El futuro ministro de Seguridad de Bolsonaro compara los riesgos de las armas con los de los coches
"Nadie puede conducir, nadie puede salir de casa con el coche, porque alguien está corriendo riesgo de morir, porque el conductor es irresponsable".
El general de la reserva Augusto Heleno Ribeiro, quien será el ministro del Gabinete de Seguridad en el Gobierno del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, comparó hoy la tenencia de un arma de fuego con la de un automóvil, por los riesgos y los peligros que implica conducir un vehículo.
"La tenencia de un arma se asemeja a la de un automóvil. Mucha gente argumenta 'no, pero la posesión del arma va a aumentar la criminalidad', pero en eso los datos son muy polémicos", aseguró a la prensa este domingo, durante el último ensayo realizado para la ceremonia de investidura de Bolsonaro el próximo 1 de enero.
Heleno Ribeiro comparó la prohibición de tener armas (como forma de evitar muertes) con impedir que las personas puedan conducir un automóvil para evitar accidentes.
El general, uno de los hombres más cercanos a Bolsonaro, hizo las afirmaciones tras de ser cuestionado sobre el anuncio de Bolsonaro, este sábado, de querer garantizar por decreto la tenencia de armas de fuego a personas sin antecedentes criminales.
Según el futuro ministro, el número de víctimas por accidentes de coche está en alrededor de unas 50.000. "Si usted considera eso, entonces vamos a prohibir a la gente conducir", precisó. "Nadie puede conducir, nadie puede salir de casa con el coche, porque alguien está corriendo riesgo de morir, porque el conductor es irresponsable", argumentó.
"Garantía de libertad"
El derecho de tenencia de armas de fuego permite mantener los artefactos en casa y no incluye su porte a otros lugares. Según la legislación brasileña, la persona que quiera llevar las armas de fuego a sitios diferentes de su hogar tendrá que contar con una autorización para su porte.
Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército y que siempre ha elogiado el régimen militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985, considera que un arma es "una garantía de libertad" porque avala el derecho a la legítima defensa, y por eso prometió desde su campaña flexibilizar el estatuto de desarme si llegaba a la presidencia.
El actual estatuto de desarme en Brasil permite la compra de armas para personas mayores de 25 años sin antecedentes penales, siempre y cuando hayan pasado un test psicológico y justifiquen el motivo.
De acuerdo con la ONG Sou de Paz, los registros de nuevas armas por parte de civiles se han multiplicado por diez desde 2004 y el año pasado llegaron a los 33.031.
Por eso, la flexibilización del estatuto de desarme es un tema que preocupa a la ONG ya que puede convertirse en una "catástrofe para la seguridad pública" de un país en el que tan sólo el año pasado murieron más de 60.000 personas víctimas de la violencia.