El fin del mundo cada quince días
De aquí al fin de la legislatura quedan tres o cuatro hundimientos del PSOE y otros tantos del PP.
Marzo. El conflicto entre Casado y Díaz Ayuso ha sido un golpe durísimo del que el PP difícilmente podrá recuperarse. La pésima imagen ofrecida a la ciudadanía y el desconcierto de su electorado sitúan a la fuerza conservadora en el punto más bajo de las últimas décadas. Nada indica que la caída vaya a detenerse. Hace falta una renovación total del partido si no quiere atravesar un larguísimo desierto electorales en donde el PSOE, más pujante que nunca, renueve una y otra vez sus mayorías. Se cierra un ciclo para la derecha española sumida en una crisis que evidencia el grado de descomposición al que pueden llegar los grandes partidos en las democracias modernas si no saben superar sus problemas de cainismo y liderazgo.
Junio. El abrumador fracaso de Juan Espadas en las elecciones andaluzas ha sido un golpe durísimo que hunde al PSOE en una dificilísima situación de la que sólo saldrá tras una profunda reflexión. Los peores resultados de la historia andaluza proyectan la amenaza de obtener en las próximas elecciones generales los peores resultados de la historia española, acrecentado por la presencia de un Partido Popular, más pujante que nunca. Arrinconado tras demasiadas derrotas autonómicas seguidas, carente de banquillo y de proyectos ilusionantes, Sánchez se aferra a una legislatura moribunda, mientras tanto propios como extraños tienen la certeza de que su tiempo se ha acabado.
Julio. Al margen de los acuerdos internacionales, la cumbre de la OTAN puede ser vista como un gran éxito de la diplomacia española, del que inevitablemente se contagia el presidente del Gobierno. Las sombras del pasado que señalaban a Sánchez como un estadista de perfil irrelevante han quedado borradas por el cúmulo de imágenes y declaraciones que el presidente, más pujante que nunca, ha obtenido de Biden y otros mandatarios internacionales. El líder del PSOE consigue la carambola de dejar en un irrisorio segundo plano tanto a sus aliados en el Gobierno y el Parlamento, como al propio Núñez Feijóo, que afronta su primer problema serio en sus aspiraciones a suceder a Sánchez en la Moncloa.
El PP afronta una crisis sin precedentes. El PSOE afronta una crisis sin precedentes. Un fin del mundo cada quince días que hace olvidar todos los fines del mundo anteriores. Una prensa que necesita ir subiendo la intensidad de los titulares para mantener la atención de los espectadores. Una sociedad sin memoria que vota movida por los acontecimientos de la última semana. La verdadera alternancia en las democracias modernas no es entre gobiernos, sino entre crisis irreversibles que se revierten al día siguiente. De aquí al fin de la legislatura quedan tres o cuatro hundimientos del PSOE y otros tantos del PP. De cuál sea la hoja de la margarita que coincida con las próximas elecciones depende el próximo gobierno.