El Europarlamento busca presidente, sumido en la tristeza por la muerte de Sassoli
Su relevo estaba previsto para esta semana, antes de su inesperado adiós. La hasta ahora vicepresidenta primera, la conservadora maltesa Roberta Metsola, es la favorita.
El Parlamento Europeo tendrá nuevo presidente o presidenta desde este martes. No es un relevo forzado por la muerte, la pasada semana, del hombre que hasta ahora ocupaba el cargo, el italiano David Sassoli, sino que en un trámite previsto, que tristemente ha coincidido con su marcha. Funeral, concentraciones de recuerdo y negociaciones para el cambio han ido extrañamente de la mano.
Tras dos años y medio de presidencia, lo ya esperado era que Sassoli, socialdemócrata, diera un paso al lado y entrase alguien nuevo para pilotar la segunda parte de la legislatura. Ese es el trámite que comienza este lunes, con el cierre de las candidaturas y la proclamación de los candidatos, que ya el martes son presentados (a las 9.00 horas) en el plenario del Europarlamento y que han de ser sometidos a votación de seguido.
Cuatro son los europarlamentarios que finalmente se postulan como sucesores de Sassoli, tres mujeres y un hombre: la maltesa Roberta Metsola (representante del Grupo del Popular Europeo); la española Sira Rego (encabezando el grupo de La Izquierda por parte de IU); la sueca Alice Bah Kuhnke (por Los Verdes) y el polaco Kosma Zlotowski (de los Conservadores y Reformistas, el grupo de extrema derecha donde se instala Vox). El grupo socialista y el liberal no han presentado candidatos, así que sus apoyos son los más buscados en este momento.
Metsola, una cristiano demócrata de 42 años, abogada especializada en Unión Europea, es la favorita. Ahora mismo, tal y como dicta el reglamento de la Cámara, se ha convertido en presidenta accidental (la tercera mujer en la historia de la institución), por ocupar la vicepresidencia primera en el momento de la muerte de Sassoli. Ya había superado la criba interna de los conservadores europeos y se había impuesto a otros dos aspirantes, para representar al mayor grupo del hemiciclo, con 177 escaños. Sería la presidenta más joven que ha tenido el Parlamento comunitario.
Su llegada al cargo se puede calificar de natural: su grupo y el de los socialdemócratas pactaron en 2019 dividirse la presidencia del Europarlamento durante esta legislatura, en dos mitades, y ahora, superado el tiempo de los progresistas que protagonizó el italiano, toca viraje conservador. De hecho, Sassoli tuvo empeño en los últimos meses en seguir en el cargo y eso incomodó a quienes recordaban lo pactado. Finalmente, el antiguo periodista decidió desistir. “El frente proeuropeo correría el riesgo de dividirse e iría en contra de mi historia, nuestras creencias, nuestras batallas. No puedo permitirlo”, escribió en Twitter.
Metsola, la clara favorita
Aunque los contactos se siguen intensificando en las últimas horas y se desconoce el sentido del voto de algunos grupos importantes, las cábalas dan a Metsola como ganadora, a enorme distancia de sus competidores, representantes de grupos más pequeños y menos determinantes.
Esta maltesa, casada y madre de cuatro hijos, fue asesora legal de Catherine Ashton, la Alta Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, entre 2012 y 2013, año en que fue elegida como eurodiputada. Renovó su escaño en las últimas elecciones europeas, en 2019.
En sus intervenciones en la Eurocámara, Metsola ha defendido la igualdad de la mujer y los derechos de las personas LGTBIQ, pero a menudo se ha manifestado como contraria al derecho de interrupción voluntaria del embarazo, y es justo su postura sobre el aborto la que incomoda en el ala más a la izquierda del Europarlamento. En su propio país, sigue siendo ilegal y en el momento de su ingreso en la UE, en 2004, adjuntó una cláusula al tratado de acceso que establecía que ninguna legislación europea sobre la materia sería de aplicación en Malta.
También preocupa a ese flanco su posición respecto a la violencia machista por su abstención en la Eurocámara a la hora de tipificar la violencia contra la mujer como un delito en toda la Unión Europea. En este 2022, la legislación contra la violencia machista será uno de los principales retos del club comunitario, impulsado también por la presidenta de la Comisión.
Como candidata de los populares europeos, ha prometido fomentar la labor de control sobre la Comisión y exigir que se rindan cuentas, además de anclar a la Eurocámara en una posición ideológica centrista.
El resultado de la votación, secreta, debe conocerse a las 11 de la mañana de este martes. Para que salga proclamado un candidato o candidata ha de lograr mayoría absoluta. Si no fuera así, se contemplan hasta tres votaciones más a lo largo del día. Los candidatos pueden presentarse y retirarse antes de cada una de esas votaciones. Ya en la última, sólo se pide mayoría simple. A las seis y media de la tarde, máximo, el Parlamento Europeo tendrá a alguien nuevo al timón. Habrá entonces tiempo para un discurso ante el plenario y para ocupar posiciones.
A partir de entonces, será el momento de elegir a los vicepresidentes de la mesa (hoy los populares tienen cuatro, frente a tres los socialistas y dos los liberales), los cuestores (un cargo responsable de asuntos administrativos o económicos, en los que el PPE tiene tres, uno el PSE y uno los liberales), y los presidentes de las comisiones y delegaciones de la cámara, puntos que ocuparán el resto del pleno de esta semana, el primero tras las vacaciones de Navidad.
Negocia que negocia
Estas últimas horas vienen marcadas por las negociaciones para dar o restar apoyos a los candidatos. Especialmente relevante es lo que pidan y lo que logren los Socialistas europeos, comandados por la española Iratxe García. Tras la marcha de Sassoli, no presentaron un candidato y ahora tratan de lograr concesiones para dar su apoyo a Metsola, sobre todo en el campo de las vicepresidencias.
Fuentes populares citadas por la Agencia EFE confían en que la candidatura de la maltesa saldrá adelante “con o sin los socialdemócratas” y advierten de que algunas de sus peticiones en las negociaciones que están manteniendo “no son realistas”.