Las vacunas, tal y como se demuestra a diario, son necesarias para terminar con la pandemia del coronavirus, que desde el pasado mes de marzo del 2020 ha acabado con la vida de más de 76.000 personas en España.
Ante las idas y venidas que ha habido con la vacuna de AstraZeneca en los últimos días, importante para conseguir la ansiada inmunidad, varios famosos han alzado la voz en su defensa.
El grupo vasco La Oreja de Van Gogh ha dejado en el perfil de Twitter de la banda una opinión muy contundente sobre los fármacos aprobados por las autoridades sanitarias.
“Las vacunas son los botes salvavidas con los que soñábamos hace un año y aún hay quien se queja del modelo que le ha venido a rescatar”, han afirmado. Su mensaje en un día ha superado los 15.000 me gusta.
El actor José Coronado también dejó el pasado viernes una frase para la posteridad tras ser vacunado con AstraZeneca: “El riesgo de muerte de covid es enorme frente al riesgo de trombos de esta vacuna. Esto es un sustito, lo otro es muerte. Que elija el que quiera”.
“Está clarísimo, es de sentido común que los riesgos son tan mínimos en comparación a los beneficios que vamos a conseguir que no hay que dudarlo”, aseguró el actor en Más Vale Tarde, que añadió que hay que confiar en la sanidad y hacer lo que se nos dice”.
“Y punto. Así de fácil”, sentenció Coronado, de 63 años.
Familiares de un fallecido por Covid. en el tanatorio Mémora de Girona, el 29 de noviembre de 2020.
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El cuerpo de un anciano víctima del coronavirus, descansa tapado con una sábana sobre una cama en un centro de mayores en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Una persona duerme en una cama a unos pocos pasos de un cadáver, envuelto en bolsas protectoras y tendido en el piso de un centro de mayores, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Con trajes de protección para evitar infecciones, dos trabajadores de una funeraria preparan el cuerpo de un anciano fallecido por COVID-19 antes de retirarlo de un centro de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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El cuerpo de una persona muerta por Covid, cubierta en su cama de un asilo de Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Con trajes de protección para evitar contagios, empleados funerarios sacan el cuerpo de una persona mayor fallecida a causa del coronavirus tras retirarlo de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Dos empleados de una funeraria retiran el cuerpo de una víctima de COVID-19 de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Empleados de una funeraria trasladan el cuerpo de un anciano fallecido por coronavirus en una camilla tras retirarlo de una residencia de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS
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Marina Gómez, empleada de una funeraria, maneja el cadávez de una víctima del coronavirus en la morgue de su empresa, Mémora, en Barcelona, el 16 de noviembre de 2020.
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Una empleada de funeraria, tratando un cuerpo, el 17 de noviembre de 2020 en Barcelona.
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Un trabajador de una funeraria prepara un féretro de una víctima del COVID-19 antes de su incineración, en un tanatorio de la empresa Mémora, en Girona, el 19 de noviembre de 2020.
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Un empleado del crematorio recoge las cenizas de un fallecido por covid en el tatatorio de Mémora, Girona.
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Familiares de un fallecido por Covid. en el tanatorio Mémora de Girona, el 29 de noviembre de 2020.
Emilio Morenatti / ASSOCIATED PRESS