El urbanismo táctico como herramienta de transformación ciudadana en Ciudad de Panamá
Existen proyectos de regeneración urbana cuya importancia trasciende la mera intervención sobre el espacio físico, generando dinámicas sociales positivas que originan mejoras en la percepción y calidad de los espacios públicos. Estas intervenciones construyen nuevos relatos sobre la ciudad basados en la innovación, la imaginación, la cultura y la creatividad. Plantean nuevas aproximaciones a problemas recurrentes cuya intervención supone riesgos para una clase política, a menudo, aletargada.
Ciudad de Panamá es hogar, hoy en día, de 1,7 millones de habitantes. Su singular posición geográfica la ha convertido en un hub logístico de gran importancia desde su fundación hace 500 años. Asociado con un desarrollo económico sostenido, la ciudad ha experimentado durante los últimos 30 años un crecimiento demográfico sin precedentes desde los 800 mil habitantes que tenía en el año 1990 hasta los casi 2 millones que posee en la actualidad. Este rápido y desordenado crecimiento ha configurado una realidad urbana incómoda, caótica y desigual, con graves problemas en materia de movilidad, vivienda y espacios públicos de calidad. Dichos problemas constituyen una de las principales barreras para el desarrollo del país.
De acuerdo a datos del informe Crecimiento Urbano y Acceso a Oportunidades: un desafío para América Latina (2017) elaborado por el Banco de Desarrollo de América Latina, Ciudad de Panamá presenta datos preocupantes en materia de movilidad y congestión vehicular. No obstante, aunque Panamá es una de las ciudades con mayor congestión vehicular y con mayores tiempos de viaje para los desplazamientos diarios, tan sólo el 9% de éstos se realizan a pie, uno de los porcentajes más bajos de toda la región latinoamericana. La escasa movilidad peatonal en Ciudad de Panamá refleja, en parte, una infraestructura deficiente, donde la falta de aceras, la inexistencia de pasos de cebra, y la ausencia de semáforos, la convierten en una ciudad consagrada al automóvil. Así, se podría decir que a Ciudad de Panamá le cuesta caminar. No porque no quiera, sino porque no puede. A su vez, la infraestructura peatonal que soporta a ese 9%, a pesar de los grandes avances registrados durante el último lustro, es todavía incipiente e incompleta.
Cambiar el paradigma de Ciudad de Panamá para que sea una ciudad más amigable, habitable y humana; y donde la planificación urbana se ponga a favor del bien común y no de los intereses particulares, es una tarea ardua y de largo plazo. Las experiencias recientes de urbanismo táctico implementadas en la ciudad sugieren que en éste puede radicar una valiosa herramienta para mejorar la calidad de los proyectos urbanos a través de la experimentación y la participación activa de la ciudadanía. Los proyectos de urbanismo táctico: Panamá Camina: comparte La Central en el barrio de Santa Ana, La Victoria en Miraflores y Coco Parque en Coco del Mar; por mencionar algunos que se han ejecutado en los tres últimos años, son acciones a corto plazo que han generado cambios a largo plazo, con un gran impacto positivo, y donde la participación ciudadana es una pieza clave para la efectividad y la sostenibilidad de estos proyectos.
Panamá Camina: comparte la Central, fue una iniciativa de urbanismo táctico llevada a cabo por el Municipio de Panamá y financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el corregimiento de Santa Ana. Uno de los barrios más ilustres de la ciudad y que se considera la cuna de la historia y de la literatura panameña. Es ahí donde la Avenida Central y la Avenida B se encuentran con la plaza del 5 de mayo, en lo que constituye un importante centro neurálgico y un habitual foco de congestión vehicular. Además, el área es el lugar donde se implantará el Museo Antropológico Reina Torres de Arauz, que actualmente se encuentra en proceso de licitación por parte del Ministerio de Cultura de Panamá. Dada su posición estratégica, esta zona fue seleccionada para el proyecto donde se utilizó el color, el mobiliario urbano, el arte y la cultura para promover la caminabilidad en la zona, construir identidad y crear un espacio de encuentro ciudadano que fomentase una movilidad sostenible ampliando los espacios públicos disponibles para el peatón. El resultado de esta intervención fue una apuesta mayoritaria de la ciudadanía por mantener la intervención de manera permanente: un 85% mostró su preferencia por mantener la calle peatonal de forma permanente.
