El 'premier' macedonio cambiará el nombre del país pese a la escasa participación en el referéndum
La participación ha sido sólo del 36%, casi 15 puntos por debajo del mínimo para que se considere válido.
El primer ministro macedonio, Zoran Zaev, ha dado este lunes un vuelco de interpretación a la escasa participación en el referéndum consultivo sobre el cambio de nombre de su país y aunque no se ha alcanzado el quórum necesario, la apabullante victoria del 'sí', le ha dado alas para continuar con el proceso de ratificación.
Según los resultados provisionales publicados por la Comisión Electoral Estatal, la participación tan sólo fue del 36%, casi 15 puntos por debajo del mínimo para que la consulta pudiera considerarse válida.
Sin embargo, el 91% de los que han votado se han pronunciado a favor del acuerdo firmado con Grecia, por el que la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) pasaría a llamarse República de Macedonia del Norte y cuya ratificación en ambos países abriría el camino hacia su ingreso en la OTAN y la Unión Europea.
Tan solo algo menos del 6% de los 1,8 millones de ciudadanos censados optaron por el 'no'.
"Las decisiones las toman quienes votan, la votación es definitiva y la decisión de los ciudadanos no puede ser ignorada", ha dicho Zaev tras conocerse que el referéndum, de carácter meramente consultivo, no había alcanzado el quórum necesario.
El primer ministro ha apelado a la oposición conservadora a respetar la voluntad de los ciudadanos y apoyar en el Parlamento la necesaria reforma constitucional, con la que concluiría en este país el proceso de ratificación.
Para ello deberá obtener el respaldo de dos tercios de los diputados, lo que se antoja difícil ante el rechazo de los conservadores.
"El Gobierno debe respetar la voluntad del pueblo. Los diputados deben hacer lo mismo, independientemente de a qué partido pertenezcan", ha señalado el líder de la alianza conservadora VMRO-DPMNE, Hristijan Mickoski, quien ha boicoteado el referéndum.
Mickoski ha recalcado que su partido no rechaza el ingreso del país en la UE y la OTAN, sino un acuerdo que no pone las prioridades en la identidad de los macedonios.
"El acuerdo del nombre no recibió luz verde sino un claro 'stop' de los ciudadanos de Macedonia. La gente demostró una gran conciencia democrática y patriótica", ha añadido.
Los siguientes pasos
Mientras Zaev se ha mostrado determinado a seguir adelante con un proceso, que ha contado con un fuerte respaldo de las organizaciones internacionales, y sobre todo de la UE y la OTAN, en las calles los detractores salieron a festejar lo que consideraron su victoria.
Centenares de personas se concentraron en las principales avenidas de Skopje sondeando banderas y entonando canciones patrióticas.
Desde Atenas, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, le ha felicitado por su "valentía" y "determinación" de seguir adelante con el acuerdo.
El ministerio de Exteriores heleno, por su parte, ha afirmado que los resultados arrojan una imagen contradictoria, al mostrar "una clara supremacía del 'sí', pero sin la correspondiente participación".
"El nacionalismo y la desconfianza, noticias falsas a diario y el fanatismo sin límites desgraciadamente no permiten que haya una evaluación sobria sobre los grandes beneficios del acuerdo", ha añadido el ministerio que ha pedido a partir de ahora "serenidad" por parte de "todos" para aprovechar el potencial positivo del acuerdo.
En ambos países el compromiso firmado en junio pasado y con el que se pretende dirimir una disputa que se prolonga más de un cuarto de siglo ha levantado ampollas entre los sectores más nacionalistas.
En ARYM el rechazo es a aceptar una versión edulcorada del nombre que figura en la Constitución del país, República de Macedonia, a través de un calificativo geográfico.
En Grecia los nacionalistas no quieren aceptar que el país vecino utilice el término de 'Macedonia', que ven exclusivo de la región homónima en el norte del país.