El empleo cierra un buen año con notas agridulces que anticipan la desaceleración
La economía apunta a un crecimiento plano en el Primer Trimestre del año, que ya asoma en los datos de paro de diciembre. Sin embargo, los expertos no vaticinan una catástrofe.
Una guerra en Europa, precios desbocados y una cadena de suministros que aún trata de recuperar el ritmo tras la pandemia. El 2022 ha sido el año de los 400 golpes, 12 meses como 12 Annapurnas que escalar. Y, sin embargo, la economía y el empleo en España han esquivado los dardos y sorteado un desastre que parecía cantado.
Diciembre de 2022 cierra un año positivo para el empleo, sin rodeos. Hay 268.252 parados menos, 471.360 afiliados más a la Seguridad Social y el número total de parados, 2.837.653, es el más bajo desde el año 2007. Sin embargo, el último mes es peor que el de 2021, y la afiliación a la seguridad social apenas creció en algo más de 12.000 personas, si bien es cierto que ha registrado la cifra histórica de 20,3 millones de personas trabajando.
La desaceleración de la última mensualidad, para Monica Melle, profesora de Economía de la Universidad Complutense de Madrid, apunta a la inflación y la reducción del ahorro como la principal causa de la bajada en la creación de empleo en sectores tan potentes como la hostelería: “Los ciudadanos ya han tenido que restringir gastos de ocio, viajes y de salidas a cenar a restaurantes. Con los precios se reduce el poder adquisitivo, la capacidad de compra y se tiende a reducir lo más superfluo”.
Para la profesora, esta disminución del consumo acarreará una desaceleración general que afectará al empleo sobre todo durante el Primer Trimestre del año: “Vamos a unos meses negativos por contraste con la tendencia que venimos experimentando de unos meses para acá, que ha sido positiva”.
Precisamente esa tendencia es la que esgrime Ana Escribá, directora del grado en Derecho y profesora de Derecho Laboral en la Universidad Internacional de Valencia (VIU), para restar gravedad al dato agridulce de diciembre. “Hay cada vez más contratos indefinidos, faltaba la campaña de Navidad y se esperaba que el incremento fuera menor porque el de los meses anteriores ha sido mayor”, sostiene Escribá.
Según esta experta, el balance es positivo, así como las perspectivas para el nuevo año, con una inflación que está previsto que se modere y un crecimiento del PIB en torno al 1,5%. Por contra, también afirma que los primeros meses de 2023 serán peores en términos de creación de empleo. “En enero habrá un descenso del empleo seguro, con el fin de la campaña de navidad, es lógico y esperable”, lo cual no da pábulo a emborronar todo lo anterior: “En octubre ya nos sorprendimos, ya entonces eran los mejores datos desde 2008”.
¿Habrá recesión?
Es una de las grandes preguntas de cara al año que empieza, por contra, es una idea que el Banco de España alejó en diciembre, junto con su revisión al alza del PIB para 2022 y 2023. José Manuel Corrales, doctor en Economía y profesor universitario, coincide en este aspecto con el organismo económico. “No creo que vaya a llegar la recesión técnica, porque para eso hacen falta dos trimestres con crecimiento negativo, pero sí que va a haber un crecimiento más plano que se va a contagiar al mercado de trabajo, que se va a ralentizar”, opina Corrales.
Para Escribá, que el paro va a subir en enero es algo que se da por descontado, ya que tradicionalmente es un mes malo para el empleo, sin embargo, alargar esa tendencia es aventurar mucho. “Hay que ver qué pasa a partir de febrero. Con la llegada de junio el numero de parados puede volver a subir por el fin de la campaña escolar, pero enseguida empieza la campaña de verano”, afirma, mientras apunta a que las previsiones de inflación a la baja y de crecimiento no invitan a pensar en la recesión.
La economía camina de la mano de una “buena tendencia”, apunta Melle, que favorecerá su propia resiliencia. Esto se apuntala en el crecimiento de la contratación indefinida, que aporta muchas más “seguridad” a los trabajadores, que pueden planificar su vida y su consumo de un modo mucho más “seguro”, sin estar sujetos a los vaivenes de la temporalidad.
+232,5% de contratación indefinida
Una de las revoluciones anuales ha sido, sin lugar a dudas, el cambio de paradigma que la reforma laboral ha traído al mercado de trabajo. La contratación indefinida se ha elevado a cotas desconocidas hasta el momento, con un aumento de 4.913.819 de firmas, un 232,5% más que en 2021.
La finalidad de la reforma era doble: acabar con al temporalidad y reducir la precariedad. Dos metas que para Escribá, “a priori”, se están cumpliendo. “La reforma va a cumplir ahora un año, y habrá que esperar un poco más para ver sus efectos, pero yo creo que está funcionando”. Sin embargo, esta experta también señala algunos puntos ciegos que “habrá que limar”.
“Se están denunciando prácticas en las contratación de personas con contratos indefinidos que son despedidas antes de que finalice el periodo de prueba, por lo que muchos indefinidos podrían ser, en realidad, falsos temporales”, explica Escribá. Corrales, por su parte, también apunta a que miles de indefinidos son a tiempo parcial, o han firmado en un mes dos contratos de ese carácter, por lo que podría haber un componente de precariedad que “habrá que atajar” en el futuro.
Escriba opina que esas asperezas, aunque existen, son la “excepción a la regla”, los datos globales dibujan un panorama completamente nuevo. En 2022 se han firmado 5.987.835 contratos temporales menos, una bajada del 34,6%. Corrales recuerda, además, que a finales de 2021 algunos “agoreros” vaticinaron que la reforma laboral destruiría un millón de empleos y sin embargo el año cierra con casi medio millón más de afiliados y casi 270.000 parados menos.
Estos son los mimbres con los que España afronta la cuesta de enero, que en términos laborales y de crecimiento del PIB es posible que dure hasta marzo, según los expertos consultados. Aunque todo apunta a que no habrá catástrofe ni debacle insalvable, habrá que esperar a la primavera para confirmarlo. Feliz escalada.