La historia de (des)amor española que ha conquistado Netflix en pleno Halloween
Todavía quedan románticos.
Fin de semana de maratón de películas de terror... bueno, no tanto. En Halloween, una novedad atípica es la que se ha colado entre lo más popular de España en Netflix, y nada tiene que ver con la tensión del miedo: El tiempo que te doy. La historia de (des)amor de Nadia de Santiago y Álvaro Cervantes ha pegado fuerte en la plataforma, y se ha colocado de golpe en el número 4, por detrás de contenidos que ni siquiera son novedades, al menos no todos, como El juego del calamar.
La historia, escrita por la propia protagonista junto a Inés Pintor Sierra y Pablo Santidrián, bien puede entenderse como una miniserie, pese a sus 10 capítulos, o como una película. Ninguno de los episodios supera los 13 minutos, divididos a su vez en minutos de recuerdos y minutos de la vida actual del personaje.
La actriz, a la que hemos visto crecer en el cine y la televisión e inolvidable por su papel en Las 13 rosas (2007), ha demostrado con creces a sus 31 años ser una imprescindible de la joven cantera de intérpretes españoles. Imposible no sentir cómo se encoge el corazón con su sufrimiento. Y así, con sufrimiento, pero no por el pánico de Halloween, muchos han pasado el fin de semana, viendo cómo el amor no es un camino de rosas, aunque todo empiece así (aquí), color de rosa.
Su atípica ficción —difícil saber si calificarla como serie, miniserie o largometraje partido— ha logrado conquistar a los espectadores de Netflix en un momento en el que todo suele ser Viernes 13, La matanza de Texas o la franquicia Halloween... Casi un hito.
El tiempo que te doy es “la mejor serie española que ha hecho Netflix gracias a un cuidado lenguaje visual, la naturalidad de los diálogos y la indiscutible química entre la pareja protagonista”, según El Español. Credibilidad no le falta.
En Filmaffinity, se ha colado en el Top 20 de las mejores series de lo que llevamos de 2021. Esto, y su éxito en el streaming, vendría a confirmar algo: en Netflix, todavía quedan románticos.