En la 'trinchera' y frente a ETA: así se forjó la amistad "a prueba de bombas" de Sémper y Abascal
El nuevo portavoz de campaña del PP y el actual líder de Vox se conocen desde hace casi treinta años, cuando coincidieron en las Nuevas Generaciones de Euskadi
Dos versos sueltos que forjaron una amistad “a prueba de bombas”. Borja Sémper y Santiago Abascal se conocieron a finales de los años 90 en las Nuevas Generaciones del PP de Euskadi. Los dos, que apenas habían superado la mayoría de edad, empezaron a dar sus primeros pasos en la política bajo la sombra de la amenaza de ETA. Ser señalados por la banda, recibir amenazas y oler la muerte de cerca apuntalaron una unión tensionada por la ideología, pero férrea frente al miedo y la propia supervivencia: “Si tú compartes trinchera con Edu, con muchos socialistas vascos o con Abascal, porque te quieren matar los mismos, te unes muchísimo”.
Tras tres años fuera de la política, Borja Sémper dio este lunes la sorpresa al fichar como portavoz de campaña del PP para las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. El expresidente del PP de Guipúzcoa había decidido marcharse en 2020 por desavenencias con el equipo de Pablo Casado y comenzó un camino en el sector privado como director de Relaciones para la consultora Ernst & Young. En la rueda de prensa donde se dio a conocer su nombramiento, Sémper afirmó que volvía para defender “la moderación y la centralidad”. “Agradezco a Feijóo que me deje ser ser coherente con el fondo y las formas que creo deben aplicarse en la política. Les digo con pesar que la crispación política que se vive actualmente no tiene reflejo en la sociedad española, que se esfuerza y dialoga con el diferente. Yo no voy a contribuir a dar a la política de este país más ruido”, dijo.
Sémper entró en la ‘cantera’ del PP con tan sólo 17 años y con la figura de Gregorio Ordóñez como un absoluto referente. Como al resto de sus compañeros, su asesinato le marcó profundamente. Fue concejal de Irún durante casi 15 años, donde gestionó el área de Urbanismo. Con 21, su nombre ya estaba en las paredes de la localidad seguido de un ‘te vamos a matar’. Y realmente lo intentaron, ya que hubo al menos dos planes de ETA para acabar con su vida.
Fue en esa época cuando Sémper conoció a Santiago Abascal, también joven militante del PP y amenazado por la banda. El actual presidente de Vox obtuvo su primer cargo público al ser elegido como concejal en el ayuntamiento de Llodio (Álava). Su vinculación con la política procede de su padre, dirigente del PP alavés, y su abuelo, acalde de Amurrio durante el franquismo. A los 23 años, fue elegido como presidente de nuevas generaciones del partido en el País Vasco. “Tenía un ardor guerrero, vocación y mucho ímpetu. Parecía la persona idónea para continuar esa trayectoria de Nuevas Generaciones, que era muy combativa”, recordaba Sémper en una entrevista en Eitb sobre los orígenes de su amistad.
“No comprendo nada de lo que hace o dice”
Durante muchos años, Sémper y Abascal compartieron partido, ideas, objetivos políticos y una misma postura beligerante y corrosiva frente a la amenaza que suponía en su vida personal y profesional ETA. El idilio se rompe en 2013, cuando Abascal anuncia su salida del PP alegando diferencias irreconciliables con su dirección. Especialmente, con la política antiterrorista frente a la banda del Gobierno de Mariano Rajoy como la excarcelación de Josu Uribetxeberria Bolinaga. Abascal llegó a acusar al entonces presidente del Gobierno de “traicionar las ideas” del PP.
La salida de Abascal provoca un cisma entre ambos y los primeros desencuentros públicos. “Conozco a Borja desde hace años, desde que tenía 19 años. Él llevaba escolta. Hoy escucho sus posiciones políticas y lo veo con perplejidad. No comprendo nada de lo que hace o dice en estos momentos”, dijo Abascal en una entrevista en EsRadio a las pocas horas de anunciar su salida del PP.
Sus diferencias políticas parecen, a día de hoy, insalvables. Sémper siempre se ha mostrado contrario a los postulados de Vox, que encarna su líder y también amigo. No considera al PP ni “populista” ni “nacionalista”. “Vox es un partido diametralmente opuesto a lo que representa el PP. Creemos en España, nos sentimos profundamente orgullosos de ser españoles y esto no parece que haya que demostrarlo. Lo que sucede es que no somos nacionalistas. Precisamente combatimos el nacionalismo, como lo hacemos en Euskadi. No somos un partido esencialista, un partido que le dice a la gente que sólo hay una manera de sentirse y de ser español. Somos un partido con vocación de ocupar la centralidad desde el entendimiento y desde de la pluralidad de España”, decía en 2019 en Eldiario.es.
Pero pese a las divergencias ideológicas, la presión electoral y la guerra sucia propia de la política, Sémper y Abascal siempre han salvaguardado su amistad. “Hay un ámbito de discusión política que me parece muy divertido y muy interesante. Yo no he ocultado nunca mi lejanía ideológica con el PSOE y con VOX, lo que no me impide tener una buena relación personal con alguien de VOX, del Partido Socialista o de Podemos. No sé por qué una discrepancia política tiene que llevarme a no hablar con alguien. No lo he entendido nunca”, decía a su vez en El Mundo.
Una máxima que mantuvo este lunes en su regreso a la política. “Con Santi Abascal tengo una relación forjada a lo largo de muchos años y forjada en los años más duros que compartimos en el País Vasco. Nos conocemos desde los 17 años y hemos visto de todo. Tengo una relación personal con Santi Abascal a prueba de bombas y la voy a seguir manteniendo”, manifestó. Eso sí, Sémper volvió a dejar claro que Abascal y Vox no representan lo que él “aspira y quiere” para España.
Los vaivenes de la política les han llevado ahora a competir en las elecciones municipales y autonómicas tras las siglas de PP y Vox. Un nuevo enfrentamiento entre dos amigos que asumieron como propia la lucha por las ideas mientras compartían trinchera contra ETA. Ya lo dijo José Martí: “Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra”.