El féretro de Isabel II llega a Westminster acompañado por los hijos y nietos de la reina
La capilla ardiente de la monarca estará abierta hasta el lunes, día del funeral.
El féretro de Isabel II ya está en Westminster Hall, donde a lo largo de los próximos días los británicos podrán acudir a despedirse de la monarca en su capilla ardiente. Un cortejo fúnebre formado por miembros de la familia real ha recorrido el trayecto entre el palacio de Buckingham y Westminster Hall acompañando los restos de la soberana.
En primera fila caminando detrás del féretro se han colocado el rey Carlos III y sus hermanos, la princesa Ana y los príncipes Andrés y Eduardo. En la siguiente fila iban los príncipes Guillermo y Harry, junto a su primo Peter Philips. Al contrario que en el funeral de su abuelo, Felipe de Edimburgo, los hermanos han caminado juntos.
Además de los hijos y nietos de Isabel II, también han formado parte de la comitiva el almirante Timothy Laurence, marido de la princesa Ana; el conde de Snowdon, hijo de la princesa Margarita; y el duque de Gloucester.
Todos los hijos de la monarca han lucido uniforme militar a excepción de Andrés, apartado de sus funciones públicas y patrocinios reales desde que se conociera su implicación en el caso Epstein y su demanda por abuso sexual. Tampoco se le ha permitido llevar uniforme militar al príncipe Harry por no ser miembro activo de la familia real.
Por otro lado, Camilla, reina consorte; Kate, princesa Gales; Sofía, condesa de Wessex y Meghan, duquesa de Sussex, se han desplazado en un coche hasta Westminster, donde se han reunido con el resto de la comitiva.
Aunque estaba en duda su presencia, Meghan Markle sí ha acudido y lo ha hecho luciendo una joya cargada de simbolismo. La duquesa de Sussex ha elegido unos pendientes de perlas que le regaló la difunta monarca con motivo de su boda con el príncipe Harry y que lució en su primer acto con Isabel II.
Durante todo el trayecto, la Tropa de Artillería a Caballo ha sido la encargada de tirar del carro que llevaba el ataúd de roble de Isabel II, cubierto con el estandarte real y una corona de dalias y rosas blancas para la ocasión. La procesión ha avanzado mientras sonaba la música de la banda real y los cañonazos y las campanadas del Big Ben, que doblaban cada minuto que ha durado el recorrido.
Durante la mayor parte de la comitiva, los cientos de ciudadanos que se apostaban en los márgenes del recorrido se han mantenido en silencio, a excepción de algunos aplausos cuando el féretro de la longeva monarca pasaba por delante de ellos. Muchas de las personas presentes no han podido contener las lágrimas.
Tras depositar el féretro de la monarca sobre un catafalco, los miembros de la familia real y otras autoridades como la primera ministra Liz Truss han participado en un breve acto religioso oficiado por el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
El ataúd, cubierto con el estandarte real, la corona imperial, el orbe real y el cetro de oro permanecerá custodiado por la guardia real mientras los ciudadanos se despiden de la reina.
Se esperan colas “de hasta 30 horas”
A partir de las 18.00 horas hora local se abrirá al público la capilla ardiente, que podrá visitar hasta el domingo. El lunes se celebrará el funeral de Estado al que acudirán decenas de líderes internacionales y jefes de Estado, entre ellos los reyes Felipe y Letizia.
La ministra de Cultura de Reino Unido, Michelle Donelan, ha afirmado que se esperan colas “de hasta 30 horas” para ver la capilla ardiente de Isabel II.
Donelan ha resaltado que el Gobierno espera “colas extremadamente largas, que podrían ser de hasta 30 horas”, antes de agregar que “miles” de personas acudirán al lugar. “No serán 30 horas para todos”, ha matizado, si bien ha pedido a los que acudan que estén “totalmente preparados”.