30 cosas que no sabías sobre 'El juego del calamar'
El mundo entero está obsesionado con la serie y quiere saber más sobre todo lo que pasó detrás de las cámaras.
Ya es oficial: El juego del calamar es la serie original más vista de la historia de Netflix. Esta serie coreana de 9 episodios ya ha sido vista por 142 millones de usuarios en los primeros 28 días, desbancando a Bridgerton y sus 82 millones.
Si eres una de las tres personas de este planeta que aún no ha visto la serie, toma un poco de contexto: El juego del calamar narra la historia de un grupo de personas arruinadas e inadaptadas a la sociedad que deciden formar parte de una serie de juegos infantiles para ganar un gran premio. El único problema es que si pierdes, mueres.
Ahora, el mundo entero está obsesionado con la serie y quiere saber más sobre el proceso de producción y todo lo que pasó detrás de las cámaras. Aquí van 30 datos que probablemente no conocías:
...y 10 años en ser aceptado por Netflix después de ser rechazado por todos los estudios de cine a los que llegó la propuesta. Al parecer, el guionista y director Hwang Dong-Hyuk tardó casi seis meses en escribir los dos primeros episodios.
Durante los planes iniciales de Netflix, se reveló que su título iba a ser Round Six (Ronda 6). También se llegó a llamar Squid Game: Play To Die (El juego del calamar: juega para morir).
A una hora de Seúl (Corea del Sur) se encuentea Daejeon, donde se rodó la serie. Permanecer en una misma ubicación significaba contar con más presupuesto para los demás escenarios memorables de la serie.
Los costes de producción ascienden a unos 14,5 millones de euros.
Esta cifra procede de unos documentos internos que Bloomberg afirma haber obtenido, pero Netflix no lo ha confirmado.
¿Y esos sets de rodaje enormes? Efectivamente, se construyeron específicamente para esta serie sin ayuda del ordenador.
Para el juego de Luz verde, luz roja, hicieron falta más de 400 actores y figurantes.
El director Hwang Dong-Hyuk describe los uniformes como “ropa de gimnasio vieja” y recuerda que varios de los actores y figurantes desarrollaron problemas respiratorios al ponérselos. A algunos incluso “se les puso la cara roja por alergia”.
La muñeca que canta luz verde, luz roja, en el primer episodio está ahora en exhibición en un museo de carruajes de caballo en Corea (aunque ahora le falta una mano).
Sí, de verdad. Si quieres conocer su historia o su opinión sobre la política estadounidense (en inglés), pincha aquí.
El director contrató a un repostero experto en galletas dalgona para que todo el set tuviera galletas durante todos los días del rodaje.
Al otro lado de los jugadores había una máquina. Los actores comentan que fue una escena especialmente difícil y agotadora.
“Grabar la prueba del suelo de cristal fue terrorífico”, explica HoYeon Jung, que representa a la jugadora 067. El guionista y productor, Hwang Dong-Hyuk, añade: “El juego fue real y sintieron miedo verdadero”.
Pero los actores solo caían desde una altura de un metro y medio. Aun así da miedo.
Dos de las principales fuentes de inspiración fueron Relatividad, de M. C. Escher, y La muralla roja, del arquitecto Ricardo Boffil, en Calpe (Alicante).
A medida que se reduce el número de camas, las paredes del dormitorio empiezan a revelar dibujos que sirven como pistas para que los jugadores vean las pruebas a las que se han enfrentado y se van a enfrentar.
“La directora artística propuso un almacén como escenario”, comenta el director Hwang Dong-Hyuk. “En vez de tratar a los jugadores como personas, ella propuso que los presentáramos como objetos apilados en las estanterías de un almacén”.
Park Hae Soo, que encarna al personaje de Cho Sang-woo (jugador 218), dice que se inspiró en el director Hwang y en sus experiencias en la Universidad Nacional de Seúl. Tanto el director como el personaje fueron a la misma prestigiosa universidad.
El premio total es de 45.600 millones de wones, que equivale a algo más de 33 millones de euros.
Esta actriz de 27 años ha trabajado con marcas como Chanel, Marc Jacobs, Fendi, Bottega Veneta y Louis Vuitton, de la que es embajadora global.
“Cuando viajaba sola en avión y me alojaba en hoteles, me pasaba la mayor parte del día viendo películas”, declaró en Vogue.
“[Después] empecé a pensar en mí y en mi posición en el mundo. ¿Quién era? ¿Qué significa ser humana? La respuesta a esas preguntas fue lo que me llevó a ser actriz”.
“Yoo-mi tiene más experiencia actuando y es una gran actriz”, explica Jung. “Cuando le contaba mis inseguridades a la hora de actuar, siempre era muy comprensiva”.
“Como confío en ella, hemos hablado de muchas cosas. Creo que encajamos muy bien. Estoy muy agradecida”.
La cuenta de Instagram de Yoo-mi ha pasado de tener 40.000 seguidores a tener 6,5 millones en cuestión de semanas.
“Creo que se parece a una de las personas importantes de El juego del calamar”, comentó el creador de la serie, Hwang Dong-hyuk, al medio IndieWire, (aunque no se refiere al de la foto anterior). “Es casi como si [Trump] hubiera dirigido un programa de televisión, no un país, provocando pánico entre la gente”.
También en unas máscaras coreanas tradicionales llamadas Haehotal.
El director explica que se basó en la jerarquía de las colonias de hormigas:
Círculo: obreros, en lo más bajo de la jerarquía.
Triángulo: soldados, los que llevan armas.
Cuadrado: los gerentes, los que tienen más poder y supervisan a los obreros y soldados.
Al principio iban a ser uniformes de Boy Scout, pero cambiaron de idea porque esos trajes desvelan demasiado la anatomía del cuerpo y eso iba contra el propósito de volverlos “anónimos”, “como hormigas en una colonia”.
Según la directora artística de la serie, Chae Kyung-sun, dado que el creador del juego piensa que es “como un dios” poderoso y misericordioso, les concede un último “regalo” a los jugadores.
Eso la convierte en la serie original de Netflix más exitosa de la historia, superando el anterior récord de Bridgerton en 2020, con 82 millones de usuarios.
Eso sí, al final la serie también se ha acabado convirtiendo en un éxito arrollador en Estados Unidos gracias al boca a boca y las buenas críticas.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.