El sector del lujo se vuelca en la compra de mascarillas, geles desinfectantes y material sanitario
Muchas grandes marcas han detenido su producción para ponerla al servicio del coronavirus.
Nunca antes se había parado el mundo de forma voluntaria y eso implica que no sabemos cómo saldremos de ésta. ¿Más reforzados? ¿Una nueva forma de economía? ¿Dejaremos de ser globales? ¿Volveremos a producir dentro de nuestras fronteras? ¿Qué fronteras? ¿Cambiará algo?
Estas son algunas de las preguntas que se hacen los empresarios en el mundo ahora que tenemos más de un tercio de la población mundial confinada. Un tercio de la población en casa, sin consumir más que lo básico, y sus empresas a medio gas o paradas.
En el sector del lujo esto es especialmente preocupante. Las compañías del sector cuentan con un porcentaje muy alto de trabajo artesano y no cuentan con stocks en caso de una recuperación rápida -como algunos analistas adelantan-. Es más, la digitalización es inferior a la de otros sectores por razones obvias: en orfebrería de lujo necesitas a los relojeros y a los joyeros trabajando, al igual que en la alta costura y en miles de pequeñas industrias dentro de la categoría de la marroquinería de lujo. A ello se une que no hay transporte internacional y, por lo tanto, la materia prima, cuando viene de otros países, no ha llegado -y poco se sabe de cuando se volverá a reactivar el transporte de mercancías-.
A ello se une que en muchos casos han detenido su producción para ponerla al servicio del coronavirus. LVMH, por ejemplo, ha transformado algunas de sus destilerías para fabricar geles desinfectantes. No han sido los únicos. Otros grupos del sector cosmético como L’Oréal y Garnier están apoyando a sus clientes suministrándoles desinfectante de manos de forma gratuita. La Roche-Posay también está haciendo lo propio.
El grupo Kering, al que pertenecen Saint Laurent, Balenciaga y la italiana Gucci, ya están fabricando mascarillas para suplir la escasez frente a la propagación de la pandemia del coronavirus: “Los talleres franceses de las casas Balenciaga e Yves Saint Laurent se están preparando para la fabricación de mascarillas una vez las autoridades competentes hayan homologado el procedimiento y los materiales”, declaró Kering. La marca añadió además que la producción se llevará a cabo bajo “el respeto de las medidas de protección sanitarias más estrictas para sus trabajadores” y entregará “en los próximos días” a los servicios sanitarios franceses tres millones de mascarillas quirúrgicas.
En España, las empresas del sector cosmético están ayudando en la fabricación de geles, están fletando aviones para traer material sanitario desde China y adelantando dinero para comprar esos productos. Los procesos en la administración pública son tan largos que los empresarios se están encargando de sufragar esos gastos.
En Europa han cerrado todo aquello que no son tiendas de bienes de primera necesidad- alimentación- y las farmacias. Esto también ha significado el cierre de grandes almacenes, de comercio multimarca, perfumerías, tiendas de cosmética, zapaterias... El cierre “temporal” sin que nadie se atreva a ponerle fecha de finalización, les ha obligado en muchos a acogerse a ERTES (expedientes temporales de regulación de empleo), nunca vistos antes en nuestro país. Y, aunque la compra online en España estaba creciendo a buen ritmo, el parón económico ha congelado el consumo.