El informe de la OEA sobre Bolivia concluye que hubo "manipulación y parcialidad" en los comicios de octubre
Denuncia que hay actas alteradas, firmas de los jurados de las mesas falsificadas y el uso de servidores ocultos, supuestamente para retocar los datos
La Organización de Estados Americanos (OEA) insistió este miércoles en que hubo “operaciones dolosas” en las elecciones del pasado 20 de octubre en Bolivia, que alteraron “la voluntad expresada en las urnas”.
“Las manipulaciones e irregularidades señaladas no permiten tener certeza sobre el margen de victoria del candidato (Evo) Morales sobre el candidato (Carlos) Mesa”, apunta el informe final de la OEA sobre la auditoría de los comicios, que desembocaron en una grave crisis en ese país con la renuncia forzada por los militares del gobernante Evo Morales, quien era candidato a la reelección.
Según el documento, “a partir de la abrumadora evidencia encontrada, lo que sí es posible afirmar es que ha habido una serie de operaciones dolosas encaminadas a alterar la voluntad expresada en las urnas”.
Entre las “acciones deliberadas que buscaron manipular el resultado de la elección”, el documento mencionó la “paralización intencional y arbitraria, sin fundamentos técnicos, del Sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (TREP)” o conteo rápido.
“Todos los análisis del equipo técnico permiten determinar que la paralización del sistema TREP no fue un accidente ni una decisión basada en fundamentos técnicos. Fue simplemente una decisión arbitraria, cuyo propósito incluyó la manipulación de la infraestructura informática”, subraya la OEA.
Pero además indicó que cuando el sistema reanudó su funcionamiento, “al día siguiente, apareció en escena un servidor oculto, no declarado y no controlado ni por la empresa auditora ni por el personal técnico del órgano electoral”.
Los detalles
En ese sentido, el informe detalla que el equipo auditor “ha detectado una manipulación dolosa de los comicios en dos planos”: a nivel de las actas, a partir de su alteración y la falsificación de las firmas de los jurados de mesas, y de los resultados, a raíz del redireccionamiento del flujo de datos a dos servidores ocultos, lo que hizo posible la manipulación de datos y la suplantación de actas.
“Los hallazgos detallados revelan, asimismo, la parcialidad de la autoridad electoral. Los vocales del TSE (Tribunal Supremo Electoral), quienes debían velar por la legalidad e integridad del proceso, permitieron que se desviara el flujo de información hacia servidores externos, destruyendo toda confianza en el proceso electoral”, añade.
El documento, que no incluyó lo ocurrido en la etapa preelectoral, considera los hallazgos “contundentes”.
“El equipo auditor no puede ignorar el conjunto de manipulaciones e irregularidades observadas a través del trabajo en terreno y del análisis de las más de 200 denuncias y comunicaciones con información que se recibieron”, defiende el texto, y concluye que “el margen de victoria en primera vuelta es mínimo si se lo compara con el volumen de las manipulaciones y alteraciones detectadas”.
El pasado 10 noviembre, la OEA recomendó, en un primer informe, celebrar “otro proceso electoral” en Bolivia al evidenciar “irregularidades” que le impidieron validar la votación del 20 de octubre.
Después de conocerse ese documento, Morales anunció la convocatoria de nuevas elecciones generales y manifestó que se acordó la renovación de todos los miembros del Tribunal Supremo Electoral.
Morales abandonó Bolivia el pasado 11 de noviembre después de que las Fuerzas Armadas le forzaran a dejar el cargo y recibió asilo en México.
La renuncia de Morales ha sido calificada como “golpe de Estado” por varios Gobiernos y políticos latinoamericanos, al tiempo que otros países han reconocido al Ejecutivo interino de Jeanine Áñez.