El pequeño comercio de Madrid, ante su gran crisis y su gran oportunidad
Si el nuevo estado de alarma va a hacer daño, también lo estaba haciendo la inacción del Gobierno regional. El pequeño comercio, sin paraguas frente a un nuevo chaparrón.
La economía madrileña parece abocada a moverse entre el susto y la muerte. El estado de alarma decretado este viernes por el Gobierno tendrá un impacto poderoso en los números madrileños, pero la inacción del gobierno regional presidido por Díaz Ayuso ya estaba haciendo mella en las cuentas de la región, una de las más golpeadas por el virus en la segunda ola. A eso se suma la batalla política, que tampoco ayuda mientras 4,6 millones de ciudadanos reciben la instrucción de no moverse de su localidad.
Está el desastre de los grandes números, como los 600 millones de pérdidas a la semana que calcula la asociación de empresarios CEIM o los 660 millones de agujero que estima Miguel Ángel Bernal, profesor de la Fundación de Estudios Financieros. Y está, también, el temor y la alama de miles de empresas pequeñas y medianas que están en alerta roja.
El confinamiento actual no es ni mucho menos tan estricto como el de los primeros meses de la pandemia, y eso les da algo de oxígeno. Pero estas nuevas limitaciones les pillan con una cuenta de resultados mermada y con poco músculo para aguantar. Su única esperanza es que ante la imposibilidad de moverse, los ciudadanos recurran a los comercios más cercanos para hacer sus compras.
“Cualquier limitación al desarrollo de las actividades productivas como las restricciones en la movilidad y el control de horarios es un condicionante importante, pero no hay que obviar que la situación sanitaria se complica ante este rebrote de contagios”, señala Ana López, profesora de economía de la Universidad Autónoma de Madrid y secretaria de la junta del Colegio de Economistas de Madrid.
La batalla sin cuartel entre Gobierno central y el regional tampoco ayuda a que los inversores apuesten por Madrid. Las inversiones no volverán hasta que no se controle la pandemia. “El elevado clima de incertidumbre ante la situación económica, la inseguridad ante los riesgos de exposición y evidencia de nuevos contagios, las confrontaciones entre las fuerzas políticas no generan un clima que contribuya a dar una imagen de una situación controlada”, apunta López.
Un segundo confinamiento total sería insoportable
El estado de alarma decretado este viernes no tiene nada que ver con el que se puso en marcha en marzo, que supuso el confinamiento de la población y supuso el cierre de todos los comercios salvo aquellos dedicados a actividades esenciales como supermercados.
El impacto de este nuevo estado de alarma en la economía es obviamente menor al de entonces. La región pierde actualmente unos 600 millones de euros por semana con los cierres perimetrales, según la patronal. Hace seis meses solo la capital perdía 400 millones al día en el confinamiento total, según calculó el Ayuntamiento de Madrid.
Si se hubiera producido un nuevo confinamiento total de la población, la Comunidad de Madrid se hubiera enfrentado a una pérdida del 35% del PIB, según las estimaciones de Bernal en El Economista.
“El impacto de las restricciones de movilidad en determinadas áreas tiene una influencia menor que un confinamiento total como el que se produjo en marzo y abril. Ninguna economía es capaz de soportar un confinamiento total en esta segunda oleada, máxime con las cuentas económicas tan deterioradas”, señala López.
Las pequeñas empresas, en alerta
El anuncio del estado de alarma afectará al consumo, ya que los ciudadanos se asustan por la incertidumbre como ocurrió durante el estado de alarma, cuando se disparó el ahorro entre las familias.
Esta caída del consumo afectará especialmente a los pequeños comercios, que ya atravesaban dificultades, porque tienen menos margen de maniobra. “Con un 95% de microempresas en la Comunidad de Madrid es evidente que la exposición de las empresas a la crisis actual es mayor por su limitación a la capacidad de reacción”, señala López.
El temor de los expertos es que se produzca un empeoramiento de la situación económica, que obligue a muchos negocios a echar definitivamente la persiana. “Asistiremos a una segunda oleada de cierre de comercios en la economía madrileña si se intensifican los problemas”, señala López.
