¿En serio Charlie Hebdo?
No sé qué le está pasando al gremio del humor en los últimos años, pero es un no parar de chistes malos, meteduras de pata, salidas de tiesto y pasadas de frenada. Es como si les hubiese abducido una máquina del tiempo en 1970 y siguieran empeñados en colarnos los mismos chistes de antaño, pero en un contexto social que ni les sigue ni les ríe las gracias. Se han perdido los avances culturales, los acontecimientos sociales, los debates ideológicos. Se han quedado atrapados en su propio ego y sólo alcanzan a escucharse a sí mismos ensayando sus monólogos delante del espejo. Si les cuestionas se hacen los sordos negándolo todo y repitiendo más alto y por encima: “libertad de expresión”, “libertad de expresión”. No se enteran. No se inmutan. Están out.
La última “polémica” nos la han servido en forma de portada nuestros vecinos franceses de Charlie Hebdo. Una versión del cuadro El origen del mundo de Gustave Courbet pero con una pelotita de fútbol a modo de clítoris y bastante menos vello corporal. Por lo visto la intención de esta viñeta es hacer una crítica al fútbol, que les parece un deporte “estúpido y vulgar” y al hecho de que las mujeres lo practiquen de manera profesional, que les parece todavía más estúpido y más vulgar. Desde la revista no entienden qué mejora social proporciona la Copa Mundial Femenina de Fútbol y para demostrarlo deciden cortar a las mujeres en pedacitos.
Es curioso el uso que hacen estos humoristos modernos de la palabra “libertad”: la reclaman constantemente para su propio trabajo, pero no les hace gracia si es para los demás. El feminismo es un movimiento político que promueve la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres en cualquier actividad. El hecho de que las mujeres puedan jugar al fútbol y sean respetadas igual que sus compañeros es un acto feminista. Ridiculizar o menospreciar a las mujeres que quieren practicarlo, ya sea en el campo de juego, en los medios o mediante dibujos, es precisamente lo contrario.
Esta imagen no resulta desagradable por visibilizar la vulva de una mujer (a estas alturas de la comunicación visual estamos hartas de verlas hasta para anunciar suavizantes). Lo que chirría de esta portada es que para denunciar un deporte supuestamente degradante se caiga en una representación claramente degradante. Evitar retratar a las mujeres como objetos sexuales y sin cabeza es de primero de carrera, de sentido común o de persona no momificada que vive en el siglo XXI. Que lo hiciera Courbet en 1866 era provocador y disidente porque no existían tales imágenes. Que lo haga un medio en la actualidad resulta repetitivo y alienante, y refuerza la desigualdad presentando una vez más a las mujeres como trozos de carne.
Y para dejar bien claro que no desean la participación de las mujeres deportistas, el texto debajo del dibujo añade “Nos lo vamos a comer un mes”, convirtiendo al espectador o comensal en sujeto de la acción, ni siquiera a la propia mujer.
Que quieran cuestionar al mundo del fútbol, incluso al propio feminismo, nos parece fenomenal. Pero háganlo de una forma ingeniosa, inteligente, divertida y que nos haga pensar, no denigrando a las personas ni reforzando con ello una desigualdad. A los humoristas les está pasando lo mismo que a los publicistas… Que les falta hablar un poquito menos y escuchar bastante más.