'Los anillos de poder' o cómo revolucionar la Tierra Media a golpe de antirracismo y feminismo
La producción del universo de 'El señor de los anillos' es la más cara de la historia, aunque ha llegado empañada por la polémica.
Desde que se anunció el primer teaser con una forja de lava real el pasado mes de enero, ya se dejó claro que la serie iba a ser algo pocas veces visto. Este viernes por fin ha llegado el día más esperado para los fans del universo de El señor de los anillos. Los que han seguido el legado de J.R.R. Tolkien, desde libros a películas, por fin tienen el formato que no podía faltar en plena era del streaming: la serie Los anillos de poder.
La producción, de ocho capítulos de una hora de duración, es todo un hito dentro de la industria audiovisual. Cuenta nada menos que con la dirección de Juan Antonio Bayona en sus dos primeros capítulos y un presupuesto que quita el hipo: según Variety, asciende a 470 millones de euros. Eso sin tener en cuenta que Amazon Prime ya pagó por los derechos de la saga en 2017, 500 millones de euros. Wall Street Journal estima que el gasto total de la producción de estos ocho primeros capítulos de la primera temporada sería de unos 714 millones de euros, contando marketing y publicidad.
Sin embargo, esta cantidad no es tanta para Amazon teniendo en cuenta que la suma total de los gastos supondría un 0,15% de las ganancias totales del gigante en 2021.
La serie ha llegado para revolucionar el panorama audiovisual y competir directamente con La casa del dragón, llegada a HBO el pasado 21 de agosto. De hecho, son muchas las comparaciones que se han hecho entre ambas producciones y en la mayoría de ellas señalan que la serie ambientada en Poniente es amateur comparada con la de Bayona.
“Es tan asombrosa que hace lucir a La casa del dragón como una serie amateur, diseñada en Minecraft”, destacan en The Guardian. En Variety señalaron que “termina por ser una serie hecha más para ver en familia que la violenta La casa del dragón. A medida que avanza, la serie se despega de la traducción literal de la página a la pantalla, transformándose en algo nuevo”.
Los fans de la saga, quienes han tenido sentimientos encontrados por cómo se ha plasmado el universo Tolkien en una producción más inclusiva y con más representación racial, se encontrarán con una historia previa al universo de El Hobbit y El señor de los anillos. Concretamente en la Segunda Edad del Sol, de las cuatro edades que componen este imaginario, en la que resurge Sauron hasta que se le derrota y pierde el anillo único.
Según la sinopsis oficial, esta serie “llevará a los espectadores a una época en la que se forjaron grandes poderes, los reinos se alzaron a la gloria y cayeron en la ruina, se pusieron a prueba héroes improbables, la esperanza pendía del más fino de los hilos, y el mayor villano que jamás haya salido de la pluma de Tolkien amenazaba con cubrir todo el mundo en la oscuridad”.
Los protagonistas de la serie, tanto nuevos como antiguos, viven al inicio una época de relativa paz tras la que se enfrentarán a la “reaparición del mal en la Tierra Media”.
A pesar de que J.R.R Tolkien estableció que esta Segunda Edad duraba miles de años y había acontecimientos clave como la la forja de los Anillos de Poder o la caída de Númenor, en la serie los lapsos de tiempo se acortan.
En esta época, tal y como se relata en la Comunidad del Anillo, se forjaron y se repartieron los anillos de poder: tres a los elfos, siete a los enanos y nueve a los hombres. De ahí que la trama aborde cómo se crearon y qué hicieron cada una de las razas con los anillos, así como las manipulaciones de Sauron a los hombres.
La serie, sin embargo, no está basada en ningún libro concreto de Tolkien, sino en las notas de la Segunda Edad creada por el escritor y en el Silmarillion, la recopilación de historias publicada por su hijo Christopher. Aunque otros medios como Hobby Consolas apuntan a que la obra clave para entender la trama de la serie será Los Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media, también conocidos como Los Cuentos perdidos.
Entre los personajes, en el primer capítulo cobran especial protagonismo los elfos, con Elrond (Robert Aramayo) y Galadriel (Morfydd Clark) a la cabeza, aunque con un perfil muy distinto al de la saga cinematográfica. Elrond todavía no es el señor de Rivendel ni Galadriel es la dama de los bosques de las películas de Peter Jackson. Además de ellos, aparecen Gil-Galad (Benjamin Walker), Celebrimbor (Charles Edwards) y un nuevo personaje, Arondir (Ismael Cruz Córdova), un elfo silvano exiliado a las Tierras del Sur para controlar que sus habitantes no se vean atraídos por el mal.
También se dejarán ver enanos como la princesa Disa (Sophia Nomvete) —famosa ya por las críticas previas al estreno por ser negra y la primera mujer enana—, un personaje totalmente nuevo en el universo Tolkien o el príncipe Durin IV (Owain Arthur), mencionado brevemente en los escritos del autor.
Por supuesto, en esta serie no estarán presentes ni Sam ni Frodo, ya que ni siquiera existían los hobbits, pero sí los pelosos. Entre los personajes de esta raza, de piel más oscura y pies más peludos que los hobbits, destacan las curiosas Nori Brandyfoot (Markella Kavenagh) y Poppy Proudfellow (Megan Richards). Nori es una de las protagonistas con más fuerza de la producción y que más tramas irá encauzando debido a su búsqueda por curiosidad.