Los sectores más afectados por estas restricciones de movilidad serán la hostelería y la restauración, los comercios al por menor, la cultura y los espectáculos. “Hay muchas empresas que ya no es que no facturen sino que no podrán sobrevivir; deberán cerrar con el consecuente perjuicio para la economía y para el empleo”, apuntó el presidente de CEIM, Miguel Garrido, en Onda Madrid.
El confinamiento perimetral reducirá la actividad comercial, especialmente de los grandes centros comerciales ubicados en las afueras de la capital, como son los casos de Parquesur, situado en Leganés, o Plaza Norte 2, en San Sebastián de los Reyes. Estas grandes superficies no solo dependen de los consumidores de su ciudad, sino de que se desplacen desde otras localidades.
Por esta misma razón el Parque Warner, un parque de atracciones situado en la localidad de San Martín de la Vega, cerró sus puertas el pasado 2 de octubre tras las limitaciones del Ministerio, a pesar de que se encuentra situado en una zona no confinada. Este finde se semana ha reabierto sus puertas para aprovechar el puente, aunque siendo consciente de que no recibirá madrileños.
Esta imposibilidad de acudir a otros municipios puede suponer una oportunidad para los comercios de barrio, puesto que los ciudadanos preferirán evitar los desplazamientos innecesarios. Los pequeños supermercados y las tiendas de alimentación pueden verse beneficiadas, como ocurrió durante el confinamiento.
Los cuatro escenarios de Ayuso
La Comunidad de Madrid no se iba a librar del terremoto provocado por el coronavirus. La Consejería de Hacienda y Función Pública, que dirige el todopoderoso Javier Fernández-Lasquetty, realizó un pronóstico antes del verano de cuatro hipotéticos escenarios del impacto económico de la pandemia en la región. Cada uno de ellos incluía la previsión de caída del PIB.
El escenario más optimista pronosticaba una caída de la economía madrileña del 7,84% en 2020. Este escenario, ya totalmente descartado, se habría dado si se hubiera producido una reapertura acelerada de las actividades económicas.
El segundo pronosticaba una caída del 10,1%. Estaba marcado por una reapertura paulatina de la actividad que no se completaba hasta septiembre por la hostelería y el turismo y la recuperación se retrasaba hasta la segunda parte de 2021. Al igual que el anterior, ahora resulta una utopía.
Más pronunciado era el desplome previsto en el tercer escenario, que prevía una caída del 12,7% del PIB. La región se encontraría actualmente en esta situación, de acuerdo con los expertos.
La recuperación se alargaría en este caso más de un año y medio, es decir, no llegaría hasta finales de 2021. “Un escenario que estaría marcado por el cierre de numerosas empresas, especialmente de los sectores de la hostelería, el turismo, el ocio y el comercio”, explicaban desde Hacienda.
La cuarta hipótesis era la más pesimista, ya que suponía un desplome de la economía del 18,7% y una recuperación posterior muy lenta. Este escenario pronosticaba un nuevo confinamiento total. “Estaría marcado por un nuevo cierre productivo en otoño fruto de algún tipo de rebrote”, apuntaba el departamento de Lasquetty.
Los expertos coinciden en que las restricciones a la movilidad supondrán una ralentización de la recuperación. “El rebrote de la actividad económica previsto antes del verano para el trimestre final del presente año se retrasará a 2021. La recuperación económica, entendida como el alcance de los niveles de PIB pre-covid, no se manifestará hasta 2023”, apunta López.
Madrid es España dentro de España
El empeoramiento de la economía madrileña por el estado de alarma decretado este viernes no afectará exclusivamente a la región, sino que tendrá consecuencias sobre la economía nacional. La Comunidad de Madrid representa el 17% del producto interior bruto de España.
La segunda ola de contagios puede poner en peligro la recuperación de la economía. La desaparición del turismo internacional y de eventos afecta especialmente a la economía madrileña. “No hay posibilidad real de compensar la caída que se termine produciendo en el PIB madrileño con las aportaciones de otras comunidades”, recuerda López.
Las restricciones también se notarán en aquellas comunidades con las que Madrid tiene más relación, como son las vecinas Castilla-La Mancha y Castilla y León. Ciudades como Toledo o Segovia reciben muchos turistas y viajeros procedentes de la capital durante los fines de semana. “Las restricciones de movilidad tienen un efecto importante en los flujos de turismo interior con las regiones limítrofes”, señala López.