Qué pasó tras las Campanadas y otras confesiones de Ana Obregón
La presentadora es la protagonista del nuevo número de 'Vanity Fair'.
“Me morí el día que se fue mi hijo, pero sé que voy a renacer”. Con la sinceridad que la caracteriza, Ana Obregón se ha confesado sobre el año más duro de su vida en el nuevo número de Vanity Fair, en el que protagoniza la portada.
En mayo se cumplirá el primer aniversario de la muerte de su hijo, Aless Lequio, y la actriz y presentadora revela que lo único que le da fuerzas es seguir trabajando en la fundación dedicada a la investigación contra el cáncer que lleva el nombre del joven.
En el adelanto del número que estará a la venta en los quioscos el próximo 21 de abril, Obregón cuenta el proceso del diagnóstico y la recuperación de Aless, además de la reaparición del cáncer que terminó con su vida.
La presentadora, que agradece a sus hermanas el apoyo incondicional, asegura que no quiere “ir de víctima” y que lo que más le hiere es el dolor de su hijo “porque él quería vivir”. Estas son algunas confesiones que ha compartido con la revista.
El ritual que comparte con Alessandro Lequio
Obregón ha revelado que come todas las semanas con Alessandro Lecquio porque a él no tiene que explicarle su dolor. “Le preparo el plato favorito de Aless: albóndigas con tomate y arroz”, cuenta la actriz en la entrevista.
El miedo a la vacuna
La protagonista de Ana y los siete también confiesa que no se había “enterado” de la pandemia por la gravedad de la enfermedad de su hijo. “Ahora la gente tiene miedo a la vacuna. Y yo pienso: ‘¡Madre mía!’. Que les digan a los enfermos de cáncer el veneno que les están metiendo en el cuerpo, que ni te lees los efectos secundarios. La muerte es lo de menos”, añade.
Lo que pasó después de las Campanadas
Su reaparición para presentar las Campanadas en Televisión Española dejó a media España con el corazón en un puño y fueron muchos los que alabaron su entereza. Cuando su representante Susan Uribarri se lo propuso en agosto, a la actriz le pareció imposible, pero explica que sacó fuerzas para representar a las personas que habían perdido a un ser querido. “Cuando llegué a casa, me derrumbé”, confiesa Obregón sobre esa noche.
El cariño y apoyo recibidos
A pesar de que ya había hablado del bonito gesto que tuvo el rey Juan Carlos con ella tras la muerte de Aless, la presentadora también revela que los reyes Felipe, Letizia y la reina Sofía levantaron el teléfono para apoyarla. “Cariñosísima. Me dijo mi hermana que hablé como 10 minutos con ella, pero yo no me acuerdo de nada”, cuenta sobre la llamada con la emérita.
Obregón confiesa que la llamaron muchos políticos, “menos Pedro Sánchez y Pablo Iglesias” y que le emocionó el telegrama que envió Meritxell Batet, presidenta del Congreso. Miguel Bosé, de actualidad estos días por su postura negacionista ante el coronavirus, también se preocupó por ella. “Miguel [Bosé], por supuesto, el primero. Él lo pasó muy mal con Bimba. Muy mal”, revela la presentadora.