Emilio Aragón: "Con 'Médico de familia' tuve que parar. Estaba dejando que la vida me llevara"
El productor, actor y presentador vuelve a la televisión 14 años después con 'B.S.O.'.
Emilio Aragón no podía ni imaginar que volvería a plantarse delante de una cámara a los 62 años. La última vez que lo hizo fue en 2007, como presentador de Los irrepetibles, el primer programa que laSexta emitió en prime time. Dos años antes fue su última aparición como actor, en Casi perfectos (Antena 3). Ni lo imaginaba ni lo planeaba, pero la pandemia ha hecho que el productor cambie de parecer.
14 años después, el actor al que todavía se le recuerda como Nacho Martín por Médico de familia (1995-1999), vuelve a presentar y a dirigir. Lo hará con B.S.O en Movistar+ a partir de este miércoles 2 de junio. Un espacio por el que pasarán Los Javis, Belén Rueda o Raphael, entre otros, aunque él “no es un entrevistador”, reconoce.
Con sus invitados charlará sobre sus vidas y sobre el impacto que han tenido en ellos ciertas canciones. “La vida es una road movie, y todas las road movies tienen música. Cada programa tiene la esencia del protagonista”, explica el productor.
Y, como no podía ser de otra forma, la primera road movie, la de Los Javis, arranca con Emilio Aragón al piano tocando la sintonía de Médico de familia, Periodistas o Compañeros.
Jorge Ortiz, directivo de Movistar, dice que el tuyo es “un programa de altura”.
Eso es cosa de Jorge, yo he venido a hacer un programa que he soñado. Al final una cosa es lo que sueñas, el papel lo sostiene todo, pero luego ves que hay cosas que puedes hacer y otras que, por mucho que te empeñes, se complican. Al final, la realidad supera a los sueños. Lo he hecho con la libertad de hacer un programa que no tenga un formato muy concreto. No sé si es un programa de altura, pero hace unos años una amiga diseñadora de vestuario me dijo “yo ya sólo quiero hacer cosas bonitas” y yo llevo eso en mi mochila.
¿Eso es lo que te ha hecho volver a la pantalla?
En mis planes no estaba volver a la televisión, y la pandemia tiene la culpa de que regrese porque me ha hecho replantearme muchas cosas. La vida pasa a una velocidad vertiginosa. Sí, lo que quiero es hacer cosas bonitas.
¿Y faltan más ‘programas de altura’?¿Crees que hay algún contenido prescindible o imprescindible en televisión?
No soy quién para decir qué es prescindible e imprescindible, pero lo que está claro es que los hábitos han cambiado muchísimo. Hay una oferta muy variada, antes no se veían películas en smartphones y parece que ese debate ya ni existe: si es un horror hacerlo y hay que verlo en el cine o si no lo es. No puedo juzgar en ese sentido. Sí puedo decir que se hace televisión muy buena, al menos en ficción, magnífica. Hay un antes y un después con ciertos productos como La casa de papel, se está haciendo un entretenimiento muy interesante y las plataformas permiten experimentar y ofrecer cosas distintas como B.S.O., que sólo se podría ver en una plataforma.
También hubo un antes y un después con tu trabajo... Compañeros dio voz a los adolescentes, Los hombres de Paco puso sobre la mesa otro tipo de comedia, Pulsaciones apareció justo cuando Antena 3 apostaba más que nunca por el thriller y llegó a la BBC... ¿Eres el señor de la tele o el señor de laSexta, como te apodaron en Sé lo que hicisteis?
Ninguno de los dos, honestamente. No soy ni el señor de la tele ni el señor de laSexta. No es falsa modestia, soy una persona a la que le encanta experimentar y tengo la suerte de que me dejan hacerlo. De hecho, no pensaba que me iba a poner delante de la cámara, ni se me pasaba por la imaginación, pero con 62 años no quiero ponerme barreras, siempre que pueda hacer cosas que entienda como interesantes. Hablo también de teatro, cine, ficción, radio, producciones musicales... de estar abierto a experiencias nuevas y distintas. Si me entra de repente un poco de viento de babor o de estribor, allá voy.
En el primer programa de B.S.O, con Los Javis como invitados, dices que la fama lo tiene todo. ¿Qué es lo bueno y qué es lo malo?
Éxitos y fracasos. De todo se aprende. Aunque suene a cliché, se aprende tanto de los éxitos como de los fracasos. Quizás más de los fracasos. Hubo una época en mi vida, durante Médico de familia, en la que tuve que parar.
¿Sólo porque la presión de la prensa te afectó psicológicamente, como se ha dicho?
No, era todo. La prensa, la calle, la audiencia...
Bueno, es que era difícil no reconocerte, imagino, os seguían más de 7,6 millones de espectadores (43% de cuota de pantalla).
Era una barbaridad, no podía ir a ningún sitio, ni a un restaurante. Es muy bonito sentirte así, tan querido, pero hay amores que matan. No podía ir con mis hijos a ningún sitio. Ahora lo veo con la distancia y veo a talentos jóvenes que lo viven y pienso “ay, si pudiese echarte una mano, darte algún consejo”.
¿Qué aprendiste?
Que necesitaba empezar a priorizar aquello que verdaderamente quería hacer. Estaba dejando que la vida me llevara y tenía que tomar yo las riendas. ¿Cuántos años me quedan con energía? ¿Diez? ¿Hasta los 72? Pues, en lo que me quede por hacer, quiero escoger lo que me merezca la pena.
Una de tus invitadas al programa es Belén Rueda, con la que todo el mundo te recuerda en pantalla. ¿Hay algo que no le hayas dicho nunca?
Hemos empezado juntos y nos hemos dicho tantas cosas... Buenas, ¿eh? Estoy tan contento por la carrera que ha hecho, porque ha sido muy constante y trabajadora y ha sembrado mucho, y el que siembra bien, recoge bien. Ha sido una profesional de altura, una mujer que ha estudiado y se ha preparado muchísimo. Eso el público no lo ve, sólo ve lo que se proyecta en la pantalla. Belén es uno de los grandes nombres de este país.
Si tuvieses que escoger ahora un formato “que te merezca la pena”, ¿cuál resucitarías en televisión?
Un concurso divertido, como El juego de la oca, adaptado a los tiempos. Sería divertido para una televisión generalista e incluso para una plataforma, si se le da una vuelta cinematográfica. Es muy visual y daría mucho juego en ambos soportes.