En qué consiste el 'nyotaimori', la polémica práctica sexual que no quiso probar Mónica Naranjo
¿Te parece para tanto?
Mónica Naranjo no es tan atrevida con el sexo como nos hizo pensar en la promo de Mónica y el sexo, el programa erótico de la cantante en Cuatro. Hay prácticas con las que todavía no se atreve y una de ellas es el nyotaimori.
En el último episodio emitido por la cadena del grupo de Mediaset, Naranjo se resistió a experimentar con ésta por considerarla “una situación grotesta, fúnebre incluso”.
¿Lo es? Según gustos.
El nyotaimori, también conocida como sushi corporal, es una variante de sitofilia (fetichismo sexual que mezcla erotismo y comida) y consiste en comer sashimi o sushi sobre el cuerpo desnudo de una mujer. Cuando el plato humano es de un hombre se conoce como nantaimori.
Esta práctica sexual nipona no es tan desconocida para el gran público. Hace diez años protagonizó una escena en la película Mapa de los sonidos de Tokio, de Isabel Coixet, lo que le valió grandes críticas a la cineasta. En la cinta se pinta como algo muy habitual en Japón, cuando en realidad no es así.
Eso fue en 2009. Un año antes, en 2008, Samantha (Kim Cattrall) se cubrió de sushi para esperar a su amante en la película de Sexo en Nueva York y cuatro después, en 2013, ocupó titulares en España cuando el Observatorio de la Mujer y el Observatorio de la Publicidad Sexista alertó a la Generalitat Valenciana de la existencia de más de un centenar de denuncias en contra de la organización de una sesión de body sushi en un restaurante de Vila-real (Castellón). Lo mismo pasó en 2015 en un bar de Australia.
La bandeja humana de Vila-real, Yolanda B., contó en plena polémica que los comensales le hacían comentarios subidos de tono pero prefería abstraerse e ignorar las ocurrencias.
Ella, como todas las modelos que practican el nyotaimori, lucen el cuerpo totalmente depilado, aunque la comida no entra en contacto directo con éste. Se coloca sobre hojas o blondas (en su caso) y los trozos de sashimi y sushi se cogen con ohashi (palillos). La clave en esta práctica es que los alimentos alcanzan una temperatura especial sobre el cuerpo humano: 36 grados centígrados.
Para convertirse en platos, los y las modelos tienen que tener figuras firmes para evitar que el sushi caiga rodando al suelo, según contó a Vice Mark Scharaga, dueño y jefe de una compañía de banquetes nyotaimori. ”Tienes curvas y contornos diferentes con los que debes lograr que la presentación se vea tal y como la quieres”, explicó el dueño de Experiencia Nyotaimori en Los Ángeles (EEUU). Hasta la respiración se mide al milímetro.
El origen del nyotaimori es bastante incierto. Hay dos corrientes principales que tratan de explicar cómo surgió. Por un lado están los que afirman que es una disciplina gastronómica centenaria que se enseñaba tradicionalmente a las geishas y por otro quienes la desvinculan de la cultura japonesa. Para ellos es fruto de “la imaginación calenturienta de los decadentes occidentales”, según recoge un artículo de Jot Down. “Como suele ocurrir, ambas teorías son falsas y la verdad se encuentra en un punto intermedio”, apunta el texto.
Aunque no hay ningún cuadro o escrito que relacione el nyomtaimori con las geishas, tampoco hay que pasar por alto que la relación comida-erotismo es universal. “Tiene lógica que en Japón se reflejara a través del arroz y el buen pescado, incluso sin tener en cuenta el cortocircuito nipón entre animales marinos y sensualidad”, recoge este magazine.
La polémica que rodeó al restaurante de Vila-real en 2013 ha perseguido siempre a la práctica. Para los detractores “no es humano ser tratado como un plato”, para Scharaga el nyotaimori es otra cosa: “No estamos vendiendo sexo; estamos vendiendo la experiencia con una hermosa mujer o con un hermoso hombre”.