El G7 promete endurecer las sanciones contra Rusia y le ofrece "apoyo ilimitado" a Zelenski
Las siete principales potencias del mundo, coinciden en seguir aislando a Moscú.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha recibido el compromiso de un “apoyo ilimitado” del club de las siete grandes potencias y democracias occidentales, un grupo en el que EEUU puja por endurecer y concretar las sanciones contra Rusia.
La intervención del líder ucraniano ante los mandatarios del G7 fue virtual y a puerta cerrada. No se difundieron más que una breves imágenes, sin sonido, del arranque de una sesión que debía ser el plato fuerte de una cumbre entre poderosos dominada por la guerra de Ucrania.
Pero tanto el comunicado final de la presidencia de turno del grupo, Alemania, como los contenidos filtrados por fuentes diplomáticas no dejaban lugar a dudas acerca del propósito común de aislar a Moscú.
En un lenguaje que recordaba la famosa frase del “whatever it takes” (lo que haga falta) del italiano Mario Draghi, en sus tiempos al frente del Banco Central Europeo, el comunicado del G7 garantizaba a Kiev su apoyo “as long as it takes” (durante el tiempo que haga falta).
Draghi aplicó en 2012 esa frase al rescate del euro y, efectivamente, preservó la moneda única de lo peor; ahora se trata de lograr lo que supuestamente Zelenski pidió a los líderes de las siete potencias, entre los cuales se sienta ahora el italiano como primer ministro de su país: acabar la guerra antes del invierno.
“Hemos decidido ampliar las sanciones para restringir aún más el acceso de Rusia a tecnologías e industrias clave y otros recursos”, apunta la declaración emitida por la presidencia alemana del G7.
Las siete grandes potencias apremian a Rusia a no bloquear las exportaciones del trigo ucraniano, sino a posibilitar su salida a través de “corredores libres”. Exigen además a Moscú que organice el “retorno inmediato” de los ucranianos deportados por la fuerza de su territorio por las tropas rusas.
“Seguiremos explorando nuevos caminos para aislar a Rusia”, advierte, al entrar en el capítulo de las nuevas sanciones. Unas medidas que, prosigue el texto, serán “examinadas” por las autoridades de los países respectivos para proceder a su implementación.
“Continuaremos explorando nuevas vías para aislar a Rusia de la participación en el mercado global y combatir la evasión” de sanciones, agregan los miembros del G7, que insisten: “estamos decididos a recortar los ingresos de Rusia, incluidos los procedentes del oro”.
El propósito es “restringir más el acceso de Rusia a insumos industriales clave, servicios y tecnologías producidas por nuestras economías, especialmente las que apoyan al sector armamentístico industrial y al tecnológico”.
Y se responsabiliza a Moscú no solo de los crímenes de guerra cometidos en su “brutal agresión” o el ejercicio ilegítimo de su autoridad sobre territorio de Ucrania, sino también del incremento de la “inseguridad alimentaria global” por su bloqueo del grano ucraniano.
La guerra es sin duda el tema dominante de la cumbre del G7 en Elmau, el castillo bávaro construido a 1.000 metros de altura, como lo fue del último Consejo Europeo, que otorgó a Ucrania rango de país aspirante al ingreso, y lo será presumiblemente de la de la OTAN en Madrid, a partir del miércoles.
Pero además de la agresión bélica, las siete potencias buscan soluciones a sus estragos en la economía global, sea en el sector energético o ante la inflación desenfrenada.