Elsa Ruiz, cómica trans: "¿Carmen Calvo? Se empieza siendo protaurina y se acaba cogiendo más cositas fachas"
La popular humorista, ahora también metida en política, lamenta los ataques que está sufriendo su colectivo por la ley trans: "Lo que se debate realmente es si debemos existir o no"
Elsa Ruiz llega a la sede de El HuffPost con un vestuario discreto pero certero. Sobre su piel luce los colores de la bandera trans: camisa blanca, suéter rosa y falda azul celeste. Es su forma de mostrar públicamente lo que después verbalizará en la entrevista. Elsa empezó a sentirse como persona transexual cuando tenía 27 años. El proceso fue muy duro y le llevó mucho tiempo asimilarlo. Llegó incluso a padecer una grave depresión que la mantuvo apartada de sus compromisos profesionales. Después, se hizo muy popular gracias a su vena cómica y a aparecer de forma asidua en el programa “Todo es mentira” junto a Risto Mejide.
Hace algo más de un año, decidió ingresar en un psiquiátrico tras intentar suicidarse y sufrir constantes ataques de ansiedad. Ya casi recuperada, regresó a la esfera pública por todo lo alto metiéndose en política. Actualmente, es vocal adjunta del distrito de Retiro por la formación Recupera Madrid, de Marta Higueras. “Después de trabajar en Mediaset y de pasar por un psiquiátrico me parecía que era lo más lógico”, asegura con ironía.
Activista y gran defensora de los derechos LGTBIQ+, Elsa no da crédito estos días a los ataques que está sufriendo su colectivo por el debate suscitado en torno a la ley trans. “Lo que se está debatiendo realmente es si las personas trans debemos existir o no”, asegura. Y cuenta su dura adolescencia, en la que la falta de referentes y la transfobia la sumergieron en una espiral destructiva. “Las únicas personas con las que podía ser yo misma eran señores mayores que querían de mí otra cosa. Me dejé hacer cosas que no deseaba sólo por ser considerada mujer un rato”, explica.
Elsa no tiene reparos en calificar a mujeres feministas como Carmen Calvo, Sindy Takanashi o Patricia Sornosa, muy críticas con la ley trans. “Tienen de feministas lo mismo que de vegetal un sándwich de pollo”, asegura. Y responde también sin tapujos a su experiencia en estos primeros meses en el mundo de la política, si regresaría o no a la tele y si echa de menos a Risto Mejide.
- ¿Cómo está viviendo usted estos días el debate ideológico y político que ha surgido en torno a la ley trans?
- Bueno, yo no creo que haya un debate ideológico. Sencillamente, existe un debate sobre si las personas trans debemos existir o no, un debate sobre si deben ser reconocidos nuestros derechos y si tenemos que pasar un peritaje médico ni psiquiátrico para demostrar quiénes somos. Básicamente, la sociedad creen que las personas trans mentimos de base. A ninguna persona CIS hetero se le somete a un juicio tan duro. Ninguna persona CIS hetero tiene que salir de un armario o necesita ir a un psicólogo para certificar que no es trans. Por tanto, es un agravio comparativo muy grande.
- La plataforma trans ha declarado recientemente ‘partido non grato’ al PSOE. ¿A su juicio, es un partido que está defendiendo a las personas trans?
- Hace años que el PSOE no defiende a las personas trans. Desde 2020, cuando Ábalos y Carmen Calvo sacaron ese horrible comunicado que nos atacaba directamente a las personas trans y por el que nadie ha pedido aún disculpas por ello.
Además, pretenden vendernos una ley trans que no es tal. Es una ley LGTBI que contiene algo de tema trans, cuando en el acuerdo de Gobierno de PSOE y Podemos nos prometieron una ley LGTBI y una ley trans. Nos están haciendo un 2x1, una rebaja para liquidar el stock.
- ¿Y por qué se está debatiendo tanto sobre la ley trans?
- Nos están utilizando para hacer luchas internas. No se preocupan de nuestros derechos realmente y día a día sólo escuchamos burradas.
- Vamos a analizar las posturas de parte del feminismo que rechaza la ley trans. Para empezar, están en contra de la libre autodeterminación de género sin ningún requisito previo. Ellas consideran que el género no se elige y que viene determinado al nacer. ¿Qué opinión le merece? ¿Una mujer nace o se hace?
- Mezclan sexo y género. En el sexo puede haber una diversidad de genitales muy variados, no sólo penes y vulvas. Está la gente intersexual, por ejemplo. Y sobre si una mujer nace o se hace, yo debo de ser una mujer honoris causa. Yo he pasado un proceso psiquiátrico obligatorio y una hormonación. He cumplido unos requisitos que ni Casado cuando le regalaron su máster.
- El anteproyecto también establece que el cambio de sexo registral se podrá realizar a partir de los 12 años. Sin embargo, las feministas y también algunos jueces sostienen que a a esa edad no se tiene “madurez suficiente” para tomar esta decisión. ¿Usted cuándo supo de forma evidente que era mujer?
- Yo desde pequeña noté algo en mí que no cuadraba. Pero entonces no tenía referentes. Siempre que buscaba la palabra ‘trans’ en internet me salía porno y páginas de contactos. Por tanto, la sociedad me decía que si yo era una mujer trans iba a ser condenada al rechazo social, familiar, laboral... Y, básicamente, fui creciendo contra mi voluntad y con miedo.
