El demoledor golpe de la pandemia al mundo de la moda
La velocidad de contagio del coronavirus es directamente proporcional a la velocidad en la que están desplomándose las ventas y el consumo.
La pandemia del coronavirus está siendo como un gigantesco tornado que está arrancando de raíz el sistema productivo de prácticamente todos los sectores. La velocidad de contagio es directamente proporcional a la velocidad en la que están desplomándose las ventas y el consumo. España no es inmune a esta realidad y el sector de la moda, que tiene un gran peso en nuestro país, está seriamente preocupado.
Desde el subsector de la moda nupcial –España era hasta la llegada de la pandemia uno de los países líderes en la fabricación de vestidos de novia con 755.000 piezas al año, cuyo destino era tanto al consumo interno como a la exportación–, hasta la industria del zapato, todos están viéndose afectados en la producción, distribución y venta.
Tres de cada cuatro compañías creen que el impacto de la covid-19 en la moda ha sido mayor al del conjunto de la economía y la recuperación del consumo a los niveles previos al coronavirus se sitúa a partir de 2022, según la décima edición del Barómetro Veepee-Modaes de Empresas de Moda en España. Un drama.
El informe, realizado a partir de los testimonios de una muestra de 300 empresas españolas, revela que, para recuperar los niveles de consumo previos a la pandemia, el 25% de las empresas se deberá esperar a 2021, el 64% comenzarán a notarlo en 2022 o más adelante, y el 11% creen que esta recuperación no se producirá ni en el corto ni en el medio plazo.
La situación es crítica, porque las pymes del sector no pueden acelerar las ventas online, por ejemplo, porque no tienen plataformas para ello. La gran mayoría de estas pequeñas y medianas empresas vendían a las tiendas multimarca que ahora están cerradas. La inversión en tecnología no es sencilla, a lo que se une la necesidad de un plan de márquetin y publicidad que no tenían previstos en sus planes de negocio.
A todo ello hay que sumar la enorme competencia, sobre todo de los grandes actores en el mundo online, y los precios competitivos de los productos. Las empresas distribuidoras como Amazon tienen predominio global en la red y, a nivel más local, las grandes marcas ya habían iniciado el proceso de digitalización.
Quizás el mejor ejemplo de ello ha sido Inditex, que ha ganado dinero en su tercer trimestre fiscal gracias a las ventas online. Pero Zara solo hay una. Por ejemplo, la competencia de Inditex: los suecos de Hennes & Mauritz (H&M) anunciaban hace unos días que reducirán el 5% de sus tiendas en todo el mundo en 2021, lo que supondrá el cierre de unos 250 establecimientos. Las ventas de la firma en España cayeron un 27% entre junio y agosto del 2020, hasta 152 millones de euros. El desplome es evidente.