El líder de los Proud Boys es acusado de conspirar para cometer sedición en EEUU
La acusación considera que Tarrio —que permanece detenido— y otros cinco miembros del grupo trataron de evitar la ratificación de Joe Biden.
El líder del grupo ultraderechista Proud Boys, Enrique Tarrio, ha sido acusado este lunes de conspirar para cometer sedición por la participación de su grupo en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
La acusación, que ha sido confirmada por un gran jurado federal del Distrito de Columbia, considera que Tarrio y otros cinco miembros del grupo trataron de evitar la ratificación de la victoria en las elecciones presidenciales del demócrata Joe Biden frente al republicano Donald Trump.
Tarrio no estuvo presente en el asalto al Capitolio puesto que fue arrestado dos días antes tras quemar una bandera del movimiento antirracista Black lives matter (Las vidas negras importan), y obligado por un juez a abandonar Washington por portar cargadores de armas de fuego.
Terrio se encuentra actualmente detenido hasta que tenga lugar su juicio por el asalto al Capitolio. Junto al estadounidense de origen cubano han sido imputados por la vía penal los miembros de Proud Boys Ethan Nordean, Joseph Biggs, Zachary Rehl y Dominic Pezzola.
Objetivo: impedir la ratificación de Biden
Todos habían sido acusados ya hace unos meses de conspiración por crear y liderar un grupo especial dentro de Proud Boys denominado “ministerio de autodefensa”, que tenía como objetivo impedir la ratificación de Biden.
La acusación de este lunes expande la anterior añadiendo los cargos de conspiración para cometer sedición y de conspirar para evitar que un agente de la ley desempeñase sus funciones.
Un sexto miembro de los Proud Boys que había sido acusado junto al resto por la creación del grupo especial, Charles Donohoe, se declaró culpable en abril.
El caso está siendo investigado por la oficina del FBI en Washington.
El 6 de enero de 2021, unas 10.000 personas —la mayoría simpatizantes de Trump— marcharon hacia el Capitolio y unas 800 irrumpieron en el edificio. Cinco personas murieron y cerca de 140 agentes fueron agredidos.
Más de 770 personas, residentes a lo largo y ancho de EEUU, afrontan cargos por delitos como atacar a policías, impedir sus funciones, destruir propiedades del Gobierno, entrar en un edificio de acceso restringido o, en los más graves, conspiración y sedición.