El 'sorpasso' de Vox al PP deja tocado a Casado
Los ultras irrumpen con fuerza: 11 escaños con casi el 100% escrutado. Y los populares pierden un asiento y se quedan con tres.
La peor pesadilla de Pablo Casado se consuma este domingo. La ultraderecha de Vox ha superado al PP en las elecciones catalanas tanto en número de votos como de escaños, con casi el 100% del voto escrutado.
Este resultado puede hacer que una parte importante del PP mire a barones con mayoría absoluta, como Alberto Núñez Feijóo, para que se hagan con las riendas, aunque Casado controle los aparatos del partido y apenas sufra contestación interna.
Los de Santiago Abascal se han hecho con 11 asientos en el Parlament y más de 148.000 papeletas, frente a los 3 diputados y 70.000 apoyos de los populares que constituyen el suelo histórico del partido en Cataluña.
Las perspectivas electorales de Alejandro Fernández, el candidato del PP, se hundieron a mitad de campaña, coincidiendo con el estallido mediático del regreso de Luis Bárcenas al banquillo por el juicio de la caja B del partido.
El candidato popular ha reconocido su “muy” mal resultado este 14F. Además, ha felicitado de manera encubierta a Vox, cuando ha reconocido la labor de los partidos que han visto incrementados sus apoyos.
Además, la campaña de la ultraderecha, centrada en plantar cara al independentismo más radical allí donde es más fuerte, ha eclipsado los mensajes de los populares, más centrados en vender capacidad de gestión.
El sorpasso ultra es un sonoro revés para la dirección del PP, especialmente tras la patada que dio Casado a Santiago Abascal en la moción de censura y que apartó a Génova 13 de la senda de Vox en la política española.
Vox irrumpe por primera vez en la Cámara catalana y completa el ciclo electoral que inició en diciembre de 2018, cuando entró con fuerza en el parlamento andaluz.
La extrema derecha, no obstante, ha jugado más cartas antes de este 14F. Pese a que no niega la pandemia, el partido de Santiago Abascal se ha mostrado contrario a las medidas de salud pública encaminadas a contenerla, como el cierre de bares y restaurantes.
Ese es el motivo por el que el malestar de hosteleros y comerciantes ha sido un caladero de papeletas que Vox ha explotado en campaña. “Nos querían hacer creer que el virus os impedía trabajar y no es verdad: son ellos [los demás políticos] los que os impiden trabajar”, ha repetido Ignacio Garriga, el candidato ultra.
Esa vía rápida para captar votos se ha sumado a la beligerancia contra los independentistas, a quienes quiere ilegalizar, y al rechazo a la inmigración, especialmente la musulmana, muy presente en Cataluña. La extrema derecha no ha presentado programa electoral alguno. Solo un plan de 10 puntos. Y dos los dedica a los inmigrantes irregulares, a quienes ha identificado con la delincuencia.