Cuando dejé de ser adolescente, la única manera que yo encontré de expresar quién era yo era usando ropa ‘de chica’. Luego caí en el mundo de los chats de internet y las únicas personas con las que podía ser yo misma eran señores mayores que querían de mí otra cosa. Me dejé hacer cosas que no deseaba sólo por ser considerada mujer un rato. Y eso es algo monstruoso y espero que nadie tenga que pasar por ello de nuevo.
- Entonces uno no tiene que alcanzar la mayoría de edad para saber quién eres...
- Yo le daría la vuelta a la pregunta. Las personas que dicen que a los doce años no puedes saber lo que eres, ¿cuándo supieron ellos que eran CIS hetero? ¿Por qué las personas trans tenemos que saber y definir el momento exacto de nuestra vida en saber lo que somos y las personas hetero no tienen una salida del armario para decir ‘papá, mamá, soy hetero’? ¿Por qué si lo preguntamos al revés suena absurdo?
- Se está dando voz a personas que se sometieron a procesos quirúrgicos de cambio de sexo y a hormonarse y luego se arrepintieron. Sin embargo, un reciente estudio señala que sólo ocurre en el 2% de los casos. ¿Por qué cree que se da un altavoz a este tipo de testimonios cuando son residuales?
- Tú lo has dicho, un 2% contra un 98%. Vamos a legislar entonces para que el 98% de personas trans no tengan derechos y tengan que pasar por trámites psiquiátricos, jurídicos y médicos. ¡Guau! Que a tope están con las personas trans. La única identidad de género que yo conozco que tenga más arrepentimiento es la de ser CIS. Y la única orientación que tiene más arrepentimiento es la de ser hetero.
- ¿Pueden considerarse feministas aquellas mujeres que están en contra de la ley trans?
- No, llamar feminista a una persona que escupa odio tránsfobo, no es ser feminista. Es como llamar sándwich vegetal a un sándwich de pollo.
- ¿Qué opinión te merecen personas como Carmen Calvo?
- ¿Qué se puede esperar de una protaurina? Si empiezas con una cosita facha, acabas cogiendo más cositas fachas.
¿Y de Sindy Takanashi o Patricia Sornosa?
- Sindy Takanashi hizo una encerrona muy fea a Jedet. La utilizó de muy mala manera para decir un mensaje que le interesaba a ella y que los palos se los llevara luego Jedet. Y con Patricia siento decepción. Yo he actuado con ella en algunos shows y hemos compartido camerino. Que me salga ahora con esto...
- ¿Y habéis vuelto a hablar después de la polémica?
- No, no quiero hablar con ella. Es una tontería porque si dice que no existo... Es como si se pusiera a hablar con un amigo imaginario.
- ¿Cómo se imagina el futuro de las personas trans dentro de diez o veinte años?
- Espero que las historias de personas trans en el cine tengan arcos narrativos como puede tener cualquier otro personaje. Me imagino también una educación más libre y que los colegios cumplan los protocolos para que los niñes estén lo mejor posible. Y me imagino un futuro sin Vox y sin la ultraderecha.
- ¿Qué tal tus primeros meses en política? ¿Qué es lo que más le ha
sorprendido de esta nueva experiencia?
- Yo no tenía ni idea de cómo funcionaba una junta de distrito o cómo funciona la política internamente. Pero me estoy dando cuenta de que hay cosas que se deben solucionar y que alguien se tiene que encargar de ello. No sólo existen grandes leyes, también hay que hacer protocolos para colegios, residencias de ancianos... que la ciudad a nivel interno funcione bien. Y desde mi escaso espacio también reivindico el tema LGTBi y el tema Trans porque cualquier cambio desde dentro es bueno.
- ¿No dudaste ni un segundo cuando te propusieron meterte en política?
- No porque Marta Higueras es todo un referente para mí. Además, la iniciativa local me gusta y trabajo con gente que valoro y en la que confío. Además, eran los únicos que me habían llamado para hacer política...
- ¿Y te ves haciendo política dentro de diez años o crees que es algo temporal?
- Depende mucho del proyecto. Yo no me caso con nadie. Es una posibilidad.
- ¿Cuál es el plan de Recupera Madrid de cara a las municipales del próximo mes de mayo?
- A mí no me lo han contado todavía. Supongo que estarán preparando algo y yo ya veré si sigo o no.
- Podemos, Más Madrid, Recupera Madrid... ¿No hay mucho partido de
izquierdas en la capital? ¿No sería mejor la confluencia?
- Sí, pero yo lo veo como un Nestlé caja ropa de la política. Todo es de chocolate, pero algunos son con almendras, otros con coco y otros con avellana. ¿Y por qué no haces la pregunta con los partidos de derechas? También hay tres cuando podrían ser uno. Uno, grande y libre.
- Durante varios meses trabajaste en Mediaset y te vimos junto a Risto Mejide en “Todo es mentira”. ¿Echas de menos la televisión? ¿Volverías?
- Sí. Aprendí muchísimo. Hubo momentos difíciles porque era muy novata, pero me sirvió de mucho.
- ¿Y echas de menos a Risto Mejide?
- Lo echo tanto de menos como él a mí.
- ¿Eso es mucho, poco, nada...?
- Es lo que es.
- ¿Y te atreverías incluso a participar en algún reality?
- ¿Por qué no? Pero voy a decir que ‘no’ para hacerme la dura y que me ofrezcan algo con muchos ‘ceros’. Que los cuatro conejitos que tengo en casa no se alimentan solos.