A su vez, La Victoria, es otro proyecto de urbanismo táctico llevado a cabo en colaboración con los vecinos del barrio de Miraflores por Giro Urbano con la colaboración de Open Arts PTY y el patrocinio de Winterline Global Education cuyo objetivo es visibilizar la importancia de la movilidad peatonal en la Calle Victoria, ampliando y destacando el paso peatonal a través del uso del color y de posicionar en la memoria colectiva del barrio el Parque Carlos del Valle. Para este proyecto se realizó un análisis de la vida pública donde se evidenció que esta calle poseía muy buenas características para promover los desplazamientos peatonales. Otra iniciativa interesante es Coco Parque, parque y huerto comunitario creado y gestionado por la comunidad de Coco del Mar, cuya finalidad fue la de convertir un terreno baldío en un espacio público para el barrio donde se impulse la interacción social a través de distintas actividades comunitarias. Coco Parque está liderado por la asociación Huertos Urbanos de Panamá, con el apoyo de Camina tu Barrio, y de la Junta Comunal de San Francisco. El proyecto, que inicialmente fue de carácter temporal, pronto se mudará a un terreno permanente donde todos los vecinos podrán seguir disfrutando de este gran parque público.
Uno de los principales aprendizajes resultantes de estos proyectos, ha sido la necesidad de que los gobiernos locales acompañen y se involucren activamente durante el proceso de diseño y ejecución del mismo. Además, tiene, si cabe, todavía mayor importancia para la sostenibilidad del proyecto, que éste venga acompañado de un fuerte liderazgo comunitario. También es necesario vincular a actores relevantes de la zona creando compromisos ciudadanos para que estas acciones temporales se conviertan en acciones definitivas, consiguiendo el cambio del mobiliario temporal a un mobiliario permanente, además de una agenda de activaciones culturales en la zona por parte de la comunidad organizada.
Además, un aspecto clave de estos ejercicios es reconocer su carácter temporal. En efecto, el objetivo central de estos no radica en crear soluciones definitivas, sino generar proyectos que permitan, a través de la participación activa de los ciudadanos, ofrecer insumos críticos para el diseño de soluciones urbanas permanentes de calidad. En este sentido, una lección obtenida de las iniciativas realizadas es que en el diseño del proyecto de urbanismo táctico han de identificarse las etapas siguientes relacionadas con el monitoreo y la evaluación del ejercicio, así como de su transformación en un proyecto urbano permanente. Esto último deberá incluir la identificación de los actores responsables y los recursos económicos necesarios para financiar su desarrollo e implementación.
Estas, y otras iniciativas similares llevadas a cabo a través de la creación colectiva del espacio público con distintas asociaciones, organismos públicos y la sociedad civil organizada, presentan una manera distinta de hacer ciudad en Panamá. El urbanismo táctico es, por tanto, una herramienta con gran potencial para abordar la construcción de ciudad de manera participativa e innovadora, y contribuye a dar continuidad a los reconocidos esfuerzos que históricamente se han realizado en Latinoamérica para enfrentar los enormes retos de una urbanización rápida y carente de planificación. Casos como los presupuestos participativos de Porto Alegre y las viviendas experimentales de Chile son pruebas de que existe un clamor ciudadano que quiere participar de los procesos de cambio para generar soluciones efectivas y crear mejores ciudades.
Panamá Camina: comparte la Central, La Victoria o Coco Parque, no son más que otros ejemplos de la nueva corriente urbana Latinoamérica que, partiendo de la escasez, plantea soluciones imaginativas e innovadoras basadas en el urbanismo participativo, y cuyo objetivo es fomentar una gestión que tenga en cuenta al ciudadano como actor fundamental e irremplazable de las ciudades del presente y del futuro.