El fatal augurio de una de las virólogas que asesoran a Merkel: "La carrera está perdida"
Se muestra muy crítica con la estrategia de los Gobiernos.
La viróloga Melanie Brinkmann, del Centro Helmholtz para el Estudio de Enfermedades Infecciosas, forma parte del equipo científico asesor de la canciller alemana, Angela Merkel. Por eso, sus opiniones suelen ser escuchadas con atención incluso entre los políticos. Y, ahora mismo, la científica no es en absoluto optimista.
En una entrevista en Der Spiegel, la experta se reafirma en que tanto su país como los del resto del mundo deberían apostar por una estrategia de “no covid” con la que llegar a una incidencia a siete días de 10 casos por cada 100.000 habitantes. Ese objetivo, lamenta, es imposible de conseguir con las medidas actuales.
De hecho, Brinkmann ha criticado directamente los planes del gobierno de su país por tomar como horizonte los 50 casos. De esta forma, ha anticipado, el país va a permanecer en una especie de bloqueo constante porque las cifras volverían a subir inevitablemente después de cada pequeña bajada.
La viróloga tampoco ve en el inicio de la vacunación un motivo para lanzar cohetes. “Nunca conseguimos que se vacune a suficientes personas antes de que ataquen las nuevas variantes”, ha advertido antes de aseverar: “La carrera está perdida. Todo lo demás proviene de ilusiones, alimentadas por falsas promesas hechas por algunos políticos”.
En este sentido, la científica teme que en Semana Santa, tan pronto como se haya vacunado a gran parte del primer grupo de riesgo, las presiones para aliviar las medidas sean demasiado fuertes.
“Entonces, el virus se propagará a través de los grupos de edad más jóvenes, aún no vacunados, que no tienen inmunidad, y con una fuerza que uno ni siquiera puede imaginar”, ha anticipado.
En su opinión, para controlar de forma efectiva la pandemia no se necesitan medidas más restrictivas, sino “aplicar las existentes de manera más estricta”. Por ejemplo, subraya, si alguien está en cuarentena debe cumplirla a rajatabla y no salir para nada.
Para mostrar lo que se está haciendo y lo que se debería hacer, pone el ejemplo de una escayola: “Es como optar por quitarla con una lentitud dolorosa o con un golpe rápido y que desaparezca”.
“Si esperamos otras cuatro semanas, las cosas pronto serán como en Londres, entonces habrá una incidencia de miles y todos se sorprenderán”, ha advertido.