El día-N

El día-N

La Inteligencia del Éxito

Todos lo hemos vivido. Te levantas por la mañana y salir de la cama es un calvario. Tienes que ponerte en marcha, pero sólo quieres quedarte quieto. Debes realizar una importante tarea, pero no tienes motivación. Tienes que buscar trabajo o asistir a una reunión, pero te ves sin fuerzas.

—¿Qué me pasa? ¿Estoy deprimido?

—No. Tan sólo estás teniendo un Día Negro.

Los días-N son completamente normales y más frecuentes de lo que te puedas imaginar. Todo el mundo los sufre.

—Disculpa, ¿y todos mis amigos del Facebook que parecen tener vidas perfectas, también?

—Sí. Ellos también. A veces los que más.

Hay una cosa que convierte a los días-N en abominables, pero la culpa no la tienen esos días, sino el que los observa, o sea, tú.

Tanto tú, como yo, como el resto de los mortales tendemos a generalizar en torno a lo que tenemos delante. Si delante de nuestros ojos observamos oscuridad, concluimos que nuestra vida es oscura. Si delante de nuestros ojos vemos claridad, concluimos que nuestra vida es clara. Esto explica que, como resultado de nuestra propia miopía, los días-N nos volvamos negativos y concluyamos que nuestra vida es toda negra. Pero eso es un error garrafal.

#LaInteligenciadelÉxito:

No hay una sola noche en la historia a la que no haya sucedido el día. Ningún problema es eterno.

@Anxo

Te voy a contar cuatro características y tres símiles sobre los días-N.

Las características:

—Siempre son temporales.

—Siempre son peores de cerca que de lejos.

—Siempre duran menos de lo esperado.

—Siempre parecen insuperables mientras se atraviesan y nimiedades cuando ya han sido atravesados.

Y los símiles:

Los días-N son como los cubitos de hielo. Cuando llegan son fríos, duros y pesados, pero al poco tiempo se vuelven menos gélidos, más blandos y más ligeros.

Son como las tormentas. Podrán durar más o durar menos, pero todas las que han tenido lugar en la historia, sin excepción, se han sometido a esta regla: al igual que un día llegan... otro día se van.

Son como los yogures. Todos vienen con una fecha de caducidad.

El saber que algo que parece terrible no lo es, y que algo que parece permanente es temporal es el objetivo de este Peldaño. Entender esto hace que ese gigante contra el que hay que enfrentarse ya no sea tan grande. La clave está en la anticipación, en saber que el día-N llegará más tarde o más temprano, y que ser conocedor de su llegada no evita que llegue, pero sí reduce su fuerza y aumenta la tuya.

Los días-N tienen una ventaja por encima de todas: igual que cuando sumerges una pelota lo que sigue sólo puede ser su ascenso, cuando tú tocas fondo lo que sigue sólo puede ser tu subida. Si la vida se compone de vaivenes y ahora has tocado fondo, desde el fondo sólo se puede ascender.

Si hoy has tenido un día el doble de malo que ayer, alégrate. Es pura estadística que mañana lo tengas el doble de bueno que hoy.