El suicidio asistido ya es legal en Austria
La legislación, aprobada en diciembre, excluye a los menores de edad y las personas que no demuestren capacidad para tomar la decisión.
El suicidio asistido es ya legal en Austria desde principios de año. Un derecho conquistado que tiene sus limitaciones: quien desee morir debe ser mayor de edad y estar gravemente enfermo, en estado terminal y sin posibilidades de recuperación, dos médicos distintos deben confirmar su estado y se excluye a los menores de edad y las personas que no demuestren capacidad para tomar la decisión. El fármaco letal que hará posible esta muerte digna y consciente estará disponible en las farmacias.
Esta regulación también incluye la ampliación del presupuesto para los cuidados paliativos, con la creación de un fondo para tal fin, a partir de este año, que proporcionará una subvención anual a los estados federales. Cabe mencionar que la asistencia activa al suicidio seguirá estando prohibida en el país.
Casi todos los partidos políticos votaron a favor de este nuevo decreto ley, a excepción del ultraderechista y populista Partido de la Libertad (FPÖ), que criticó que no se aclare qué va a pasar con el preparado letal si este no se utiliza o se hace sólo parcialmente. Pasa de largo sobre el derecho nuevo que cobija a aquellas personas que no tienen perspectivas de recuperación, otorgándoles la posibilidad de morir en circunstancias estrictamente definidas si así lo deciden.
También han llegado numerosas críticas de la Iglesia católica. El presidente de la Conferencia Episcopal calificó la aprobación legal del suicidio asistido como el hecho más grave del año. La Iglesia ha anunciado que prohibirá la nueva práctica legal en sus propios hospitales.
La nueva normativa fue impulsada por una decisión del Tribunal Constitucional, que declaró inconstitucional la anterior prohibición del suicidio asistido.
Tras consultar a expertos sobre cuál es la mejor manera de prevenir abusos y reducir el deseo de poner fin a la vida antes de tiempo, el Gobierno decidió destinar más fondos a los cuidados paliativos. Que una persona decida morir con dignidad, argumenta, no debería depender de sus circunstancias personales o de su nivel de ingresos.
El suicidio asistido es un tema delicado que se debate en muchos países y que también se ha despenalizado en otras partes de Europa como España, Suiza, Bélgica y Países Bajos.