El polemista de ultraderecha Éric Zemmour se suma a la carrera por el Elíseo
"Durante mucho tiempo me contenté con mi rol de periodista, pero la cuestión ya no es reformar Francia, sino salvarla", dice el polémico contertulio, que va a por todas.
El polemista francés de ultraderecha Éric Zemmour despejó este martes las pocas dudas que quedaban sobre sus aspiraciones políticas y se presentó oficialmente como candidato al Elíseo para las presidenciales de abril de 2022.
El ensayista y tertuliano, autor de controvertidos superventas en Francia como Le suicide français, había jugado estos meses con la ambigüedad y copado el espacio mediático en gran parte en su calidad de literato gracias a la presentación de su última obra, La France n’a pas dit son dernier mot.
En abril ya había en las calles carteles con su foto con tintes electorales, la fecha de 2022 y el mensaje “Yo voto por Zemmour”. Pero el auténtico pistoletazo de salida lo dio hoy con un vídeo en sus redes sociales.
“Durante mucho tiempo me contenté con mi rol de periodista y escritor (...), me decía que cada uno su papel. (...) Pero la cuestión ya no es reformar Francia, sino salvarla. Por eso he decidido presentarme”, dijo en una grabación de diez minutos en la que intercaló imágenes históricas y actuales.
Su mensaje tuvo un carácter eminentemente nostálgico e hizo referencia a una Francia “que está a punto de desaparecer”: la de Napoleón Bonaparte y del general Charles de Gaulle; la de personajes como Molière, Voltaire y Rousseau; o la de Brigitte Bardot y Jean-Paul Belmondo.
La escenografía no fue casual. Sentado detrás de una mesa de despacho, con una elegante biblioteca de fondo y un micrófono radiofónico frente a él, remitía al famoso mensaje lanzado por Charles De Gaulle el 18 de junio de 1940 a través de la radio, cuando este instó a los franceses a la resistencia tras la invasión de Alemania.
“Desde hace décadas, nuestros gobiernos de derechas e izquierdas nos han conducido a este camino funesto del declive y la decadencia”, sostuvo subrayando la necesidad de reindustrializar Francia.
Le Pen, su contrincante
La también ultraderechista Marine Le Pen, la socialista Anne Hidalgo o el izquierdista Jean-Luc Mélenchon son algunos de sus contrincantes confirmados. Los Republicanos, conservadores, elegirán a su candidato en un congreso que empieza hoy y acaba el sábado, y el actual presidente, Emmanuel Macron, aún no ha dado el paso.
Un sondeo difundido el domingo por el diario Libération otorga a Zemmour menos credibilidad que a Le Pen, a quien su discurso de hoy le pareció “crepuscular”. Solo un 19 % de los encuestados cree que es competente para sacar a Francia de la crisis, frente al 27 % de Le Pen. Tres de cada diez franceses lo ven creíble en materia de seguridad e inmigración, frente a cuatro de cada diez que opinan lo mismo sobre ella.
Otra encuesta hecha pública este martes por el canal BFMTV lo coloca en cuarto lugar en las intenciones de voto (12 %), por detrás de Macron (25 %), Le Pen (20 %) y el conservador Xavier Bertrand (13 %), por lo que no pasaría a la segunda vuelta.
“Nos ha vendido que era el Trump francés. Es un Trump pedido en Wish”, dijo en la emisora Europe 1 el portavoz gubernamental, Gabriel Attal, haciendo mención a esa plataforma que vende falsificaciones por internet.
Su primer mitin se celebrará este domingo en la sala Zénith de París, un encuentro que estaba programado desde mediados de noviembre. En esa cita, según los medios, desvelará su eslogan y el nombre de su partido.
Muy polémico
El tiempo de exposición mediática del que ha gozado sin ser candidato le ha dado una mayor libertad de palabra y de actuación que ha hecho que sus opositores se cuestionen su idoneidad como posible representante de Francia.
El episodio más simbólico se produjo el sábado en Marsella. Una mujer se acercó a su coche oficial, consiguió que bajara la ventanilla, le hizo entonces una peineta y el escritor le devolvió ese mismo gesto insultante, que no tardó en hacerse viral.
Zemmour, de 63 años y condenado en dos ocasiones en el pasado por incitación al odio racial, está acusado de abuso sexual por unos hechos que se remontan a 2006 y ha protagonizado portadas y minutos de televisión por declaraciones xenófobas, racistas o fuera de lugar.
“Os van a decir lo peor sobre mí. Nunca bajaré la cabeza porque tenemos una misión que cumplir. (...) Ayudadme (...) para que nuestros hijos y nietos no vivan la barbarie, para que nuestras hijas no tengan que llevar velo y nuestros hijos no sean sometidos”, concluyó en ese mensaje donde subrayó que aunque “la inmigración no tiene la culpa de todos los problemas, los agrava”.