El inmenso arte de Franco Zeffirelli
Por donde quiera que se vea y por donde quiera que se escuche, la grandiosidad del arte de Zefirelli es eso: inmenso.
El recorrer su obra es exclamar con cada uno de sus títulos un recuerdo. No solamente leyendo el nombre de cada uno de ellos, sino con cada nombre propio que aparece en su larguísima y afamada trayectoria.
Empezó con los grandes del cine italiano: Vittorio De Sica, Roberto Rossellini y Lucino Visconti.
Ha dirigido las producciones de grandes óperas en el Royal Opera House de Tosca, para María Callas. En New York, puso en escena en el Metropolitan Opera House La Bohème y Turandot, y ya siendo amigo de la Callas, la unió al espléndido Jeremy Irons para realizar la película Callas Forever. Zeffirelli dijo sobre su adorada: "Me reprocho porque ninguno de sus amigos nos dimos cuenta suficientemente de cuan frágil era y no pudimos ayudarla", dijo de ella el Maestro.
Richard Burton y Elizabeth Taylor protagonizaron La fierecilla domada, de William Shakespeare y después Zeffirelli creó para el cine Romeo y Julieta, la película que marcó toda una época. A continuación viene Hermano Sol, hermana una, después con Plácido Domingo, triunfó con La Traviata,Otello y Hamlet. Más adelante viene la película para cine y televisión Jesús de Nazareth interpretada por Robert Powell, en la que también actúan Laurence Olivier, Anthony Quinn, Claudia Cardinale y Fernando Rey entre muchos otros. No podemos olvidar la preciosa película Té con Mussolini, en donde refleja la vida de los ingleses en Florencia en los años '40s.
Pero no sólo ha hecho películas y óperas que quedarán para la historia, también ha sido el creador de la escenografía para la firma solemne de la primera Constitución Europea celebrada en el Capitolio Romano en la sala de los Horacios y Curacios, calificada de imponente.
Hablar del trabajo de Zeffirelli es difícil, es empezar y nunca terminar. Pero este hombre que nació en Florencia para compartir emociones con la humanidad, a sus actuales 94 años, ha decidido donar el fruto de su espíritu a su ciudad natal y al mundo entero, ofreciendo para la Fundación que lleva su nombre, un inmenso patrimonio de 70 años de carrera. Bocetos, carteles, fotografías con los más grandes actores del mundo, materiales utilizados en su trayectoria para la creación de sus obras, algunos vestuarios y documentos de una época que nunca volverá pero siempre estará, ya se exhiben en los pasillos del palacio fiorentino que alberga la Fundación Zeffirelli, Centro Internazionale per le Arti dello Spettacolo.
A partir de septiembre, el que algún día fue el Palacio del Tribunal de Justicia, acogerá en Florencia a todo aquel que quiera acercarse al mundo del espectáculo y del arte.
Cuando se abran las puertas y los aspirantes a vivir del arte y para el arte, tendrán la oportunidad de aprender y respirar el espíritu Zeffirelli.
Muchos de los artistas ligados íntimamente a la vida y obra del maestro, se acercaron a los actos celebrados en Roma y Florencia para anunciar la apertura de la Fundación.
Claudio Baglioni, durante la rueda de prensa celebrada en la Asociación de la Prensa Extranjera en Roma, Stampa Estera, interpretó de forma improvisada y acompañado de una guitarra que apareció inesperadamente de la mano de una de las asistentes, la canción Dolce Sentire de la película Fratello sol, sorella luna, como un abrazo a Franco Zeffirelli.
Inauguración en Firenze
Andrea Bocelli, en la fiesta de apertura del centro, cantó acompañado de un coro de niños haitianos, piezas muy emotivas y como broche final, Nicola Piovani, el ganador del Oscar de la banda sonora de la película, La Vitta è Bella, acompañó al piano a Bocelli resaltando así la grandeza del arte en Italia.
Seguramente que la gran mayoría, ha visto alguna vez en su vida a Robert Powell interpretando a Jesús de Nazareth, pero muy pocos han tenido la fortuna de compartir con él una distendida charla escuchándole emocionado sus encuentros con Franco Zeffirelli.
Powell fue uno de los tantos actores, productores, cantantes y enamorados del arte del maestro, que se reunieron en Florencia y recordaron por largas horas muchas vivencias con el maestro que quedarán también para la historia.