El exjugador de fútbol Kiko Zúñiga se convierte en la cita más desconcertante de 'First Dates'
Tarjeta roja.
Quería hacerse el gracioso, pero lo único que consiguió fue desconcertar. Kiko Zúñiga, exjugador del Real Oviedo y de la Real Sociedad, acudió este martes a First Dates en busca del amor y lo que se llevó fue un aluvión de críticas en Twitter.
Los seguidores del programa de Cuatro quedaron tan descolocados con su intervención como su cita, Mónica. El donostiarra de 55 años entró en el programa cantando el himno del Athletic de Bilbao, que interpretó a dúo con el presentador Carlos Sobera, y lo siguiente que hizo fue imitar el habla argentina.
Ese fue el acento con el que se presentó a Mónica, una administrativa granadina de 49 años, que al llegar confesó tener "mucha paciencia con la humanidad" y poca con sus hijas. Y paciencia demostró cuando se topó con Kiko. Sólo hay que ver en el vídeo del programa [minuto 01.45] la intensidad con la que se presentó. "¿Pero de dónde venís, vos?", le preguntó, antes de entregarle una rosa. "Mónica, for you, one flor, one rosita", siguió.
Mónica no daba crédito y lo primero que le preguntó fue su origen. "Vengo de acá, vengo de allá", siguió vacilándola. "Venga, dime de dónde eres y así nos conocemos, que tenemos un ratín enorme. Yo vengo de Granada...", le contestó ella con paciencia, casi como una maestra presentándose a sus alumnos de infantil.
No mostraron tanta tranquilidad los espectadores, que fueron rápido al ataque.
"Estaba descolocada", se reía en la grabación postcita. "No sé cómo cogerlo", decía Mónica a cámara.
La cita del ahora entrenador no perdió la esperanza e insistió en llevar la cita por una vertiente más cómica y lo consiguió durante unos minutos cuando le preguntó por su historia sentimental anterior. Fue solo un rato porque en cuanto pudo, volvió con el tono jocoso, hasta el punto que Mónica le preguntó: "¿Para qué vienes aquí? ¿Para reírte un rato?".
Los seguidores del programa se solidarizaron con ella y siguieron con el ataque.
Después de tanta broma, el veredicto del público fue claro.
Más paciencia (ya lo había dicho nada más empezar) demostró Mónica que, pese a todo, se acordó de que todo el mundo merece una segunda oportunidad y lo invitó a Granada. Sólo le sacó tarjeta amarilla.