'El juicio de los 7 de Chicago', el drama-cómico judicial con hambre de Oscar
La película de Aaron Sorkin llega a Netflix este viernes 16 de octubre.
Los premios Oscar no sólo hacen acto de presencia en cualquier valoración de los críticos sobre El juicio de los 7 de Chicago. También aparecen en el guión de la película dirigida por Aaron Sorkin, guionista de La red social (2010). “No sé por qué estamos aquí, pero esto es como la gala de los Oscar a la mejor manifestación, y francamente estar nominados ya es todo un honor”, dice el personaje de Noah Robbins (Lee Weiner) en los tribunales.
El largometraje, que se estrena este viernes 16 en Netflix después de pasar por salas, cuenta la historia de uno de los juicios más populares de la Historia de Estados Unidos. En 1969, siete jóvenes fueron acusados de conspirar en contra de la seguridad nacional por manifestarse un año antes contra la Guerra de Vietnam durante la convención del Partido Demócrata en Chicago.
Parece un drama judicial, que lo es, pero Aaron Sorkin ha conseguido hacer una comedia al tiempo que cuenta una historia seria, y lo ha hecho sin que chirríe. Con su guión, ha encontrado el equilibrio perfecto entre risa y desdicha. Steven Spielberg rechazó dirigirla, y Sorkin puede darle las gracias, porque se ha lucido.
Aunque si hay alguien en la película que también se luce, y mucho, ese es el actor Sacha Baron Cohen. Lo mejor, según Fotogramas, son “los diálogos sorkinianos y lo que Sacha Baron Cohen consigue hacer con ellos”. Y no le falta razón. Por eso, a seis meses de la gala, ya hay muchos que piden un Oscar para el intérprete.
Tampoco se puede decir que en esta ocasión, al menos de momento, haya mucha competencia para los premios que otorga la Academia del Cine de Hollywood, pero esta película ya prometía desde la elección de su elenco, con un reparto más que potente —Yahya Abdul-Mateen II, Ben Shenkman, Mark Rylance, Eddie Redmayne o Alex Sharp—. El casting de actores es tan fino que su compenetración hace que el espectador olvide quiénes son y vea sólo a unos chavales juzgados por el Estado.
Además, la mezcla de diálogos rápidos, de relatos y de chistes ingeniosos hace de ella un drama judicial nunca antes visto en pantalla. Chistes que hacen que el juez (Frank Langella) regale los cargos por desacato a lo largo del juicio. Y con las imágenes de archivo justas de las manifestaciones de la época, para que nadie se salga de la historia que se está contando.
No deja de ser una película que habla del pasado, pero que bien podría cobrar vigencia en la actualidad. “Uno de los pocos dramas sobre los años 60 que es tan potente, auténtico y emotivo que parece que ha sucedido en la actualidad”, según Variety.
¿Existen los juicios políticos? ¿Y la discriminación judicial hacia los negros? ¿Se ve a los manifestantes como unos bocazas anárquicos? Todas estas cuestiones se plantean en la película, en la que uno de los personajes dice alto y claro: “Es la primera vez que me juzgan por mis ideas”.
Como dijo la presentadora de La Script María Guerra (en Movistar+), El juicio de los 7 de Chicago muestra a “héroes posibles (...) Es de esas películas que te hace sentir inteligente”.
“Está tan llena de diálogos ingeniosos, personajes relevantes, anécdotas, cambios temporales y multiperspectivismo como todo lo que ha escrito Sorkin. Pero evita lo que sus críticos suelen percibir como defectos”, publicó The Hollywood Reporter. Time, por su parte, asegura que “Sorkin coge un caso judicial complicado y hace que sea interesante en todo momento”. Nada que añadir.