El yoga como herramienta o la ‘práctica con propósito’

El yoga como herramienta o la ‘práctica con propósito’

Para gestionar mejor nuestras vivencias diarias, para dar la mejor versión de nosotros mismos y colaboran a desarrollar nuestra mente y cuerpo.

Uno de los ejercicios hecho por Daniel.@thales_yoga

Empezaremos recordando que muchos en occidente resumen la esencia del yoga como: “Respiración adecuada, ejercicio adecuado, relajación adecuada, alimentación adecuada y pensamiento positivo”.

Todos estos elementos nos sirven para gestionar mejor nuestras vivencias diarias, para dar la mejor versión de nosotros mismos y colaboran en desarrollar nuestra mente y cuerpo.

Y el hecho de hablar de que sean ‘adecuados’ permite que cada uno relativice, ajuste y haga suyos los matices para ajustarlos a sí mismo.

Tras varios años practicando yoga, y después de haber probado durante largos periodos distintas disciplinas y escuelas, reconozco que cada una de ellas me ha aportado mucho, en ámbitos distintos y a la vez complementarios.

Hoy en día soy más flexible conmigo mismo. Me permito, y de hecho busco, practicar en cada momento lo que más necesito, o aquello que más quiero trabajar —bien sea aliviar o desarrollar algo en concreto—. La idea fundamental es ‘practicar con propósito’.

A ese propósito se le llama sankalpa en sánscrito. Puede ser tan concreto como cada uno quiera: a cada persona le funcionará un grado de definición del mismo.

Por regla general, si lo que persigo es olvidar algo o dejar de darle vueltas a temas que me traen de cabeza, practico Ashtanga. El hecho de que la práctica esté predefinida y sea fija me permite centrarme en alinear movimiento y respiración para no perder el aliento, y disfrutar en lugar de sufrir en las asanas.

Realizar 5 respiraciones largas y profundas en cada asana, y fluir entre ellas con continuos vinyasas, exige concentración mientras permite trabajar la potencia y el estiramiento en cada inhalación y la relajación en cada exhalación, pudiendo alcanzar momentos de intimidad muy intensos —diría que hasta micro meditaciones, incluso—.

Recientemente he incorporado el Rocket en mi ‘abanico’ de disciplinas. Se trata de una evolución o escisión del Ashtanga, que otorga algo de flexibilidad al profesor que dicta la clase, permitiendo variar la secuencia para trabajar elementos concretos y distintos cada día. Pero sobre todo, lo que añade es un foco principal en invertidas, posturas que nos ponen ‘del revés’. Con esto se consigue un nivel de concentración muy alto, y, claro está, un desarrollo del tren superior y del ‘core’. Una disciplina que, en definitiva, nos permite trabajar el equilibrio y la fuerza, todo en uno.

  Bikie (del revés).@lanomadeduyoga_

La práctica de Vinyasa, libre y no predefinida, sino ejecutada cada día según el propósito que le ponga el profesor (o uno mismo si se trata de auto-práctica) me parece la ideal para aquellos momentos en los que la idea es trabajar algo en concreto como, por ejemplo, apertura de caderas. Se trata de una práctica dinámica, en la que se fluye entre posturas a través del alineamiento de la respiración y el movimiento con los ‘vinyasas’, aportando un trabajo físico intenso, con secuencias de asanas distintas en función de ese propósito físico concreto. Todo ello hace de ella una práctica recomendable para el trabajo de bloqueos, tensiones y rigidez.

Cuando busco un trabajo más mental, en lugar de ‘descargar’ la cabeza, busco amueblarla de sensaciones, de registros, de ‘equilibrio’, y por lo tanto cambio de práctica. Habitualmente empleo Hatha, e intento aprovechar el diseño compensado de la práctica, que incorpora parte dinámica y estática, alargando el número de respiraciones en cada asana. Esta práctica facilita la generación de cambios físicos desde la quietud de la postura, controlada y regulada únicamente por la mente. El reto es disfrutar de la incomodidad, hacer de ella una aliada.

  Stefanie.@stefaniemichelle_

Al haber tenido un contacto temprano con Sivananda, lo asimilo mucho al Hatha, quizás de forma errónea, o digamos no muy purista. Pero encuentro en esta práctica lo mismo que en Hatha, si cabe con algo más de peso en la parte de la toma de conciencia inicial y de relajación final, haciendo de ella una práctica más íntima, más mental, con algo más de foco en la meditación, no como consecuencia, sino como propósito. Me parece una práctica más compasiva con el cuerpo, menos física.

También se puede trabajar la resistencia, tanto física como mental. Podríamos quizás hasta hablar de resiliencia. Para realizar este trabajo practico Iyengar, la disciplina activa en la que más tiempo aguantas las asanas, con la que más beneficio sacas de esa quietud y que más control mental requiere para ‘no salir’ de la postura, no ceder a la incomodidad y usarla como fuerza transformadora.

Es una práctica que permite ir avanzando poco a poco, con la ayuda de variantes y el empleo de accesorios (cintas, bloques, mantas, etc.). También permite trabajar conjuntos musculares más internos, e ir asimilando esas sensaciones físicas, para luego repetirlas o buscarlas en prácticas más dinámicas. Me atrae el uso de los accesorios, porque facilita el aprendizaje, desde el respeto al cuerpo. También ayuda a una gestión del ego más constructiva, pues todo llega, es solo cuestión de tiempo el abandonar los soportes y lograr rendirse en las asanas. Cada uno tenemos nuestro tiempo, no debemos compararnos con nadie.

  El pájaro del paraíso de Mariago.@mariagoyoga

Para terminar, el último estilo al que recurro habitualmente es el Yin, una combinación de yoga y medicina china que persigue liberar tensiones articulares y musculares. Se trata de una práctica pasiva que busca la rendición física y el control mental, para no salir de las posturas cuando estas nos resultan incómodas. Para ello se utilizan las respiraciones, profundas y completas, liberadoras y sanadoras. Se trata de una práctica muy estática, amable a priori con el cuerpo, pero donde siempre podemos encontrar bloqueos físicos que trabajar. Además, se consigue gran flexibilidad gracias a ese trabajo de tendones y articulaciones en el medio y largo plazo.

  Este es Fidel sobre las manos.@fidelfontaine

Os sugiero en todo tipo de prácticas escuchar al cuerpo, intentar dejar la mente en blanco. Si vienen pensamientos, dejarlos pasar. Observarlos desde la quietud que trae la respiración y la relajación, para poco a poco ir dándole forma a ese propósito inicial desde la práctica de yoga. Namaste.

Un vídeo de @carla_sadhana: