El escenario casi imposible de la investidura de Puigdemont

El escenario casi imposible de la investidura de Puigdemont

¿Qué va a a pasar en los próximos días?

Carles PuigdemontAFP

Días de infarto. Volvemos a la partida político-judicial en el tablero del Parlament. El objetivo del independentismo es la investidura de Carles Puigdemont, un expresidente huido en Bruselas, de paso por Copenhague unos días y sobre el que pesa una querella por rebelión, sedición y malversación y la orden de detenerlo en cuanto pise España.

Este diabólico sudoku que viven Cataluña y España tiene una primera fecha tope: el 31 de enero, momento en el que se tiene que celebrar como muy tarde la primera sesión de investidura.

El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha anunciado este lunes que propone a Puigdemont como candidato en la sesión de investidura a la Presidencia de la Generalitat tras la ronda de contactos que ha cerrado con el abanico de grupos parlamentarios de la Cámara autonómica surgida en las elecciones del 21-D.

Torrent ha avanzado el nombre, aunque no ha cerrado una fecha para ese debate. Esta podría cerrarse en la previsible reunión que tendrá la nueva Mesa del Parlament este martes. De cara a este debate, el nuevo presidente de la Cámara autonómica ha remitido una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidiéndole una reunión para analizar la situación "anómala" que vive el Parlament.

El nuevo presidente del Parlament ha reconocido las dificultades de la investidura de Puigdemont, que aspira a hacerlo vía temática. No obstante, Torrent defiende que tiene "absoluta legitimidad" para lograr la investidura y ofrece diálogo a Rajoy para encontrar una solución negociada.

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¿INTENTO DE INVESTIDURA POR SKYPE O VOLVER PARA SER ENCARCELADO?

Este lunes se presentaba con una gran duda: ¿sería Puigdemont detenido al trasladarse a Dinamarca? El expresidente ha viajado hasta Copenhague para pronunciar una conferencia, por lo que la Fiscalía ha solicitado que se reactive la orden de detención europea. Pero el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha rechazado pedirlo. Ha dado como principal argumento precisamente que el político independentista "busca" esa detención con el fin de forzar un nuevo contexto en el que pueda delegar el voto.

Hay que recordar que el Supremo sí permitió en la sesión constitutiva que delegaran su voto en otros diputados aquellos parlamentarios que están ahora mismo en prisión (Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn). En cambio, no lo solicitaron en el primer Pleno todos aquellos huidos en Bruselas (Carles Puigdemont, Clara Ponsatí, Toni Comín, Meritxell Serret y Lluis Puig).

En cambio, de cara a la sesión de investidura sí han pedido Junts y ERC esa delegación de voto para esos diputados. Esto teóricamente significa que no van a presentarse en la Cámara autonómica para ese debate, del que quiere salir como presidente Carles Puigdemont.

Tras no ser detenido este lunes, Puigdemont tiene dos opciones: seguir fuera de España intentando lograr una investidura a distancia o presentarse en Cataluña con una asegurada detención ipso facto.

¿Y puede lograr la investidura vía Skype? Los letrados del Parlament ya se han pronunciado mediante un informe no vinculante que señala que no es posible porque debe asistir el candidato, según su interpretación del reglamento.

No obstante, esa decisión de intentar ese Pleno con la intervención vía Skype o mediante la lectura del discurso por medio de otro diputado, las opciones que barajan en Junts per Catalunya, debe tomarla la Mesa (en la que tienen mayoría los independentistas).

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EL GOBIERNO RECURRIRÁ UNA INVESTIDURA DE PUIGDEMONT

Pero esa Mesa estará muy vigilada por los constitucionalistas para intentar frenar ese intento. Ciudadanos y PSC -los partidos 'no indepes' con representación en este órgano- ya han avanzado que van a pedir a Torrent que reconsidere su decisión de proponer a Puigdemont como candidato.

Y llegados a este punto: el Gobierno ya ha avanzado que acudirá ante el Tribunal Constitucional para frenar esa investidura telemática. "Puigdemont no va a ser president de la Generalitat", aseguraba tajantemente la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría la semana pasada. Por lo tanto, el Ejecutivo presentaría un recurso para anular esa sesión de investidura. Además, Rajoy ha recalcado que seguirá vigente el 155 si el expresidente prosigue con sus planes de ser investido.

Todos los frentes están abiertos. También podría Puigdemont presentarse, ser detenido y solicitar esa delegación de voto para ser investido desde la cárcel (leyendo otro diputados el discurso). Pero en el Gobierno central siguen repitiendo que hace falta que está presente el aspirante en el Parlament. ¿Lo podría dejar Llarena en libertad provisional en ese momento para ir al Parlament? El antecedente que tenemos es la decisión de no permitir a Junqueras ir a la sesión constitutiva del Parlament.

El debate de investidura se suele desarrollar durante dos jornadas. Posteriormente, se produce una votación, en la que el candidato debe tener mayoría absoluta (68 de 135 diputados) para convertirse en presidente. Si no lo logra, dos días más tarde se iría a una segunda ronda, donde vale la mayoría simple (más síes que noes).

Si no se logra o se consigue una investidura que el Gobierno recurra y paralice, se abriría entonces un periodo de dos meses para lograr que un candidato obtenga los votos necesarios. En caso de no conseguirlo nadie, se tendrían que convocar otra vez elecciones (que podrían ser a finales de mayo o principios de junio).

Con el escenario casi imposible de investidura de Puigdemont, aparecen otros nombres. Por ejemplo, ERC podría intentar reivindicar al propio Junqueras, que ocupaba el cargo de vicepresidente, e intentar lograr un permiso de Llarena para que pudiera ir a la sesión de investidura. Por parte de Junts, la fuerza más votada dentro del independentismo, ha emergido con mucha fuerza el nombre de Elsa Artadi, la encargada de ejecutar los planes de Puigdemont en Barcelona.