Elvira Lindo, TT por este artículo en 'El País' sobre política y protocolo
"Son españoles, desde luego, pero no de la misma manera en que lo soy yo".
La escritora Elvira Lindo se ha convertido este domingo en uno de los principales temas de conversación en las redes sociales por un artículo publicado en El País titulado "Sánchez, el okupa".
En el texto, Lindo hace referencia al supuesto error de protocolo que cometieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa con los reyes el 12 de octubre. "Si ese error se hubiera cometido en los años de esa Transición que estos actuales entusiastas del protocolo dicen venerar, sospecho que todo hubiera acabado en risas, en anécdota, y que el propio rey Juan Carlos, sí, él, hubiera salido del engorroso asunto con una broma. Había un mayor espacio para la naturalidad", comienza diciendo.
Elvira Lindo se sorprende porque de pronto España sea un país de expertos de protocolo sobre todo "cuando se trata de afear el error de un presidente de izquierdas". Y habla también de los abucheos y gritos de okupa que se escucharon durante el desfile dirigidos hacia Pedro Sánchez.
"Yo le diría a Sánchez: no les gustas, te detestan, no pararán hasta desalojarte, pero no te lo tomes como algo personal. Y no lo es. Esta inquina responde a una vieja tradición de la derecha española, la de creer que mientras ellos ocupan legítimamente el poder, la izquierda lo okupa", asegura.
"Los mismos que señalan ferozmente indignados una metedura de pata en el protocolo comprenden y alientan, en cambio, que el público asistente a un desfile militar —que ellos tienen por solemne— se salte a la torera la formalidad del momento insultando con rabia al presidente", subraya la escritora, que insiste en que "persiste un clasismo visceral que alimenta la idea de que el poder siempre ha de estar en manos de quien nazca sabiendo cómo ha de colocarse en un besamanos".
"Otra pregunta que cabría hacerse es quién compone el público que asiste cada año a ese desfile para montar la bronca si el presidente no es de los suyos. Son españoles, desde luego, pero no de la misma manera en que lo soy yo, y me niego a que persista la idea de que son los guardianes de la esencia de una ciudadanía que entendemos de manera opuesta", afirma.
"De alguna manera, a los ciudadanos que no comulgamos con sus ideas —y aquí el verbo comulgar conjuga de perlas— nos tratan también como okupas", finaliza.