actuando con enorme cualificación, no solo por las razones esgrimidas, somos el primer del Gobierno de España que ante una crisis económica como la que se está desplegando ahora pone en marcha un escudo social. Lo que hemos hecho es prohibir los desahucios y el cese de suministros básicos como el agua y la electricidad. Hemos facilitado que las empresas no se vean obligadas a despedir, estamos en el diseño de un ingreso mínimo vital sobre el que hay consenso en el Gobierno, faltan los elementos concretos. Estoy muy satisfecho y el Gobierno en su conjunto debe estar muy orgulloso de lo que está haciendo, sin perjuicio de que sabemos que las medidas no son perfectas y se pueden seguir haciendo cosas, el esfuerzo es extraordinario. Es un Gobierno de coalición pero con un consenso enorme.
Casado y Sánchez han acordado crear una comisión parlamentaria. ¿Confía en que al final el PP se sume a un gran pacto por la reconstrucción social y económica?
El PP y Casado están conduciendo un coche que tiene delante una enorme pandemia y una enorme crisis económica pero están obsesionados con mirar por el retrovisor qué hace Vox y la extrema derecha. Eso condiciona las políticas que se toman y la eficacia. Por eso, el PP parece más orientado a competir e ir un pasito más allá de la última barbaridad dicha por Vox que a encontrar puntos de acuerdo. Ojalá el PP cambiara la actitud y entendiera que estamos ante un fenómeno global y que exige unos ciertos mínimos de consenso, con críticas dentro de ello. No hay que ir a un espacio de uniformidad o de ausencia de crítica, pero sí de búsqueda de consensos mínimos. El PP representa a millones de españoles y es una voz necesaria en la reconstrucción de este país. Desgraciadamente tenemos la sensación de que el PP no se lo está tomando suficientemente en serio porque su orientación y sus prioridades están situadas en otra órbita, de competencia con la extrema derecha.
¿Está siendo insolidaria la UE con España e Italia?
La UE se ha equivocado. Ya hace tiempo que se visualizan los fallos de una Unión que no ha tenido homogeneidad fiscal, que no ha avanzado en una dirección de modelo social alternativo al anglosajón. En esta crisis sanitaria y ahora económica, la coordinación está siendo bastante deficitaria. Y, sobre todo, la solidaridad y la respuesta común está siendo algo ausente. Es sorprendente que exista todavía dentro de la UE un pensamiento que quiera hacer de esta situación una oportunidad para seguir cobrándole al sur de Europa. Entendemos que Europa tiene que reformularse y tiene una oportunidad para demostrar que es solidaria. Nos encontramos con países insolidarios, algunos como Holanda se han aprovechado de la ausencia de un marco fiscal homogéneo. La UE se está jugando su futuro.
Los hábitos de consumo están cambiando desde que estamos en el confinamiento, principalmente vía online. ¿Está garantizada la seguridad de repartidores? ¿Se va a extender este tipo de trabajo hasta ahora muy cuestionado por su precariedad?
El Ministerio de Trabajo ha ido desarrollando guías y directrices para que todas las empresas que sigan con su actividad se desarrollen con seguridad. Por lo tanto, si se están incumpliendo esas normas, se denuncia y se establece la sanción pertinente. Muchas de esas actividades ya eran precarias antes de la pandemia y eso es un problema estructural, tenemos que ver la manera de abordarlo porque hay cada vez más sectores precarizados.
Uno de los mayores dramas es el fallecimiento de las personas mayores. Una vez acabe este momento tan duro, ¿hay que replantear el modelo de las residencias en España?
Una vez acabe esto, habrá que hacer una evaluación sosegada y rigurosa de dónde han estado los principales focos y cuáles son las medias que han funcionado o no para prevenir y controlar la situación. Es evidente que las residencias han sido un foco fundamental para explicar la magnitud del desastre y habrá que ver a qué se debe. Va a tener que ser estudiado para ver cómo corregir los errores.