El gesto de una mujer con un anciano que te hará volver a creer en el ser humano
Lleva ya 120.000 'me gusta'.
Una historia para volver a creer en el ser humano. Rosa, una tuitera, ha emocionado a toda la red social del pajarito al contar lo que le ha pasado. En poco más de un día ya supera los 120.000 me gusta.
El pasado martes se encontró en el suelo una billetera, que cogió para buscar a su dueño intentando ver si alguien la buscaba de manera desesperada. “Al no ver a nadie, me la he guardado en el bolso para ir a mi casa y mirar si hay un DNI para ver la dirección”, ha relatado.
Cuando llegó a su domicilio, la abrió para buscar algún documento con el que poder identificar a su dueño. Se encontró el DNI, un número de la Lotería de Navidad y 650 euros.
“Al no encontrar ningún numero de teléfono para poder llamar, he mirado la dirección para buscarla en Google Maps y poder ir a devolverla”, ha detallado.
“Resulta que la dirección era muy cercana a mi casa. También miré la edad que podía tener el dueño de esa cartera y he visto que tenía 81 años. Todavía con mas premura, he cogido el coche y me he plantado en casa de ese señor”, ha proseguido contando.
A Rosa, cuando se plantó delante de la puerta del anciano, le abrió “un abuelito llorando”. “Le digo que me he encontrado una billetera en el suelo. Se me queda mirando con los ojos abiertos como platos”, ha descrito.
Cuando cogió de nuevo su cartera se dio cuenta que tenía todo el dinero. Entonces le dijo que cómo era posible que no se lo hubieran quitado.
“Yo no le respondo”, ha recordado. El hombre le reconoció que había ido al banco a sacar dinero para pagarle a su hija el alquiler de su casa, ya que ella se ha quedado sin trabajo.
“No podía dejar de llorar. Le digo que tenga siempre mucho cuidado porque quizá otra vez, la suerte no le sonría. El alarga la mano y me da 50 euros por haberle devuelto la cartera. Vamos, ni de coña le cojo ese dinero. Es suyo y falta le hace”, ha contado.
En todo momento, le dio las gracias por el gesto que había tenido. De la emoción, Rosa, ha relatado, se puso a llorar cuando se volvió a subir a su coche pensando en la congoja que debería haber sentido al ver que no podía ayudar a su hija.
“A mi ya me ha tocado la lotería pudiendo ayudar a ese abuelete. Espero que su hija encuentre pronto un trabajo”, ha concluido.