La serie se ha visto empañada por las críticas por parte de cierto sector de fans ante la introducción de personajes racializados como la princesa Disa o el elfo Arondir, entre otros muchos. Según los escritos de Tolkien, este universo estaba basado en la mitología europea y los elfos eran caucásicos, pero hay teorías para todos los gustos y la serie se ha adaptado al panorama audiovisual actual, en el que la representación racial es mucho más equilibrada.
La productora ejecutiva ya zanjó la polémica racial indicando en una entrevista con Vanity Fair que era una solución natural acercando el universo a todos los fans. “Nos pareció natural que una adaptación de la obra de Tolkien reflejara cómo es el mundo en realidad. Tolkien es para TODOS. Sus historias tratan sobre razas ficticias que dan lo mejor de sí cuando dejan atrás el aislamiento de sus propias culturas y se une”, declaró.
El profesor Corey Olsen, experto en Tolkien, contestó en un hilo en Twitter a algunas de las críticas racistas que recibió el primer tráiler de la serie. “Porque basas tu argumento en el deseo explícito de Tolkien de hacer una mitología para Inglaterra. No para los blancos; para Inglaterra. El tema del color de la piel simplemente no es central para esa visión. Si estás interesado en eso, deberías preocuparte más por la nación que por el color de la piel”, señaló.
“Pero más importante todavía, tu aplicación es un importante malentendido de su idea de ‘mitología para Inglaterra’. No estaba tratando de construir algún tipo de mitología aria exclusivista. Sus historias brotaron del Norte, pero ’se ampliaron en la narración”, explicó dejando claro que puede que sus influencias principales fueran caucásicas y europeas, pero existían otras.
“Solo hay una mitología basada en la raza que abordó: el arianismo nazi, y que rechazó rotundamente. Su mitología tenía sus raíces en la tierra del noroeste de Europa, como él dice, pero no explicaba ni promovía un grupo racial, al estilo de Hitler”, añadió el especialista.
Precisamente este punto ha sido objeto de estudio en varias ocasiones, ya que la iconografía de Tolkien ha sido apropiada por grupos nazis. En un reportaje publicado por Esquire se repasa las cartas que le enviaron al autor por parte del gobierno nazi tratando de recabar su origen ario y se ve que en todas ellas se niega a dar una respuesta. Además añade que el autor renegaba de una estructura jerárquica racial, sino que la distribución de clases —elfos como raza superior y orcos como inferior, respondía a una estructura medieval y estamental—.
En una entrevista publicada en 1966 con The Telegraph, Tolkien respondió que la Tierra Media no estaba estrechamente relacionada con el mundo nórdico, por mucho que se hubiera inspirado en él: ”¡No nórdico, no, por favor! Es una palabra que personalmente no me gusta; está asociada... con las teorías racistas”.
Otro punto que ha escocido entre los seguidores más machistas de Tolkien es que en esta serie los personajes femeninos sean mucho más potentes que en las películas, donde sirven de apoyo para los valientes luchadores o como meras musas.
En los dos primeros capítulos de la serie se puede ver a dos protagonistas claras que se salen de estos estereotipos: Galadriel y Nori. La primera es una de las personas que es capaz de ver que el mal de Sauron acecha y que está dispuesta a buscarlo y luchar contra él, frente al paternalismo y la contrariedad del resto elfos.
Por su parte, Nori es una adolescente curiosa similar a la Arya Stark de Juego de Tronos que gracias a su inocencia y curiosidad irá desentrañando incógnitas, especialmente las relativas a El Extraño, del que se desconoce su identidad, pero para el que ya hay numerosas teorías que van desde Sauron a Gandalf.
La princesa Disa también cobra un protagonismo especial, más allá de ser la mujer del príncipe Durin IV. Es madre y tiene determinados poderes de la naturaleza que todavía se desconocen. “Es la guardiana de muchos secretos, muchos superpoderes y estoy profundamente emocionado de darle vida”, dijo la actriz Sophia Nomvete en una entrevista publicada en IGN.
La presencia femenina también llega a los orcos. Habrá orcas, algo que Tolkien ya dejaba caer en sus cartas. “Debe haber habido mujeres orcas, pero en las historias rara vez se ven a los orcos, más allá de como soldados de ejércitos al servicio de los señores malvados. Naturalmente no sabríamos mucho sobre sus vidas”, detallaba en una de ellas.
Los productores de la serie adelantan que será precisamente una de ellas la que tendrá especial protagonismo. “Hay algunas orcas femeninas que realmente me encantaron. Pero hay una orca en particular, que es muy, muy alta y fuerte, que tiene una pelea particularmente agradable con uno de nuestros personajes elfos que sospecho que será, o espero que sea, una de las favoritas de los fans”, declararon Jamie Wilson, jefe del departamento de prótesis de maquillaje de la producción, y Lindsey Weber, productora ejecutiva a IGN.
Se tenga más o menos en cuenta las bases del universo Tolkien, la serie apunta a ser todo un éxito entre seguidores (y no tanto) de la saga El señor de los anillos o, al menos, sentará un precedente a nivel de producción y presupuesto audiovisual pocas veces visto hasta ahora.