Todas las claves del 14-F
Arranca la campaña catalana en plena tercera ola, esperando a los tribunales y con Illa como gran rival a batir.
¡De campaña! Pero a medio gas, con mascarillas, gel hidroalcohólico, muchas incertidumbres, un candidato estrella, a la espera de los tribunales… Las urnas en Cataluña nunca defraudan y desde esta medianoche arranca el proceso (electoral) del 14-F. En plena tercera ola, con un Parlament decadente y un Govern capitaneado en funciones por Pere Aragonès (ERC), tras la inhabilitación de Quim Torra.
Y estas son las claves de estas elecciones:
A la espera de la Justicia
Se habían visto muchas cosas en elecciones en Cataluña, pero esto nunca: todavía no se sabe si se celebrarán o no. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña mantiene provisionalmente la cita con las urnas este 14 de febrero, pero tiene que resolver sobre el fondo del asunto antes del próximo 8 de febrero. Es decir, podría haber una resolución judicial para aplazar los comicios.
Las elecciones catalanas estaban convocadas para el 14-F, al haber fracasado el Parlament en la búsqueda de un candidato para sustituir a Quim Torra (inhabilitado por el Tribunal Supremo por el caso de los lazos amarillos). Esto llevó a la convocatoria automática de elecciones, pero el Govern entendió hace unas semanas que era un peligro ir a votar en plena tercera ola. La mayoría de los partidos acordaron retrasar los comicios a mayo -con la negativa del PSC-. Pero una serie de entidades y particulares recurrieron este postergamiento al TSJC, que anuló el decreto de la Generalitat y ha dejado provisionalmente la fecha de febrero. Por lo tanto, arranca una campaña sin saber si se celebrarán finalmente y se podría dar el caso de que se suspendieran a menos de una semana.
El año pasado se produjo una situación similar, en País Vasco y Galicia. Entonces se aplazaron hasta julio, pero hay una serie de características diferentes: entonces había un estado de alarma con confinamiento domiciliario, todos los partidos estaban de acuerdo y nadie recurrió ante los tribunales. Si durante la primera ola se suspendieron muchas elecciones a nivel internacional, no ha sido la tónica en la segunda, como se ha visto en Estados Unidos o Portugal. La duda que surge, al hilo, es qué grado de abstención puede acarrear la pandemia.
El ¿efecto? Illa
Hasta hace poco más de un mes las elecciones parecían un duelo entre los socios del Govern: Esquerra vs. Junts per Catalunya. Pero a finales de diciembre todo saltó por los aires con una noticia bomba: Salvador Illa, hasta este miércoles ministro de Sanidad, volvía a Cataluña como ‘número uno’ del PSC tras dar un paso al lado Miquel Iceta.
La operación se había urdido durante un mes en La Moncloa, entre Sánchez e Iceta. Hacía falta un recambio en Cataluña, donde la política había quemado a todos sus protagonistas desde el 1-O. El único que seguía era el propio Iceta y su tirón no daba para ganar o subir mucho. Las encuestas apuntaban a otro nombre: Salvador Illa. Esto convenció al presidente, que ha hecho una apuesta muy fuerte para intentar cambiar la situación en Cataluña, enquistada desde hace una década, y se volcará personalmente en la campaña.
El efecto Illa se ha notado ya en los sondeos, aparece como la estrella emergente y el hombre a batir. Se ha cambiado el paso y todo el mundo habla del PSC, que aspira a volver al Palau de la Generalitat y calmar la situación. El talante de Illa y su forma discreta (incluso grisácea) puede calar en una Cataluña golpeada por la pandemia y en la que empiezan a empapar los mensajes más reposados tras años de ansiedad política. Además, los socialistas buscan con este perfil recuperar a miles de votantes que se fueron en los cinturones industriales a Cs en las anteriores elecciones -y auparon a Arrimadas entonces a la victoria-.
La idea de Illa es intentar un Govern como el que hay en Madrid -con integrantes de los ‘comunes’- y alejar a Cataluña de la dialéctica rupturista. ¿Será suficiente? El ministro ha salido de manera agridulce de Sanidad, en plena tercera ola y sin comparecer ante el Congreso. Esto ha provocado hasta las críticas de sus socios de Unidas Podemos. La oposición ha lanzado el mensaje de que Moncloa ha utilizado su potencial para catapultarlo como candidato frente a su labor como ministro. Es el hombre a batir.
Illa disputará la Presidencia con Pere Aragonès (ERC), Laura Borràs (Junts), Carlos Carrizosa (Cs), Alejandro Fernández (PP), Ignacio Garriga (Vox), Jessica Albiach (En Comú Podem), Marta Pascal (PNC), Dolors Sabater (CUP) y Àngels Chacón (PDeCAT).
