El voto negativo de otra republicana tumba de nuevo el reemplazo del Obamacare
A partir de octubre, los conservadores de EEUU necesitarán aún más votos para aprobarlo.
La senadora republicana Susan Collins ha rechazado el último proyecto legislativo de su partido para derogar y reemplazar la reforma sanitaria conocida como Obamacare.
La oposición de Collins se suma a la de los senadores republicanos Rand Paul y John McCain, por lo que los republicanos tendrían imposible aprobar ese proyecto, promesa electoral del presidente Donald Trump, dado que tienen una mayoría de 52 escaños frente a 48 demócratas.
El liderazgo republicano en el Senado quería votar el proyecto esta semana con la fecha del 30 de septiembre en mente, pues ese día es el límite para aprovechar una excepción legislativa que le permitiría aprobarla por mayoría simple.
A partir de octubre, los republicanos necesitarían al menos 60 votos a favor para avanzar con el procedimiento de derogar Obamacare, lejos de la actual mayoría conservadora en la Cámara.
Collins, senadora por Maine, ya fue una de los tres republicanos, junto a McCain y Lisa Murkowski, que votaron en contra e hicieron fracasar el último proyecto para sustituir el Obamacare el pasado julio.
"No se pueden hacer bien reformas amplias a nuestro sistema de salud en un marco de tiempo comprimido", ha explicado Collins en un comunicado, criticando que la última propuesta de su partido comporte, como las anteriores, grandes recortes a los programas de salud pública.
OBAMACARE TIENE "MUCHOS DEFECTOS"
Aunque la propuesta otorgue más fondos para Maine, territorio que Collins representa, "si los senadores pueden ajustar una fórmula de financiación en un fin de semana para ayudar a un estado, también podrían ajustar la fórmula en el futuro para perjudicarlo".
Obamacare "tiene muchos defectos que necesitan solucionarse. El estado actual de los seguros médicos, con recargos disparados, con opciones limitadas, que las empresas estén en dificultades, tiene que solucionarse. Mi atención seguirá en tratar de remediar esos problemas", ha añadido.
Con la intención de mantener viva su propuesta, los senadores Lindsay Graham y Bill Cassidy, autores del texto, hicieron cambios de última hora este fin de semana, incluyendo la asignación de más fondos a los estados de los senadores más reticentes al texto.
El proyecto propuesto derogaría partes clave de Obamacare, como las multas a los ciudadanos que no obtengan seguro y los subsidios a las aseguradoras y los fondos para ampliar Medicaid —el acceso sanitario para las personas con bajos recursos—, con subvenciones en bloque directas a los estados.
La Oficina no partidista de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) no ha tenido tiempo para evaluar su impacto económico ni cuáles serían sus consecuencias, aunque ya ha avanzado que "millones de estadounidenses menos" tendrían acceso a la salud.
Las propuestas anteriores que plantearon los conservadores hubieran supuesto entre 22 y 32 millones de personas sin seguro médico en los próximos diez años, según la CBO.
Los republicanos que promueven el último intento para derogar la reforma sanitaria han anunciado que someterán a votación su proyecto pese a no contar con los votos necesarios. "Vamos a seguir adelante, está bien votar, está bien quedarse corto si lo haces por una idea en la que crees", ha afirmado Graham.