El nuevo rapto de Europa
De todos es sabido que los dioses, los de antes y los de ahora, son caprichosos. No entendemos nada los simples mortales de los designios divinos, y así ha sido desde que el mundo es mundo, y aún antes. Ejemplos hay muchos, miles, en todas las religiones, en todas las mitologías y en todos los tiempos.
Viene al pelo recordar el rapto de Europa, un clásico de la mitología griega. El caprichoso y enamoradizo Zeus, transformado en un toro blanco, sedujo a la bella joven llevándola lejos de su gente y de su tierra. Así, sin más, que para eso era Dios. Y es que el universo mitológico griego estaba repleto de mandatarios que, lejos de ser justos, adolecían de las mismas debilidades que el hombre, aunque estaban dotados de poderes extraordinarios. Caprichosos y egoístas, no dudaban en emplear la fuerza y el engaño, cómodamente instalados en el Olimpo y sin preocuparse lo más mínimo por lo que pasaba abajo, entre los hombres.
Y así, siglo tras siglo, con las lógicas variables, fruto de modernidades varias. No hace falta tener una imaginación desbordada para hacer un paralelismo lógico entre raptos y Europa, ahora que nos encontramos a un paso de las elecciones y que las señales son, cuando menos, intranquilizadoras. Aunque las estemos pasando por alto, ocupados como nos encontramos con lo que pasa por aquí, con las municipales y autonómicas y pendientes de los pactos del Gobierno nacional.
Y mientras, Zeus, con una docena de nombres diferentes, se embellece para volver a sacudir a Europa, ya no tan joven pero igualmente vulnerable. Se llaman Alternativa para Alemania, Fidesz en Hungría, Ley y Justicia en Polonia, Frente Nacional en Francia, Partido por la Libertad en Holanda, FPÖ en Austria, Liga Norte en Italia, el UKIP en Reino Unido, Partido Popular Danés, Amanecer Dorado en Grecia, Alternativa para Suecia, Los Auténticos Finlandeses… Y Vox, por supuesto, en nuestras mismas entrañas.
No se me va de la cabeza una hipotética reunión del Consejo Europeo con estos “jefes” en el Olimpo de Bruselas, tomando néctar y ambrosía y discutiendo ajenos a la realidad, ajenos a los comunes mortales a los que han enviado al inframundo de la penuria y la miseria, muy lejos del cielo. Zeus, Hera, Poseidón, Deméter, Hermes, Hefeso o Diónisos han cambiado de nombre y andan muy lejos de cumplir la principal regla de todo dios, la de hacer más confortable la vida en la tierra. Y lo estamos pasando por alto. Como si no nos afectara lo que pasa por ahí arriba, que bastante tenemos con lo nuestro. Sin añadir eso de “como para tener más”.
La mitología nos cuenta que Europa, sumisa y débil, fue abandonada por Zeus en Creta después de darle tres hijos y lo mejor de su vida…