Lo que dicen las encuestas
Los sondeos que se han ido publicando apuntan a los socialistas y a ERC como favoritos en una durísima lucha, en la que también pugna de tú a tú Junts. El barómetro preelectoral publicado por el CIS dibuja esta fotografía: PSC (23,9%), ERC (20,6%), Junts (12,5%), En Comú Podem (9,7%), Cs (9,6%), Vox (6,5), CUP (6%), PP (5,8%), Pacma (1,7%), PDeCAT (0,7%) y PNC (0,4%).
La publicada esta semana por La Razón sitúa, en cambio, a Esquerra en primer lugar con un 20,5%, quedando por detrás Junts (19,2%), PSC (18,7%), Cs (11,1%), En Comú Podem (7,3%), PP (6,7%), CUP (6,1%) y Vox (6%).
La realizada por GAD3 para La Vanguardia y publicada hace tres semanas, vaticinaba este resultado en número de escaños: Esquerra (37-39), Junts (31), PSC (29-30), Cs (13), PP (8), En Comú Podem (6-7), CUP (4-5), Vox (4) y PDeCAT (0-1).
El PSC ganaría las elecciones a tenor de la encuesta elaborado por Gesop para El Periódico, publicada el 8 de enero, al lograr 35-36 asientos en el Parlament. Luego estarían: ERC (32-33), Junts (29-30), Junts (12-13), CUP (7-8), En Comú Podem (6-7), PP (6-7) y Vox (5-6).
El universo independentista
ERC y Junts se preparaban para una lucha brutal entre los dos socios de Govern, después de una complicada y agitada legislatura en la que el independentismo había chocado constantemente. Y con un cambio de roles: Esquerra ha ido hacia el pragmatismo mientras que Junts se ha volcado en ser el grupo con un independentismo más marcado y dispuesto a volver a la unilateralidad.
La lucha en la sombra estaba capitaneada por Oriol Junqueras (en la cárcel de Lledoners) y Carles Puigdemont (en Waterloo). Todo indicaba a que se iban a tirar los trastos a la cabeza (con ERC soñando con ser por primera vez el partido más votado en unas catalanas), hasta que llegó Salvador Illa. El mundo independentista ha encontrado a un rival al que golpear y no tener que hacerse daño internamente.
ERC ha elegido como delfín a Pere Aragonès, con pinta de tecnócrata, frente a una Junts liderada por Laura Borràs, que ha crecido políticamente en el Congreso de los Diputados y goza de esa capacidad de poder decir las cosas sin tener mucha mochila política detrás. Ahora los dos van contra Illa: la pregunta es qué pasará el día después. Como siempre, si suman, la idea sería un independentismo unido en el Palau, pero en los últimos años ha sido un infierno interno. ¿Optaría ERC por un pacto de izquierdas con el PSC y En Comú Podem? Los de Illa lo rechazan, mientras que los de Pablo Iglesias lo sueñan. Además, parece muy difícil que Esquerra no sucumbiera a la presión independentista si dan los números.
La fratricida lucha por la derecha
La derecha libra también en su seno una durísima batalla este 14-F en Cataluña, una comunidad utilizada para ganar votos por estos partidos en el resto de España. Hay varias tendencias: la primera es que Cs tendrá más votos que PP y Vox en teoría, pero su batacazo será brutal (perdiendo unos veinte escaños).
Arrimadas logró en las pasadas elecciones, convocadas en virtud del artículo 155, una histórica victoria, la primera de un partido no nacionalista. Pero luego ni gobernó ni le sacó provecho. Los naranjas ni intentaron una investidura (a pesar de que no daban las cuentas, la sensación fue de no luchar como habían prometido en campaña) y luego el partido comenzó una deriva a nivel nacional con el consiguiente hundimiento el 10-N. Arrimadas dejó Barcelona, perdiendo Cs su carisma allí. Para luego más tarde enfangarse en una polémica decisión: sustituir a Lorena Roldán, ganadora de las primarias, por Carlos Carrizosa (afín a la actual dirección). Más leña al fuego: Roldán se ha ido con el PP para esta cita.
Dentro de esa derecha hay otro particular duelo: PP vs. Vox. La ultraderecha entrará por primera vez en el Parlament (Cataluña ya no será un oasis en España en ese sentido). Pero es que además los de Abascal podrían lograr, si se cumple el barómetro del CIS, el sorpasso en esta histórica autonomía. Esto supondría un durísimo golpe para los de Pablo Casado, que levantan con toda su fuerza la bandera de España y que han renunciado al España Suma para intentar comerse a Cs y a Vox.
Cataluña, de elecciones.