El economista que anticipó la crisis de 2008 alerta de lo que supondrá el corte de gas ruso
Moscú le ha cerrado el grifo a Polonia y Bulgaria, pero alerta de que lo hará con otros países que no paguen el rublos.
La reciente suspensión del suministro de gas natural por parte del gigante gasístico Gazprom a Polonia y Bulgaria ha hecho saltar todas las alarmas, al cumplirse las amenazas del Kremlin de cerrar el grifo a aquellos países que se nieguen a pagar en rublos. El propio Vladímir Putin ha renovado la amenaza advirtiendo de que extenderán la medida a otros Estados en la misma situación.
En este contexto, el prestigioso economista Santiago Niña Becerra, ha valorado lo que supondrá esta acción de respuesta a las sanciones económicas derivadas de la guerra de Ucrania, por parte de Moscú. Y el panorama en el mercado europeo no es nada prometedor.
En una entrevista en ‘La ventana’ de la Cadena SER, el experto que anticipó la crisis financiera mundial del 2008 ha señalado que se trata de “un hachazo, lo peor que podía suceder”, si se tiene en cuenta la situación de la inflación en la oferta, un serio problema.
En este sentido, Santiago Niño Becerra ha puesto el foco en el efecto dominó que puede derivarse del corte a estos dos países, que son Estados de tránsito del gas. “Porque independientemente de que haya dicho el gobierno polaco, suponemos que es verdad, que tiene reservas del 80% y va a seguir suministrando gas”, ha explicado para señalar que, “al margen de esto, el corte va a suponer un incremento de incertidumbre tremendo lo cual evidentemente va a afectar a los mercados, no solamente al de energía, sino en general sobre todos”.
¿Y la ‘excepción ibérica’?
Niño Becerra también se ha pronunciado sobre el reciente acuerdo ratificado entre la Comisión Europea y los Gobierno de España y Portugal para establecer medidas excepcionales para paliar la crisis energética derivada de la invasión rusa, como poner un tope inicial al precio del gas en 40 euros el MW/h, que posteriormente se situará en una media de 50. Es decir, la conocida como ‘excepción ibérica’.
“Lo que yo no sé es si después de lo que ha sucedido con este corte a Polonia y a Bulgaria y con la incertidumbre de que esto pueda ir a más, este acuerdo se va a mantener o van a permitir a España que siga en esta línea”, ha opinado Becerra, que todavía ve prematuro aventurar si este pacto hispano-luso con Bruselas incluso puede ser beneficiosa a medio plazo.
La otra dependencia europea
Además, el economista ha advertido que la dependencia de los Veintisiete no se circunscribe únicamente al gas, sino que también se nota en otros artículos y materias primas estratégicas como es el caso de los chips y semiconductores. “Era archisabido que dependíamos de los chips de China y Taiwán, esto pasaba antes de la pandemia y a todo el mundo le parecía bien, nadie decía nada”, ha señalado.
En este sentido, ha destacado que “la Unión Europea ha dicho que el objetivo es cubrir a corto plazo las necesidades del 20% de chips que Europa necesita”. Sin embargo, “para eso hace falta poner encima de la mesa 20.000 millones de euros y esperar cinco años”, ha sentenciado.