El peligro de las aguas abiertas y consejos para nadar seguro
"El riesgo es invisible, impredecible y mortal".
Con una ola de calor instalada (de nuevo) en toda Europa, cualquiera busca el lago, el canal, el río o el mar más cercano para darse un chapuzón... Pero ojo con los peligros que esto puede entrañar.
La semana pasada, la Policía de Londres encontró dos cuerpos en el río Támesis y otro más en el lago de Cotswold, también en Inglaterra, de personas que aparentemente se habían ahogado.
A raíz de estas tragedias, organizaciones e instituciones para la prevención de ahogamientos alertan de los peligros de las aguas abiertas y ofrecen todos sus consejos para nadar con más seguridad.
“Puede que el aire esté caliente, pero las aguas siguen frías”, explica un portavoz de la organización Royal Lifesaving Society UK (RLSS UK) a la edición británica del HuffPost. “El shock por diferencia de temperatura corta la respiración y puede afectar hasta a los bañistas más fuertes. Es invisible, impredecible y mortal”.
Y no sólo eso. Las aguas abiertas plantean otros peligros potenciales:
La altura de la caída o el salto, especialmente si se salta de pie desde un punto alto
La profundidad del agua, que cambia y es impredecible
Objetos sumergidos, que pueden no ser visibles
Obstáculos u otras personas en el agua
Falta de equipamiento de seguridad y dificultad de rescate
Corrientes fuertes que pueden arrastrar con facilidad a la gente
Orillas y cauces desnivelados
Calidad del agua, como algas tóxicas y contaminación industrial y agrícola.