El laberinto filosófico
El embrollo de la filosofía en la escuela.
El retorno de la Filosofía
Soy profesor de filosofía en un instituto público y leo con estupor que PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos se han puesto de acuerdo para reforzar la presencia de la filosofía en las aulas. El PP, que desmembró esta asignatura sin piedad, ahora la quiere rehabilitar. Estoy seguro de que los filósofos saben perdonar: bienvenido sea este cambio de actitud. El problema, empero, reside en saber si volverán a desarticular la disciplina hasta despedazarla. Por favor, contemplen el pequeño laberinto filosófico que han creado:
Educación para la Ciudadanía es una asignatura que se eliminó con la LOMCE (estimado Wert, ¿por dónde anda usted?), excepto en comunidades como Andalucía, donde aún se imparte de forma obligatoria en tercero de ESO. Por otra parte, Educación para la Ciudadanía es la alternativa a la asignatura de Religión tanto en primero como en segundo de bachillerato. Es posible que ni los profesores sean conscientes de esta duplicidad nominal. Esas asignaturas de bachillerato apenas están dotadas de contenido, pero las notas cuentan para hacer media (igual que Religión). Por si fuera poco, los que no eligen Religión en la ESO estudian Valores Éticos, que es como Ciudadanía, así que se da el caso de alumnos que dan dos asignaturas casi idénticas en tercero de ESO.
Aquí no acaba la cosa: Ética era una asignatura obligatoria en cuarto de ESO que desapareció. Asimismo, historia de la Filosofía contaba con tres horas lectivas a la semana en segundo de bachillerato, pero en algunas comunidades se convirtió en optativa (eso equivale a eliminarla en la práctica). En Andalucía, donde yo imparto clases, se mantuvo como obligatoria, pero pasó a dos horas lectivas. Ah, me olvidaba, en cuarto de ESO han creado una optativa de Filosofía (se llama igual que la asignatura de primero de Bachillerato) de tres horas lectivas (Ética era de dos horas). El resultado, si han sido capaces de seguirme (si no ha sido así, créanme que lo entiendo), es el siguiente: un alumnito puede estudiar tres horas de Filosofía a la semana en cuarto de ESO (solo si quiere), al año siguiente tendrá que vérselas con la asignatura otras tres horas, tanto si le gusta como si no, y en el último año hará dos horas de forma obligatoria (con un temario que exige tres horas, de manera que los profesores tendrán que renunciar irremediablemente a impartir buena parte de la materia).
Del examen de selectividad de Filosofía mejor ni hablamos. Casi nadie elige esta opción porque Historia de la Filosofía suele ponderar menos que otras asignaturas. Además, la prueba de acceso a la universidad de Filosofía tiene el celebérrimo (e infantiloide) fill the gaps de los exámenes de inglés: hay un hueco y el alumno tiene que completar la oración. Por ejemplo: "Platón y el mito de la_____". En ese espacio hay que poner caverna... o taberna, pues quizás este esperpento sea cosa de unos expertos en educación completamente ebrios.
Una vida sin filósofos quejumbrosos no merece la pena ser vivida
Me llena de alegría el retorno de la filosofía. Ojalá los políticos la defiendan a capa y espada. No obstante, me temo que esto no es más que una nueva oscilación de un péndulo movido por una inercia irracional, la de un pragmatismo feroz que termina devorándose a sí mismo, de ahí que se regrese a la filosofía de una forma casi natural.
Blindada la filosofía, ahora solo falta que el itinerario filosófico de los alumnos tenga algo de sentido. ¡Ahí es nada!