Elecciones europeas 2019: guía para entender por qué determinarán tu vida
El 26-M mira más allá de las autonómicas y municipales: es más necesario que nunca.
Llegan las elecciones europeas y, con ellas, los topicazos: Europa no sirve para nada, los eurodiputados viven en su burbuja de Bruselas, son dinosaurios… Pero no, no te equivoques, la cita que tienes este 26 de mayo con las urnas, más allá de las autonómicas y municipales, es esencial para tu vida. Y no es una exageración decir que las personas que elijas para representarte en la Unión Europea determinarán tu futuro.
Fíjate si son importantes y si la UE marca en buena medida el día a día de la sociedad, que tras el Brexit ya ni los que abogaban por salirse del club comunitario -se llamen Matteo Salvini, se llamen Marine Le Pen- se atreven a entonar esa propuesta. En todo caso ahora dicen que quieren reformar la Unión Europea, pero eso en realidad es lo que quieren todos, incluidos los que aman el proyecto europeo, aunque en su caso por el bien común, no de unos pocos. Porque hay una evidencia: la UE no es perfecta, pero es necesaria. En manos de todos está garantizar que siga siendo un club que, como hasta ahora, sea garante de la paz, de los derechos humanos, de la igualdad. Y que se adapte a los nuevos tiempos o que, por el contrario, pase a ser una suma de países con marcadas fronteras, orgullosamente xenófoba y con un discurso, al fin y al cabo, eurófobo.
Porque si hay algo claro a estas alturas es que estas elecciones europeas servirán para poner a prueba la fuerza en la UE frente a los partidos populistas y eurófobos. El Brexit lo ha puesto todo -aún más- patas arriba, y, si las encuestas se cumplen, por primera vez las dos grandes familias políticas -populares y socialistas europeos- registrarán un porcentaje de escaños inferior al 50%, por lo que tendrán que apoyarse sí o sí en uno o dos grupos más (los que más probabilidades tienen son liberales y verdes) para formar una mayoría estable.
Más allá de este nuevo panorama, resulta preocupante otra realidad: la derecha radical euroescéptica y la ultraderecha se acercan al umbral de un tercio de los escaños, lo que les daría poder para vetar o ralentizar decisiones y bloquear la UE. Y qué decir de que finalmente Reino Unido, inmerso en el proceso de divorcio con los 27, finalmente acuda a votar… Eso puede ser un arma de doble filo: y todos lo saben.
Por eso esta campaña es más intensa que nunca, como también es un llamado al voto útil, consecuente. El día después no servirá de nada lamentarse. De esto saben mucho tanto los británicos como los europeos. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, acaba de admitir que no intervenir durante la campaña del referéndum para la salida de Reino Unido de la Unión Europea ha sido el mayor error político de su mandato. Del otro lado, la mitad de los británicos se arrepienten del Brexit.
Por eso Europa lleva meses trabajando contra la crítica recurrente cita electoral tras cita electoral: la de que el mensaje europeo no llega, no cala. De hecho basta echar un vistazo al último CIS para darse cuenta de que esto es así: la mayoría admite que las decisiones que toma la Unión Europea les afectan bastante o mucho, pero, pese a ser conscientes de esa trascendencia de los asuntos europeos, más de dos tercios admiten que sigue las noticias en torno a los comicios para renovar el Parlamento Europeo con poco o nulo interés.
Eso sí, los encuestados dicen ser conscientes de que lo que se decide en Bruselas tiene un impacto claro en su modo de vida. De hecho, al ser preguntados en qué medida creen que esas decisiones les afectan, un 45,6% dicen que bastante, y otro 26,3% van más allá y dice que mucho. Apenas un 5% cree que las medidas de las instituciones europeas no les afectan, mientras que otro 16,3% considera que les afectan poco. Y pese a saberlo, un 36,5% de los encuestados por el CIS reconoce que las noticias sobre el club comunitario le interesan poco, mientras que otro 18,5% afirma que no le interesan nada. Y ahí está el riesgo: saben de Europa, pero no tienen gran intención en movilizarse por ella.
Por lo tanto los riesgos son evidentes: los derechos y libertades de los que gozan los españoles en la actualidad en el continente son gracias a la UE. Ni el euro ha estado siempre ahí ni siempre ha podido hacerse un Erasmus o un interrail. Sí, todo esto es gracias a la Unión Europea y, en gran medida, gracias a la cámara que más poder ha ido adquiriendo: el Parlamento Europeo.
¿Qué es el lo que se vota este 26 de mayo?
La Unión Europea es un club de países -hasta ahora 28-, por lo que las decisiones más relevantes están en manos de los gobiernos. Sin embargo, cada cinco años, desde 1979, los europeos eligen la composición del Parlamento Europeo, la única de las instituciones europeas en la que están representados de forma directa.
Así, el PE es la única asamblea parlamentaria multinacional del mundo y la única institución de la Unión Europea elegida directamente por los ciudadanos. Sus funciones básicas son las mismas que las de los parlamentos nacionales: aprobar leyes para toda la Unión y los presupuestos comunitarios (junto con el Consejo de la UE, en la que están representados los Gobiernos nacionales) y controlar al ejecutivo, que en este caso es la Comisión. Con el paso de los años los poderes de la Eurocámara han ido aumentando progresivamente, hasta el punto de que las directivas y otras normas europeas deben contar con su aprobación
¿Cómo se vota en España?
A través de una única circunscripción electoral en las elecciones europeas. Esto significa que la totalidad del territorio español se convierte en la demarcación territorial en la que se imputan los votos de los electores. Esto pasa también en en otros ocho Estados miembros: Austria, Dinamarca, Francia, Grecia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y Suecia.
Este año electoral, marcado sin duda por el Brexit, habrá una peculiaridad que afecte directamente a los españoles. En un escenario en el que Reino Unido no esté en la Unión Europea (algo que está previsto para el próximo otoño), el número de diputados se reducirá de 751 escaños a 705. España será uno de los países que se beneficien de dicha resta ya que ganará cinco eurodiputados más, pasando de 54 a 59 escaños.
Sin Reino Unido, España no será el único país que se beneficie sumando escaños, pues pasa de tener 54 a 59. Hasta ahora, países infrarrepresentados por cambios demográficos como Francia aumenta en cinco sus eurodiputados, mientras que Italia y Países Bajos ganarán tres escaños. Otros, como Polonia, Rumanía, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Austria, Eslovaquia y Estonia recibirían uno más.